¡Menudo sopapo se han llevado las élites pijas y corruptas de Estados Unidos, Hollywood incluido! Y ello teniendo enfrente a un candidato convicto, con causas penales abiertas y un sinfín de escándalos económicos y sexuales a sus espaldas…
Lo que acaba de suceder en el país líder del mundo libre suele tener su reflejo en el resto del planeta, especialmente en Europa, donde algo parecido en lo político y lo social parece estar ocurriendo, singularmente en antiguas grandes potencias como Reino Unido, Alemania o Francia.
Hay que descangallarse de risa ante ciertas interpretaciones que se han podido leer en la prensa española o escuchar en distintas plataformas audiovisuales ante el huracán Trump. Según esas versiones resulta que casi 72 millones de estadounidenses, cuyo país nació y ha vivido siempre en democracia desde que Alexis de Tocqueville asesorara a los padres de la Constitución de Filadelfia, se han instalado en las antípodas de la democracia… ¡Manda bemoles! Con el dinero que acumulan y ni siquiera conocen nada de la nación que todavía es la primera potencia mundial. Lo que ha sucedido es bien sencillo: que los estadounidenses de las clases trabajadoras no han soportado que durante el mandato de Biden/Harris los alimentos han superado el 25 por ciento de aumento, que el prestigio e influencia de su país en el mundo haya tocado suelo (Afganistán) y que las milongas de esas élites multimillonarias (excluyendo a Elon Musk) se ventean en sus grandes mansiones mientras el pueblo llano les importa tanto como una higa en cloroformo.
¿Es tan difícil de entender? Esa clase trabajadora que tiene dificultades para llegar a fin de mes y con problemas de seguridad ha preferido optar por un comandante en jefe estrafalario y con un curriculum en lo personal nada edificante que seguir con las peroratas repletas de brindis al sol de los obama boys@girls y las consignas de los instalados a los que los problemas diarios de supervivencia les quedan muy lejos. No hay más.
Si a ello sumamos el apoyo decidido de la gran minoría hispana, la población afroamericana y los jóvenes, por los mismos motivos, el resto de los argumentos sobran.
Ahora todo el mundo estará muy atento, como debe ser, a que Trump cumpla lo prometido. Desde el primer día. No hay más ciego que el que no quiere ver porque el mensaje ha sido brutal y cristalino. Las clases medias y trabajadores in action.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 10.11.2024