«Toda persona, mujer u hombre, tiene derecho a la iniciativa económica»: lo dijo ayer el Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE, al concluir la primera reunión preparatoria del 29º Foro Económico y Medioambiental del organismo.
Ciudad del Vaticano, 17 de febrero 2021.- «La libertad de la persona en materia económica es un valor fundamental y un derecho inalienable que hay que proteger y defender»: lo reiteró claramente monseñor Janusz Urbańczyk, Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, con sede en Viena), al intervenir el 16 de febrero, vía Zoom, en la sesión conclusiva de la primera reunión preparatoria del 29º Foro Económico y Medioambiental del organismo. Cada uno «debería poder hacer un uso legítimo de sus talentos», añadió, e instando a los Estados miembros a «garantizar un acceso justo y equitativo al mercado laboral para todos sus ciudadanos, independientemente de su sexo». Esto será posible, explicó el prelado, dando «un primer paso indispensable», a saber, ofrecer «la posibilidad concreta de acceder a la formación profesional» y «la igualdad de salario por el mismo trabajo» entre hombres y mujeres.
Atención a la familia, célula fundamental de la sociedad
Al mismo tiempo, el Observador Permanente subrayó la necesidad de «prestar atención a la familia, célula fundamental de la sociedad y elemento constitutivo de la vida económica del mañana». En la medida en que están «intrínsecamente ligados a la dignidad y al desarrollo de la persona humana», así como «a la superación de la sociedad», el trabajo y la familia, de hecho, «forman una unidad o interdependencia en la que la familia tiene, en definitiva, un valor superior». De ahí el deseo expresado por monseñor Urbańczyk de que el trabajo se oriente «prudentemente hacia la familia».
Reconocer el trabajo de las mujeres
El representante del Vaticano también hizo un fuerte llamamiento para «recordar el enorme papel del trabajo no remunerado de las mujeres». Aunque no esté reconocido oficialmente por la economía formal, de hecho, «contribuye no sólo al desarrollo económico de cada país, sino que sostiene los pilares fundamentales que rigen una sociedad y una nación». A este respecto, el Observador Permanente citó «la noble y no remunerada labor de educar a los niños y cuidar a los ancianos»: verdaderos «servicios sociales» por los que un Estado tendría que gastar mucho. Por lo tanto, aunque se haya hecho mucho en el mundo del trabajo «en el campo de la igualdad entre hombres y mujeres», sin embargo, concluyó el prelado, mientras existan «diferencias injustificadas entre los sexos en cuanto a la remuneración, los seguros y la seguridad social, nos espera más trabajo» por hacer.
Isabella Piro
Imagen: El Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE,
instó los Estados miembros a «garantizar un acceso justo y equitativo
al mercado laboral para todos sus ciudadanos,
independientemente de su sexo». (AFP or licensors)