«Se puede ser joven y moderno y, a la vez, profundamente cristiano». Esta frase de san Juan Pablo II en su último viaje a España bien podría aplicarse hoy al mundo cofrade. Silvia Martínez es un ejemplo de ello, con una trayectoria en su cofradía, la del Santo Sepulcro de Palencia, que se remonta prácticamente a cuando dormía en la cuna. Desde entonces ha colaborado en la reactivación de la juventud cofrade en Palencia y fue secretaria del Encuentro Nacional de Jóvenes de Cofradías y Hermandades (JOHC) 2016 celebrado en su ciudad. Hoy es vicesecretaria de su cofradía y vocal de Cultos
¿Por qué ese vínculo tan fuerte con tu cofradía y con el mundo cofrade en general?
En mi caso tiene un componente tradicional, ya que es una herencia que he recibido por parte de mi familia materna y paterna, tanto es así que mis padres se conocieron en la cofradía, así que de bisnieta, nieta e hija de cofrades, que yo fuera una cofrade muy implicada era sencillo. Por supuesto, otros factores han influido en mi implicación en el mundo cofrade, como es que mi padre es Hermano Mayor de mi Cofradía desde hace 17 años y fue durante cuatro años el presidente de la Hermandad de Cofradías de Palencia, tiempo durante el que me impliqué con él y otros jóvenes en la reactivación de la juventud cofrade de Palencia, llegando incluso a organizar el IV JOHC Palencia 2016. Las cofradías son mi forma de vida, he recorrido gran parte de España llevando mi testimonio cofrade donde hiciera falta, mi ilusión y mis ganas por trabajar por los jóvenes cofrades, por las cofradías y por la Semana Santa de Palencia.
¿Qué ha supuesto para ti a la hora de vivir la fe? ¿Cómo te ha ayudado?
Para mí ser cofrade es una vocación, me siento elegida por el Señor para llevar esta labor dentro de la Iglesia. Los jóvenes cofrades tenemos a san Juan Evangelista como patrón, el apóstol amado, por lo que como siempre les digo a mis chicos, los jóvenes cofrades somos amados y elegidos por Él. Vivir mi fe dentro de mi Cofradía significa poder ser un testimonio vivo dentro de mi Iglesia, alentando a cada hermano y hermana a vivir cerca del Señor, que está en el Sagrario esperándome, y que ese Sagrario está encima de mi Sepulcro. El componente estético, procesiones y pasos, es importante para los cofrades, pero lo ralamente importante reside en nuestros corazones penitentes, por eso siempre me ha ayudado tener muy presente lo que significa la Cruz, amor y salvación.
Conoces bien el mundo juvenil cofrade… ¿Cómo es? ¿Son muchos, pocos…?
Sin duda la juventud cofrade es mucha y grande. Los JOHC sin duda han ayudado mucho a darles voz y espacio, ya que cuentan con una media de 1.000 participantes por encuentro, sin duda una señal de la salud tan buena con la que goza nuestra juventud cofrade. Cualquiera que acuda en estos días a una hermandad o cofradía verá ya a sus jóvenes preparando y ayudando, muchos acólitos, monaguillos, costaleros y cargadores, diputados y organizadores de procesiones, incluso hermanos mayores. Y es que eso es lo que necesitan nuestros jóvenes, responsabilidades. La juventud cofrade es entusiasta y divertida, pero con un profundo sentimiento religioso, incluso diría que muchas veces son más ortodoxos y solemnes que los mayores. Se emocionan, comparten sus alegrías y proyectos, pero son los primeros en compartir el dolor y el sufrimiento.
¿Se les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones?
Es una tarea en la que seguir trabajando, creo que hemos mejorado mucho en este sentido, pero aun hay Semanas Santas donde en sus Hermandades y Cofradías no se cuentan con los jóvenes en las Juntas de Gobierno o en puestos de responsabilidad, y si se me permite, esta enfermedad es más visible en la zona de Castilla y León, donde a los mayores les cuesta y mucho dar paso a los jóvenes cofrades. Doy gracias a Dios que Palencia ha tomado buena nota de ello y que es una Semana Santa donde los jóvenes no solo ocupan su puesto de nazareno o penitente, sino que deciden y proponen, casi igual de importante.
¿Están las cofradías y hermandades en sintonía con los jóvenes de hoy, con las redes sociales, con el mundo 2.0?
Las cofradías 2.0 como las llamé ya hace varios años son cada vez más, con una presencia no solo en portales web, sino a través de aplicaciones móviles, interacción en redes sociales como Instagram o Facebook, retransmisiones en directo o incluso con cientos de playlist de música de Semana Santa en Spotify, creo que es una señal de que el mundo cofrade y las cofradías y hermandades por ende, se están adaptando a esta era tecnológica en la que vivimos. Cualquier cofradía o hermandad por pequeña que sea ya cuenta con perfiles sociales y páginas web, pero yo doy un paso más, ¿por qué no dar la responsabilidad a nuestros jóvenes para que administren y gestionen sus cofradías 2.0? Creo que sin duda ellos son los que más pueden enseñarnos, como nativos digitales que son. Ellos son los followers de Jesús como dije hace años en una conferencia para cientos de jóvenes en la ciudad de Cartagena, ellos están en la red a través de likes y instastories, ¿por qué no iba a estar Jesús allí con ellos? Nuestros jóvenes cofrades están orgullosos de lo suyo, y ese testimonio evangelizador es el que tenemos que aprovechar.
¿Qué puede aportar a los jóvenes el mundo cofrade?
Podemos creer que en el mundo cofrade está todo inventado, que dado que la tradición religiosa tiene un peso importante en nuestra forma de vivir la fe, nada debe cambiar, pero nos equivocamos. Los jóvenes tienen entusiasmo y una forma diferente de ver las cosas, pueden ayudar a sus cofradías y hermandades a evolucionar sin perder sus tradiciones, al contrario potenciándolas. Ellos son creativos y tienen energía, así que lo que mejor pueden hacer es contagiar ese espíritu a sus hermanos más mayores. Además ellos están cerca de los niños, esos pequeños hermanos cofrades que no hay que perder, sino que hay que acompañarlos en su formación y preparación en la fe dentro de la cofradía, para ello los jóvenes también son instrumentos necesarios. Frescura y actividad, con las puertas bien abiertas, que vean que somos testimonios vivos de nuestra Iglesia a través de actividades, celebraciones, formación y actividades sociales y caritativas, que somos cofrades 365 días al año.
¿Es una puerta de entrada de jóvenes alejados a la Iglesia?
En muchos casos sí, los jóvenes también han cambiado y muchos de ellos necesitan encontrarse con el Señor cara a cara, en un paso le ven reflejado, le rezan, le dan gracias y se sienten especiales cuando saben que el Señor o Nuestra Madre también les necesita a ellos. Esa es mi labor dentro de mi hermandad, acercarles al Señor y créeme que no me canso de dar gracias por ello. Muchos jóvenes que están alejados igual es porque no se han sentido comprendidos o no han sabido escuchar al Señor en ellos, solo necesitan una oportunidad, paciencia, ayudarles a ver la mano de Dios en sus vidas, y te aseguro que cuando lo descubren, alucinan. He visto a chicos derrumbarse ante el Sepulcro, mirarle mientras se les llenaban los ojos de agua, he visto como apretaban sus cruces de madera, como llevaban dentro de sus carcasas papelitos de colores con versículos que les daba en algunas dinámicas, son revolucionarios, ¿pero hay algo más revolucionario que Nuestro Señor? La revolución del amor, solo hay que darles tiempo y acompañarles.
A veces, desde algunos sectores de la Iglesia no se valora a las cofradías y a la piedad popular en general ¿Qué opinas?
Es la discusión de siempre, estamos en tierra de nadie. Pero pregunten en Andalucía sobre las vocaciones sacerdotales y les sorprenderá la cantidad de jóvenes que han recibido la llamada de Dios en sus hermandades, rodeado de imágenes, pasos e incienso, algo estaremos haciendo bien. La religiosidad popular por su carácter estético y dramático, a veces se deja llevar por el espectáculo, y ahí también debemos confesar el mea culpa, debemos dar más sentido a nuestras procesiones y actos litúrgicos y penitenciales, para que tomen verdadero significado en la calle, sea realmente una catequesis para los cofrades y los que salen a acompañarnos o vernos. También hay que tener cuidado con el carácter turístico y lúdico, y por eso muchas veces somos criticados por sectores de la Iglesia, porque participamos de ese ambiente que nada tiene que ver con la Pasión, Muerte y Resurrección.
En octubre se celebra en Roma un sínodo de obispos ¿Qué piden los jóvenes cofrades a la Iglesia, los obispos y el Papa?
Que se nos escuche, que aunque vistamos de túnica y capuz, o aunque nos guste el incienso y las estampitas, somos católicos y trabajamos diariamente por ser testimonios vivos de Cristo en la Tierra. Ojalá el Santo Padre aliente a los obispos a comprender y ayudar más a las cofradías y a sus jóvenes, invitándoles a que acudan a sus capillas e iglesias, porque muchas veces nos sentimos desamparados, solos, sin un guía espiritual, nos sentimos apartados de nuestras propias diócesis. Nosotros rezamos por todos ellos, pero necesitamos su ayuda y compañía para descubrir a Cristo y recibir su perdón.
Fran Otero Fandiño
Imagen: Silvia Martínez