Llevamos cinco años asomándonos a la terrible realidad de los abusos y vamos aprendiendo, comprendiendo y co-creando Repara desde el encuentro con las víctimas.
La mayoría de los relatos que escuchamos coinciden en que lo que sucedió es terrible, pero más lo es el dolor, el trato o la negación que como institución hemos propiciado. Tal vez aún no seamos conscientes del todo de los lugares reales a los que hemos relegado a las víctimas, a pesar de los eslóganes. Nuestra capacidad de maniobra es muy limitada. Solo tenemos el poder de la acción. En palabras de Arendt, la acción es la inauguración no de algo, sino de alguien. Del encuentro con las víctimas aprendemos que estamos ante la complejidad de un fenómeno con muchas capas, que trasciende el abuso sexual a menores. Las personas adultas vulneradas nos relatan el ciclo del abuso y de la violencia invisible «en nombre de Dios». Esta va calando como agua subterránea que lleva a las personas a un estado de confusión total y de pérdida, mientras la persona o comunidad agresora permanecen en muchos casos en la impunidad.
Aprendemos también que la identificación del abuso no es tan sencilla y más aún cuando no hay una violencia explícita, sino que se trata de un entramado espiritual y psicológico de manipulación, dominación o cosificación. El tiempo y el acompañamiento son indispensables para descifrarlo y sanar. Son dinámicas abusivas normalizadas, perversas, muchas de ellas sin encaje en el Código Penal o en el de Derecho Canónico, pero que generan un enorme daño en las víctimas y, por ende, en la Iglesia. Las personas que han vivido estos abusos nos están haciendo tomar conciencia de la extensión del mal y del carácter sistémico del abuso en la Iglesia. Por lo tanto, no se trata solo de atender bien a las víctimas y responder mejor, sino de que la Iglesia cambie. No habrá menos abusos porque se hable más de ellos, sino porque todos los que nos decimos cristianos nos pongamos en trabajo y asumamos responsabilidades personales e institucionales.

LIDIA TROYA
Proyecto Repara
Publicado en Alfa y Omega el 6.3.2025