Han llegado las vacaciones de verano y, un año más, el infinito debate de si los niños deben hacer deberes durante la época estival o no. Ellos, como nosotros, llevan muchos meses de trabajo y esfuerzo que ahora, por supuesto, también necesita un descanso, ¿o es que los adultos no queremos disfrutar de nuestras vacaciones desconectando de la rutina y los compromisos laborales de todo un año?
Ha llegado el momento de que los niños también puedan disfrutar de esta desconexión pero, ¿dónde están los límites de la misma? ¿Deben tener libertad absoluta para disfrutar del verano lejos de los libros, los deberes y el aprendizaje? Por supuesto que no. Los padres, los profesores y la sociedad en general están en una absoluta división de opiniones en cuanto a si los niños deben seguir realizando tareas escolares durante el verano o no pero, ¿dónde está el punto intermedio? Sin ninguna duda, los más pequeños se merecen desconectar y divertirse en la piscina, la playa, los reencuentros, los viajes, los amigos y las más que merecidas vacaciones pero debemos ser conscientes de que estas, a su edad, son largas y no pueden pasar dos meses sin reforzar los conocimientos que han ido aprendiendo a lo largo del curso. ¿El motivo? No pueden llegar a septiembre empezando de cero y totalmente perdidos y desconectados.
Ahora bien, aunque los niños necesitan una rutina que les estabilice emocionalmente, tampoco es necesario sentarles durante horas delante de un libro durante el periodo vacacional. Por suerte, hay un sin fin de actividades con las que podemos seguir fomentando la educación, la creatividad y el aprendizaje de nuestros hijos, haciéndoles disfrutar al mismo tiempo.
Si nos ayudan en casa con las tareas, ordenando su habitación, haciendo su cama cada día o preparando la comida, por ejemplo, estaremos fomentando en ellos valores de responsabilidad, empatía y compañerismo. Podemos disfrutar con ellos de excursiones muy interesantes a espacios naturales donde aprender sobre vegetación, animales y todo lo que les envuelve. ¿Y si nos vamos al museo? También podemos ojear páginas de libros históricos, con ilustraciones, podemos hablarles de nuestra infancia, de cómo eran nuestras ciudades hace unas décadas, cómo vivíamos, qué comíamos o cómo se desarrollaba la sociedad en esos momentos.
Es muy importante que disfruten, que jueguen, que se rían, que chapoteen, que se diviertan pero también es importante que los padres, en estos meses de vacaciones, les motiven a leer, que lean mucho, que lean aquellas historias que más les apetezcan pero fomentar en ellos el hábito a la lectura fomentará también sus capacidades de comprensión, concentración o astucia, por ejemplo, además de ayudarles en un futuro a desenvolverse con más soltura.
Además, también podemos disfrutar con ellos y ayudarles con los idiomas; ver películas en otro idioma que estudien durante el curso, les ayudará a fortalecer los conocimientos aprendidos y a seguir familiarizándose e interiorizando el mismo de una forma divertida y natural.
Sin ninguna duda, el verano es para disfrutar, pero eso no implica una libertad absoluta. Los padres y profesores trabajamos de manera constante para guiarles en su aprendizaje académico y personal y, en esta época del año, no lo podemos olvidar. Aprender a través de cosas cotidianas es sencillo, divertido y, sobre todo, muy enriquecedor. Ahora es, precisamente, el momento de hacerlo así, desconectando de los libros y deberes pero sin olvidar que su educación sigue siendo primordial.
Emma Pérez Madorrán
Directora del Colegio Europeo de Madrid.