El presidente de la asociación caritativa Annas Linnas relata los obstáculos para llevar artículos de primera necesidad a quienes se han quedado sin nada a causa del terremoto que, como en Turquía, ha causado miles de muertos. «Sobre todo, existe el temor de que los contenedores sean requisados por las milicias que participan en la guerra», informa el sacerdote maronita. Pero apoyo, al fin y al cabo, no falta.
Ciudad del Vaticano, 2 de marzo 2023.-En Siria, devastada por el terremoto que también sacudió Turquía causando decenas de miles de víctimas, cada vez es más difícil hacer llegar la ayuda humanitaria. La alarma, muy sentida, es del padre Abdo Raad, sacerdote maronita y presidente de la asociación de solidaridad Annas Linnas, que en el país de Asia occidental trata de hacer llegar productos de primera necesidad, especialmente a las diócesis cercanas a la ciudad de Alepo.
Culpa de la guerra y las sanciones
«Es difícil enviar alimentos, materiales y dinero -explica el clérigo- debido a las sanciones. Y el sistema internacional de transferencia de dinero tampoco funciona». La situación se complica por la guerra civil, que sigue causando luto y dolor en muchas partes del país, incluidas las arrasadas por el terremoto. «A pesar de las continuas réplicas, los combates continúan y esto dificulta el transporte de ayuda por las calles sirias, porque podría ser requisada por las milicias», informa el padre Raad.
Objetivo: ayudar a todos
Sin embargo, la ayuda, aunque con dificultades, sigue llegando. «Junto con algunos amigos sirios», cuenta el sacerdote, «hicimos partir desde Roma un contenedor lleno de ropa y alimentos. ¿Quién se llevará este contenedor? Sin duda será el Gobierno, pero debe comprender que, a pesar de los conflictos, debe poner la ayuda al alcance de todos». Sólo a través del Estado sirio, señala el padre Raad, «se puede enviar ayuda humanitaria y muchas asociaciones caritativas tienen miedo de ocuparse de ella, quizá precisamente a causa de las sanciones».
FEDERICO PIANA