Una avalancha de personas emprendió el regreso a sus hogares tras el acuerdo alcanzado el jueves entre el primer ministro israelí Netanyahu, que abrió al tránsito en el corredor Netzarim, y Hamás, que prometió la liberación del civil Arbel Yehud, de 29 años. El 90% de los desplazados ya no tienen un hogar donde quedarse. Un clima incandescente en Cisjordania y Líbano.
29 de enero 2025.- Desde el 27 de enero por la mañana, en cuanto se abrió el paso fronterizo de Netzarim, un flujo ininterrumpido de hombres, mujeres y niños, cargados de equipaje, en pesados carros, en coches o a pie, comenzó a desplazarse por la carretera costera, entre el mar Mediterráneo a la izquierda e hileras de edificios devastados a la derecha. Miles de personas pasaron la noche a la intemperie. Tanques israelíes, apostados al borde de la carretera, vigilaban a esta multitud en movimiento, mientras que el portavoz del ejército en lengua árabe, Avichay Adraee, advertía de que sólo se permitía el tránsito por la arteria de Salah a-Din y que todos los coches que se dirigieran al norte serían inspeccionados por personal de seguridad antes de que se diera el visto bueno.
El 90% no tiene una casa donde quedarse
Un éxodo de proporciones bíblicas – «300.000 desplazados se han trasladado desde el centro y el sur del enclave», han declarado responsables de comunicación de Hamás- que, junto con la esperanza, las lágrimas y los abrazos intercambiados en el camino de vuelta, ya está revelando el dramatismo de la situación a la que se enfrenta cada vez más la población. Alrededor del 90% de la población ya no tiene casa en la que alojarse, según declaró un responsable de Hamás a la cadena de televisión qatarí Al Araby. Los desplazados tienen que caminar más de ocho kilómetros por carreteras destruidas y no hay instalaciones para alojarlos. «Sólo han llegado 800 tiendas», añadió la fuente, que pidió una urgente oleada de ayuda humanitaria. Las autoridades palestinas de la Franja dijeron que se necesitarían al menos 135.000 tiendas y caravanas en la ciudad de Gaza y en la gobernación septentrional, donde los que llegan se encuentran con un paisaje fantasmal, con edificios completamente destruidos, reducidos a montones de escombros y sin perspectivas de dignidad y trabajo. En total, se calcula que casi todos los 2,4 millones de habitantes de la Franja han sido desplazados por la guerra durada 15 meses.
Para Hamás «una victoria contra los planes de ocupación»
En cualquier caso, si para el movimiento islamista el regreso de los refugiados es una «victoria» contra los «planes de ocupación» en Gaza y la «reubicación» forzosa de los palestinos, Israel no tiene ninguna intención de permitir «una vuelta a la realidad del 7 de octubre de 2023», advirtió el ministro de Defensa, Israel Katz. Y la situación sobre el terreno lucha por mantener la calma. También el martes por la noche, un hombre murió y otros resultaron heridos después de que un avión israelí apuntara contra una excavadora al oeste del campo de refugiados de Nuseirat, en la parte central. Así lo informó la agencia Wafa, que señala que otro ataque alcanzó también un carrito matando a un niño.
La situación de los rehenes
En cuanto a los rehenes, algunos de los cuales serán liberados en dos tandas esta semana, el Gobierno israelí informa que ocho de los 26 que faltan por liberar en la primera fase del acuerdo de tregua han muerto. El jueves también será liberado Arbel Yehud, el civil de 29 años rehén de los milicianos desde hace 480 días, que apareció vivo ayer en un vídeo difundido por la Yihad Islámica. Mientras tanto, la CNN informa que Netanyahu podría reunirse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington la próxima semana.
Tensiones en Cisjordania y Líbano
Por último, las tensiones también siguen siendo muy altas en Cisjordania, donde las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) informan que han matado a más de 15 personas sospechosas de terrorismo en Yenín; y en Líbano, donde el ejército de Tel Aviv ha recomendado a los desplazados que «no regresen a las aldeas del sur».
ROBERTO PAGLIALONGA