En la conferencia de prensa sobre los trabajos sinodales, el tema de la unidad de los cristianos ocupa un lugar central: fueron invitados el cardenal Koch, el metropolita ortodoxo Job, el obispo anglicano Warner y el pastor menonita Graber. Mañana, oración ecuménica con la Comunidad de Taizé en la Plaza de los Protomártires Romanos, en la Ciudad del Vaticano.
Ciudad del Vaticano, 10 de octubre 2024.- Un estímulo a la creatividad y al «desborde» ha llegado esta mañana a los miembros del Sínodo de parte del Relator Especial, padre Giacomo Costa, por indicación de la Secretaría General. Así lo ha anunciado durante la habitual rueda de prensa, moderada por la subdirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Cristiane Murray, Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión de Información del Sínodo, que ha intervenido este jueves 10 de octubre, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, junto con Sheila Pires, secretaria de la misma Comisión.
Han sido entregados los informes finales de los Círculos
Los trabajos de esta mañana del Sínodo, en los que han participado 342 miembros, se han desarrollado exclusivamente en el seno de los Círculos menores, sin intervenciones libres, y se han entregado los informes finales del segundo módulo de trabajo.
Además, subrayó Ruffini, en la apertura se brindaron «algunas indicaciones metodológicas», con un «estímulo a la creatividad y al ‘desborde'». Ruffini recuerda que «desborde» es una palabra utilizada por el Papa Francisco en la exhortación apostólica possinodal «Querida Amazonia». En efecto, en el punto 105 de dicho documento, el Pontífice se refiere a la necesidad de ampliar horizontes más allá de los conflictos, «trascendiendo la dialéctica que limita la visión para poder reconocer así un don mayor que Dios está ofreciendo». El deseo, de acuerdo con el Prefecto, es que se produzca un «desborde» cada vez mayor, pero que esté «arraigado en una profunda inquietud, en un vivo deseo».
Por la tarde, los trabajos prosiguen con la puesta en común y el discernimiento sobre el tercer módulo del Instrumentum Laboris. Se trata de la sección «Caminos», ilustrada por Pires en su intervención, precedida en live streaming por el momento de oración y meditación del dominico Timothy Radcliffe, cardenal electo, y la introducción al módulo del cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general.
Un intercambio mutuo de dones
A continuación se dio espacio a los invitados a la rueda de prensa, que se centró en el ecumenismo: un elemento, éste, que, junto con la sinodalidad, forma un binomio inseparable.
Tanto es así que el cardenal Kurt Koch, Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, resume: «El camino sinodal es ecuménico. Y el camino ecuménico sólo puede ser sinodal». Definiendo la dimensión ecuménica como «uno de los aspectos más relevantes de este sínodo», el cardenal aclaró lo fundamental que es, tanto en el componente sinodal como en el ecuménico, «el intercambio de dones, en el que aprendemos unos de otros, en la convicción de que ninguna Iglesia es tan rica que no necesite la contribución de otras Iglesias y ninguna tan pobre que no pueda ofrecer nada».
La santidad es el camino más seguro hacia la unidad
El prefecto aprovechó la ocasión para destacar cómo la presencia de los delegados fraternos es más significativa en esta sesión que en la anterior y aseguró su participación en la vigilia ecuménica promovida para mañana, viernes 11 de octubre, en colaboración con Taizé.
Para inspirar la oración que animará el encuentro – informa – dos textos conciliares de los que se cumple el 60 aniversario: la constitución dogmática Lumen gentium y el decreto sobre el ecumenismo Unitatis redentegratio. El lugar elegido para la cita que atrae a los representantes de las distintas confesiones cristianas (Plaza de los Protomártires Romanos) no es casual: «Aquí la tradición sitúa el martirio de Pedro. Para recordarnos -concluye el cardenal Koch- que la santidad es el camino más seguro hacia la unidad».
En el diálogo no hay «componendas», sino fundamentos para la unidad de los cristianos
A continuación tomó la palabra en francés el primero de los tres delegados fraternales de la conferencia: Su Eminencia Job, Metropolitano de Pisidia y Copresidente de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. En cuestiones como el primado, la sinodalidad, los ministerios y la conciliaridad, el diálogo entre ortodoxos y católicos -dijo- «es un diálogo bilateral que se mantiene desde hace 20 años con provecho, no sólo para acercarnos y reconciliarnos, sino porque puede dar frutos en la vida interna de cada Iglesia».
En este sentido, el Metropolitano señaló el reciente documento del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, «El Obispo de Roma»: lo que le llamó la atención de la publicación, revela, «es la convergencia de todos estos diálogos. Significa que no sólo se busca un ‘compromiso’ entre las Iglesias, sino que se sientan las bases para una vida común de unidad de los cristianos».
Un espacio protegido donde abrimos nuestros corazones a los demás
Sobre el valor de la experiencia relacional, que es la principal diferencia con los sínodos de la Iglesia inglesa, se detiene Su Excelencia Martin Warner, obispo de Chichester y copresidente del «Comité anglicano-católico romano inglés-galés».
Desde que el entonces Primado anglicano, Michael Ramsey, recibió el anillo episcopal de manos de Pablo VI, señala, «podemos mirarnos unos a otros, reconocer las diferencias, pero también la importancia del intercambio de dones para crecer en nuestras respectivas experiencias».
A diferencia de las sesiones del sínodo anglicano, las del sínodo católico se caracterizan por la oración y el silencio, y sobre todo «no son legislativas»: esto, según el obispo Warner, garantiza «un espacio protegido, donde podemos abrir nuestros corazones los unos a los otros, en la conversación del Espíritu, para mirar con creatividad y valentía los desafíos de este siglo».
Todas las voces cuentan
Por último, la reverenda Anne-Cathy Graber, pastora de la Conferencia Menonita Mundial y secretaria de relaciones ecuménicas, por primera vez en el Sínodo, se declaró «sorprendida por la invitación», ya que pertenece a una Iglesia «poco conocida», nacida de la Reforma del siglo XVI y caracterizada por el bautismo de los creyentes y la no violencia activa.
«La Iglesia católica, reflexiona, no necesita nuestra voz, que es muy minoritaria, pero esto dice mucho de la sinodalidad, demuestra que cada voz cuenta, cada voz es importante». Para la pastora Graber, «la unidad de los cristianos no es sólo una promesa del mañana, está aquí y ahora, ya podemos verla. No sólo somos vecinos, sino que pertenecemos al mismo cuerpo de Cristo, somos miembros los unos de los otros, como dijo San Pablo».
Aunque privados del derecho de voto como delegados fraternos, «nuestra voz y nuestra presencia fueron recibidas como las de todos los demás. La igual dignidad del bautismo es visible. No hay una Iglesia poderosa que domine desde arriba. Somos, todos nosotros, un pueblo que camina y busca unido».
El ecumenismo no está en crisis
La sesión de preguntas aborda en particular los temas de las relaciones en el seno del diálogo ecuménico y entre la primacía del Obispo de Roma y la sinodalidad. Lo que se está haciendo, explicó el cardenal Koch, «demuestra que no hay crisis en el ecumenismo, sino varios desafíos a los que se enfrenta».
Es cierto, prosiguió, estimulado por la prensa, que «hay una situación triste, provocada también por las palabras del Patriarca de Moscú y jefe de la Iglesia ortodoxa rusa Kirill, que provocaron una ruptura con Constantinopla, pero es necesario distinguir estas posiciones del camino emprendido». De hecho, continúa recordando, «hay una comisión mixta, en la que participan 15 Iglesias ortodoxas, que continúa su trabajo: esto significa que el diálogo continúa con la esperanza de crear un futuro mejor, también con la esperanza de preparar juntos una asamblea plenaria».
La importancia de los pequeños gestos
Esta es una certeza que también subraya el Metropolita de Pisidia: «La Iglesia de Cristo permanece en el terreno, a pesar de las posiciones políticas expresadas por Kirill, porque el diálogo teológico continúa para sentar bases sólidas», declara.
«El actual es un movimiento, no hay pausa en nuestro camino», añade Koch: «El movimiento ecuménico se realiza, precisamente, caminando juntos, rezando juntos, colaborando juntos». «Jesús mismo, concluye sobre este punto, no ordena la unidad de los cristianos, sino que reza por ella: ¿qué podemos hacer, pues, mejor, sino rezar para que se realice como don del Espíritu Santo?”. Quizá «lo que se espera, interviene la Rev. Graber, son pequeños gestos simbólicos de reconciliación, que todavía faltan».
Sobre la relación entre el primado petrino y la sinodalidad, el cardenal Koch aclaró que «podemos afirmar que sinodalidad y primado no se oponen, al contrario: uno no existe sin el otro y viceversa», añadiendo que «el primado no es una oposición, sino una oportunidad sobre la que discutir y encontrar un punto de encuentro».
La recepción de los sacramentos, un tema a profundizar
En cuanto al asunto de la recepción de los sacramentos, se recordó que el Papa ha creado un grupo de trabajo especial, y que «todavía no existe el mismo nivel de visión de la Iglesia y de los sacramentos en el diálogo entre las Iglesias de Occidente». Se espera, dijo Job, «poder llegar a una fecha única para la Pascua entre cristianos y ortodoxos, pero de momento es sólo un deseo».
Respecto a los llamados ministerios femeninos, en cambio, el prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos destacó «la delicadeza del tema, sobre el que el Papa ha constituido 10 grupos de trabajo, pero en el que también trabaja desde hace tiempo el Dicasterio para la Doctrina de la Fe: dos comisiones de estudio no han llegado a una conclusión inequívoca, señal de que es necesario profundizar. Por tanto, aquí es importante combinar la pasión de las preguntas con la paciencia del estudio», concluyó el cardenal.
ROBERTO PAGLIALONGA y LORENA LEONARDI