La fundación pontificia «Ayuda a la Iglesia Necesitada» quiere apoyar a viudas, huérfanos y víctimas del terrorismo en el norte de Nigeria.
Rebeca Bitrus, madre de familia cristiana de Maiduguri, al noreste de Nigeria, es un ejemplo de fortaleza y fe frente a los ataques del grupo yihadista Boko Haram. «Cuando gritaban Allahu akbar, yo rezaba en mi interior: Jesús sálvame», ha afirmado la mujer, que estuvo secuestrada durante dos años por los terroristas. Perdió a un hijo a manos de los terroristas y quedó embarazada después de sufrir numerosas violaciones: «He perdonado a los terroristas».
Rebeca ha participado en la presentación de la campaña «Libres ante el terror» de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), para apoyar a las víctimas de Boko Haram en el norte de Nigeria. Junto a Rebeca, el padre Innocent Zambua, sacerdote de la diócesis de Maiduguri, ha señalado: «En nuestra diócesis hemos registrado unas 100.000 personas desplazadas, 300 iglesias quemadas, y 25 escualas, 3 centros de salud y 3 conventos destruidos».
Por su parte, el director de ACN en España Javier Menéndez Ros, ha destacado el papel fundamental de la Iglesia católica en las zonas que más han sufrido los ataques de Boko Haram: «Los obispos del norte de Nigeria están ayudando a todos, sin ellos la herida sería mayor». Menéndez Ros ha reafirmado el compromiso de ACN con los cristianos de Nigeria y víctimas del grupo terrorista: «Nigeria es el país más mortífero para los cristianos. No queremos dejarles solos».
Según el Instituto para la Economía y la Paz, Nigeria ocupa el tercer puesto en el ranking global de terrorismo. Boko Haram y los grupos de pastores Fulani han dejado 20.000 muertos y miles de desplazados por la violencia en 2016, según datos del Banco Mundial.
Sólo en la diócesis de Maiduguri, la Iglesia atienda a 5.000 viudas y 15.000 huérfanos víctimas de Boko Haram. En la diócesis de Kafanchan se han registrado 53 aldeas atacadas por los Fulani, con 1.000 víctimas mortales, cerca de 3.000 casas y locales comerciales destruidos y 16 iglesias atacadas.
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha contribuido con 1,5 millones de euros a paliar las necesidades de las personas que han sufrido la violencia terrorista en Nigeria en los últimos 5 años. Diócesis como las de Kaduna, Jos, Kafanchan o Maiduguri han recibido 556.950 € para proyectos de construcción, 577.611 € para el sostenimientos de sacerdotes, 234.910 € para la formación y ayuda a seminaristas, 67.300 € para la formación de catequistas y 11.400 € para la formación de novicias.
Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere con esta campaña recaudar fondos para sostener a las viudas y huérfanos víctimas de Boko Haram en la diócesis de Maiduguri, para su escolarización y formación. También quiere reconstruir las casas de aldeas cristianas quemadas por el grupo Fulani en el sur de Kaduna, entre otros proyectos relacionados con la formación de seminaristas, catequistas, y acciones a favor del diálogo interreligioso
Rebeca Bitrus
Nació el 15 de abril de 1988. Es natural de la localidad del estado de Borno llamada Pulka. Una ciudad de fuertes raíces cristianas. Procede de una familia católica muy comprometida. Tiene 7 hermanos.
Estudió hasta la Educación Secundaria y luego comenzó a vender fruta en la calle para los restaurantes de la zona, con lo que ayudaba a sostener a su familia. Se casó con su marido Bitrus en 2010 y vivían en Kangarwa, cerca de Baga, también en el estado de Borno. Su marido se dedicaba a la agricultura.
Cuando el grupo terrorista Boko Haram invadió Baga el 21 de agosto de 2014, ella fue secuestrada junto con sus dos hijos. Fue llevada a un campo de entrenamiento en el que vivió durante dos años. Logró escapar en 2016.
Tiene dos hijos: Zacarías de 8 años y Cristóbal de 2. Ella y su familia viven ahora en un campo de desplazados en Maiduguri junto con otras 25 familias. Este campo está apoyado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.