El tal José Pablo López Sánchez está que no cabe en sí de gozo. Una jubilosa algarabía interior se ha adueñado del nuevo comisario monclovita en RTVE con dinero público con el que contentar a los distintos lobbies que apesebran en esa casa.
El muchacho andaluz está tan inmensamente agradecido a su hacedor (¡Samanes, mira que te fue advertido!) que se permite hablar, incluso, de un «retroceso democrático» cuando se critican posiciones informativas adoptadas por la empresa pública. ¡De qué árbol se habrá caído este hombre!
Retroceso democrático es utilizar 28 millones de dinero público para apuntalar a un clown con cierta gracia cuando esa morterada de pasta procedente del contribuyente tendría mejor destino entre los más necesitados. Retroceso democrático es manipular una mañana sí y otra noche también. Retroceso democrático es creer que una cadena de titularidad pública puede competir con el dinero del contribuyente con las radios y televisiones privadas… Eso es retroceso democrático.
Retroceso democrático es utilizar el poder vicario para poner sillas y sillones a amiguetes que te bailan el agua, ya sea en forma de tertulias o espacios para colmar la avaricia de las llamadas productoras. Retroceso democrático es pagar 120.000 euros a los amigos del Gobierno por hacer nada productivo que se conozca. Retroceso democrático es también meter a vendebulos manifiestos en la cúpula del otrora Ente.
El dinero público, señor López, tiene dueño y no es suyo. Por el aprecio que le tengo, recordarle que el poder es siempre efímero, mucho más el suyo, que es circunstancialmente vicario, y que ahí tiene a sus amigos de Moncloa desfilando por los juzgados.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 15.12.2024