La Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano y destacó la creciente preocupación por el aumento de las temperaturas, el nivel del mar y el derretimiento de glaciares. También reivindicó la importancia de un esfuerzo conjunto entre la ciencia, la fe y la sociedad para enfrentar los efectos devastadores del cambio climático, especialmente en las poblaciones más vulnerables.
Ciudad del Vaticano, 22 de noviembre 2024.- La Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Celeste Saulo, tuvo una audiencia con el Papa Francisco el viernes 22 de noviembre por la mañana en el Palacio Apostólico del Vaticano.
En una conversación emotiva y significativa, Saulo compartió con el Pontífice las preocupaciones de la OMM sobre los peligros del cambio climático, en particular los indicadores de aumento de temperatura global, la subida del nivel del mar y el derretimiento de glaciares, todos los cuales continúan empeorando. Estos fenómenos están generando un impacto directo en la migración, el estrés hídrico en niños, las olas de calor y el desplazamiento de pueblos originarios.
La respuesta global y articulada, entre religiones y organismos
Saulo manifestó su conmoción por el «grado de conciencia» del Santo Padre en relación con la crisis climática. A su vez, expresó su confianza en que un esfuerzo conjunto entre la Iglesia, las comunidades interreligiosas y la ciencia puede ser clave para aumentar la conciencia sobre la crisis climática y motivar a la acción global. «Podemos hacer algo», afirmó, destacando la importancia de preparar a las comunidades para adaptarse a un clima cada vez más hostil.
La experta, quien participó en la COP29 de Azerbaiyán, mencionó que la próxima cumbre (COP 30), que se celebrará en Belén, Brasil, representa una oportunidad crucial para un llamado urgente a la acción climática. Esta exhortación será de especial relevancia en América Latina, un continente altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, a pesar de haber contribuido poco al deterioro del sistema climático global. Entre las regiones más azotadas figuran también África, el Sudeste Asiático, el Caribe y los pequeños Estados insulares amenazados por la subida del nivel del mar.
La reunión subraya la necesidad de una respuesta global unificada para enfrentar los retos del cambio climático y proteger a las poblaciones más afectadas por la crisis ambiental.
Datos alarmantes: los efectos devastadores del cambio climático
De acuerdo con el Atlas de Mortalidad y Pérdidas de la OMM (2023), entre 1970 y 2021 se registraron más de 12,000 desastres naturales, que causaron aproximadamente 2 millones de muertes, de las cuales el 90% ocurrieron en países en desarrollo con alta exposición y vulnerabilidad socioeconómica. Estos desastres siguen cobrando vidas, especialmente en las regiones más vulnerables del mundo.
La situación es aún más grave según las últimas estadísticas de la entidad. En la reciente COP 29, la organización reveló que, entre enero y septiembre de 2024, la temperatura media global de la superficie del aire fue 1.54 grados Celsius superior a la media preindustrial, lo que pone a 2024 en camino de ser el año más cálido registrado hasta la fecha. Este calentamiento global está afectando no solo la salud humana, sino también el equilibrio ecológico. En 2023, se observó el mayor retroceso de glaciares desde que comenzaron las mediciones en 1953, con la pérdida de hielo equivalente a cinco veces el volumen de agua del Mar Muerto.
Además, el nivel global del mar ha aumentado a un ritmo alarmante. Entre 2014 y 2023, la tasa anual de aumento fue de 4.77 mm, más del doble que entre 1993 y 2002. Durante la COP 29, la OMM también destacó que los océanos han absorbido, entre 2005 y 2023, un promedio de 3.1 millones de teravatios hora (TWh) de calor cada año, más de 18 veces el consumo energético mundial en 2023. Este exceso de calor está afectando gravemente la biodiversidad marina.
Un informe adicional de la OMM sobre el estado de los recursos hídricos muestra que 2023 fue el año más seco para los ríos del mundo en los últimos 33 años, lo que pone en grave peligro los recursos de agua dulce, esenciales para la vida humana y el ecosistema global.
SEBASTIÁN SANSÓN FERRARI