Es importante ocuparse y no preocuparse antes de que se produzca una situación de este tipo. Pero si aparece, como principales agentes preventivos y con los cinco sentidos en funcionamiento, hay que tener en cuenta las siguientes señales de alarma:
- Pérdida de tiempo de estudio o de trabajo. Independientemente de que el resultado sea positivo o negativo.
- Deterioro o menor dedicación a las relaciones interpersonales y a otras actividades de ocio.
- Sufrir ansiedad, irritabilidad, incluso malestar físico en caso de no poder utilizarla.
- No utiliza las TIC para buscar solo información, hacer tareas o para hablar con amigos cuando sea necesario, sino para vivir una vida distinta a la real.
- Incremento de las conductas que implican agresividad.
- Dedica entre 20 y 30 horas semanales a las TIC.
- No controla el tiempo que está conectado.
- Pierde horas de sueño y trabajo.
Consejos generales para el buen uso de las TIC:
- Las personas adultas deben enseñar a los menores a aprovechar las posibilidades y beneficios que ofrecen las TIC haciendo un buen uso de ellas. Deben participar con sus hijos en todas las actividades que se generan a partir de estos medios
- Acordar un código de uso de las TIC, estimulando el diálogo. Es decir, muy importante plantear cuestiones y pedirles opinión.
- Seleccionar los contenidos más adecuados y limitar el tiempo que dedican a esta forma de “ocio”.
- Formar un espíritu crítico ante los contenidos presentados por estos medios, mostrando una actitud de respeto y diálogo.
- Las familias deben procurar formarse e informarse en el uso de las TIC.
- Mantener contacto con el profesorado para abordar el uso de las TIC.
- Dar alternativas de ocio a los hijos. Hay muchas actividades que se pueden hacer sin tener que usar las TIC.
- Establecer límites.
Imagen: Virginia Pérez, trabajadora social
y directora del programa de prevención de adicciones tecnológicas
de Proyecto Hombre en Málaga
(Foto: Pixabay)