En una declaración conjunta sobre la situación en el país, desgarrado por la guerra, los prelados expresan su preocupación por el hecho de que los prolongados combates puedan tener como objetivo bloquear la solidaridad entre los pueblos de Sudán.
3 de enero 2024.- El líder de las Fuerzas Paramilitares de Apoyo Rápido (FAR o RSF) de Sudán se encuentra de gira por la región con el objetivo de recabar apoyos para negociar un alto al fuego en la guerra de casi nueve meses que asola su país, en la que han muerto más de 12.000 personas y casi 7 millones han sido desplazadas.
La guerra en Sudán estalló el 15 de abril de 2023 entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las RSF. La violencia comenzó en la capital, Jartum, y desde entonces se ha extendido por todo el país, con denuncias de abusos generalizados contra los derechos humanos y crímenes de guerra.
El Papa Francisco ha reclamado en repetidas ocasiones una solución negociada al conflicto y, durante su discurso Urbi et Orbi del día de Navidad, recordó el sufrimiento del pueblo de Sudán y pidió a la comunidad internacional que no lo olvide. «No olvidemos las tensiones y los conflictos que perturban a las regiones del Sahel, el Cuerno de África y Sudán, como también a Camerún, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur», dijo el Papa.
En una declaración conjunta, los obispos católicos de Sudán y Sudán del Sur instan a la ONU, Estados Unidos, Reino Unido y Noruega -también conocidos como la Troika- y a otros miembros de la comunidad internacional a intensificar sus respectivos esfuerzos para poner fin a la violencia actual en Sudán. Los obispos piden también que continúe el «apoyo necesario» a los afectados por la violencia.
En la nota difundida el 26 de diciembre, la Conferencia de Obispos Católicos de Sudán denuncia la situación del país: «El conflicto está causando una destrucción masiva de vidas humanas, propiedades y medios de subsistencia, para sorpresa de muchos, que nunca esperaron que se produjera una situación tan desafortunada en Sudán».
El conflicto es el resultado de una lucha de poder entre los generales que dirigen el ejército y un grupo paramilitar tras el derrocamiento del dictador Omar al-Bashir y el acuerdo entre las autoridades militares y civiles de Sudán sobre un acuerdo marco que preveía la transición a un gobierno civil.
Destacando la difícil situación de los civiles atrapados en el conflicto, los obispos lamentan los «desafíos del pueblo de Dios en Darfur y Kordofán», donde dicen que «las aldeas han sido quemadas hasta los cimientos, dejando a los ciudadanos sin refugio ni alojamiento».
Maniobras políticas
Mientras tanto, los generales beligerantes nunca se han reunido en presencia desde el inicio del conflicto, pero las potencias regionales, según se informa, están intentando conseguir una reunión entre el líder de la RSF, Mohamed Hamdan Daglo, y el jefe del ejército sudanés, Abdel Fattah al-Burhan.
Los analistas temen que el verdadero motivo de la gira diplomática de Daglo sea conseguir apoyo regional para arrebatar al ejército todo Sudán. El mes pasado, el RSF capturó el estado de Gezira, granero de Sudán, lo que le dio una clara ventaja sobre el ejército.
En octubre, la RSF capturó varias guarniciones del ejército en la extensa región occidental de Darfur, justo cuando las conversaciones de mediación respaldadas por Estados Unidos en Yedda (Arabia Saudí) estaban a punto de reanudarse tras un largo paréntesis.
El poder de la oración
Comprometiéndose a utilizar diferentes plataformas para seguir implicando «a los líderes de los diversos partidos sudaneses para que antepongan el interés del pueblo en su lucha por el poder político», los obispos católicos expresan su fe y su convicción de que «nuestra fuerza procede del poder de la oración, un acto que suscita nuestra esperanza en un mañana mejor».
En su declaración, instan al pueblo de Sudán a no desanimarse en medio del prolongado conflicto, sino a «confiar en Dios, que supera todo sufrimiento y da un sentido de esperanza».
Los obispos también manifiestan su preocupación por la posibilidad de que el conflicto sea un intento de bloquear la solidaridad entre el pueblo de Sudán: «Tenemos la fuerte sensación de que la cadena de acontecimientos en Sudán es un intento de bloquear su aspiración a una sociedad en la que las personas vivan como hermanos y hermanas».
LINDA BORDONI
Vatican News