El secretario para las Relaciones con los Estados en Montreal para la Conferencia sobre la Fórmula de Paz: «Casos confiados a la Santa Sede complicados, los resultados no respondieron a las expectativas. Transmitidos miles de nombres de prisioneros para su liberación. El nuncio en Kiev identificó instituciones católicas dispuestas a acoger a familias con menores repatriados». El arzobispo instó a evitar toda instrumentalización de las cuestiones humanitarias y a buscar el bien de las víctimas.
Ciudad del Vaticano, 31 de octubre 2024.- «Lamentablemente, los resultados no han satisfecho las expectativas», quizá porque los casos confiados «son más complicados», sin embargo la Santa Sede persevera en sus esfuerzos humanitarios para liberar a los menores, soldados y civiles ucranianos detenidos. Así lo afirmó el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, en su intervención en Montreal (Canadá) en la «Conferencia ministerial sobre la dimensión humana de la fórmula de paz de Ucrania». Se trataba de la segunda cumbre internacional sobre la Fórmula de Paz propuesta por el Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, tras la celebrada en Suiza el pasado mes de junio. El evento canadiense de dos días (30-31 de octubre) tiene como tema del orden del día la «Propuesta número 4» de los diez puntos que componen la Fórmula, a saber, la «liberación de todos los prisioneros y deportados». Esa es la misión que la Santa Sede ha emprendido desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, «aceptando -recordó Gallagher- las reiteradas peticiones de las autoridades ucranianas».
La petición de Zelensky y la misión de Zuppi
Fue el mismo Zelensky quien recurrió por primera vez a la red diplomática de la Santa Sede sobre la cuestión de la liberación de los más de 19.000 menores ucranianos llevados a la fuerza a Rusia y sobre el intercambio de prisioneros. El mecanismo puesto en marcha ha dado resultados concretos, como la liberación de los dos redentoristas ucranianos el 29 de junio de este año y también el regreso de algunos menores. Zelensky, como sabemos, reiteró su petición de ayuda al Papa en su audiencia – la tercera en el Vaticano – del 11 de octubre.
Este tipo de ayuda humanitaria fue entonces «el objetivo primario de la misión del cardenal Zuppi a Kiev y Moscú», precisó el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, refiriéndose al viaje del presidente de la CEI a Ucrania y Rusia en el verano de 2023 (paradas también en Estados Unidos y China) como emisario del Papa para encontrar vías de «una paz justa» para el «atormentado» país. Zuppi regresó a Moscú los días 14 y 15 de octubre. Esta misión, subrayó Gallagher en Montreal, «condujo a la creación de un marco para la repatriación de niños y al intercambio regular de información entre ambas partes. Esto incluyó también reuniones en línea con la participación de los nuncios apostólicos en los dos países’, Visvaldas Kulbokas en Ucrania y Giovanni d’Aniello en Rusia.
La ayuda de los dos nuncios apostólicos
Aunque los resultados no sean satisfactorios, dijo el arzobispo, «el contacto directo entre las partes, especialmente con la presencia de los dos nuncios apostólicos, es útil para facilitar el diálogo». Kulbokas en particular, informó además el prelado, «ha identificado instituciones católicas dispuestas a acoger a familias con menores repatriados». Y ello mientras «la Santa Sede reitera sus peticiones de nuevas listas de niños». No sólo eso, «la Santa Sede también ha transmitido miles de nombres de prisioneros, pidiendo su intercambio y liberación». También apoyó la propuesta de crear comisiones médicas conjuntas para los prisioneros con enfermedades graves y respaldó la petición de las familias de los prisioneros ucranianos de entregarles ayuda humanitaria. Por último, pidió a la parte rusa que trasladara a los soldados ucranianos fallecidos».
La situación de los prisioneros rusos en Ucrania
El nuncio en Kiev, informó Monseñor Gallagher, «visitó a algunos de los prisioneros rusos en Ucrania, constatando sus buenas condiciones». Una garantía similar, sobre las condiciones de los prisioneros ucranianos, fue dada por la Defensora del Pueblo de la Federación Rusa (el ombudsman de Rusia, oficialmente nombrado Comisario para los Derechos Humanos, ed), «pero sin posibilidad para la Santa Sede de verificar su situación».
No a la instrumentalización
Para concluir, el Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales pidió «a las partes que se abstengan de cualquier instrumentalización de las cuestiones humanitarias» y reiteró «la necesidad de un compromiso para encontrar soluciones a las necesidades humanitarias urgentes, también como camino de buena voluntad hacia la paz».
SALVATORE CERNUZIO