Vuelvo a escribir: la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, al menos, se conduce como persona educada. Alguien dirá que es algo que va de suyo; no tanto después de asistir a lo que estamos viendo. Podría parecerme que una cierta izquierda (parte podemita, básicamente antiguos militantes del Partido Comunista y una parte radical del PSOE) que ven en la dama gallega el clavo ardiendo ante una situación realmente complicada para esa izquierda que ya ha disfrutado de las mieles del poder, ya no son ni tan frescos ni idealistas, y, al final, todo el mundo conoce de lo que son capaces de hacer con ese poder.
Yolanda Díaz siempre cataloga sus «conquistas» como algo «histórico», grandioso, sin paragón; en ocasiones inventando lo que está funcionando desde hace muchas décadas. No sería el principal reproche que se puede hacer a la inquilina del pedazo de apartamento de Nuevos Ministerios. Denota ello, una cierta inseguridad y, a la vez, que ha aprendido (de casta le viene al galgo) algo del agitprop tan propio del partido en el que milita desde su más tierna infancia.
Me ha llamado la atención -es una mujer, sin duda, interesante de seguir-una reciente afirmación suya en lo referido a su plataforma Sumar. Dice que no pretende ganar unas elecciones, sino «ganar un país». Más allá de cualquier interpretación hiperbólica, habrá que colegir de sus palabras que el país está perdido, porque de no estarlo, nadie en su sano juicio gana lo que ya está ganado. Entiendo que se debe referir al señor Díaz, que unas veces sube, otra baja, a lo complicado que se ha puesto la situación política porque en su propio predio no las tiene todas consigo. ¿Acaso cree ingenuamente que Pablo Iglesias se va a olvidar quién la colocó donde está cuando era una perfecta ignota en el panorama nacional?
GRACIANO PALOMO
Publicado por okdiario
Sábado 18 de marzo 2023