Este miércoles 23 de octubre, al final de la sesión informativa de los trabajos del Sínodo, el cardenal Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, señaló que esta Asamblea sinodal es una riqueza muy grande de escucha y de diálogo que nos invita a una profunda conversión.
Ciudad del Vaticano, 23 de octubre 2024.- “El Sínodo es esa gran invitación a una conversión que también puede servir para que nosotros invitemos a otros a dialogar, a escuchar, a buscar juntos lo que es de verdad el bien para el pueblo y también a superar las polarizaciones”, es cuanto ha afirmado el cardenal Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos al final de la sesión informativa de los trabajos del Sínodo, realizado este miércoles 23 de octubre, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Sínodo es una invitación a una conversión
El cardenal agustino al referirse al proceso sinodal que inició en 2021 señaló que él lo ha podido vivir desde diferentes perspectivas. Al inicio como obispo de la diócesis de Chiclayo, Perú, y luego como Prefecto de este Dicasterio, y dijo que ha sido “una riqueza muy grande” poder dialogar, conocer y escuchar a tantas personas, de tantos lugares, de tantas experiencias a la Iglesia.
“Creo que el Sínodo está produciendo en sus participantes y en los que están participando en el proceso escuchando desde lejos, esa invitación a una conversión, a un reconocimiento de la importancia de ser Iglesia escuchando, dialogando, promoviendo una experiencia nueva en lo que es caminar unidos, lo que es sínodo, caminar juntos, buscando juntos la presencia del Señor en nuestra vida y tratando de ver cómo podemos ser una Iglesia que verdaderamente refleja lo que Jesucristo ha querido para su pueblo, para el mundo”.
Sobre la figura de los Obispos, un tema que estuvo al centro de las discusiones de la Asamblea sinodal y de las preguntas de los periodistas en la sesión informativa, el cardenal Prevost recordó que el Obispo tiene la misión y vocación de servir.
“Creo que es muy importante recordar que, el obispo reconozca que en primer lugar está llamado a servir, a acercarse al pueblo y buscar a los que quizás están un poco lejos. Yo me acuerdo siempre la imagen del pastoral que un obispo lleva, el báculo, que muchas veces tiene esa curva y muchos dicen bueno el obispo, pues camina con el pueblo y algunas veces tiene también que jalar un poco a los que quizás están desviándose del camino. El Papa Francisco dice, el obispo camina adelante para dar ese liderazgo, camina junto al pueblo y también a veces desde atrás tiene que empujar. Creo que, en términos muy sencillos, pues el obispo tiene que estar con el pueblo escuchando, conociendo su realidad, abriendo sus ojos al sufrimiento de tantas personas, de tantas comunidades y dando todo para estar con ellos, para compartir la fe, para anunciar a Jesucristo en medio del mundo y en ese sentido animar con esperanza al pueblo de Dios donde le toca servir”.
El papel de las Conferencias Episcopales en estilo sinodal
Asimismo, el Prefecto del Dicasterio para los Obispos indicó que, uno de los desafíos de las Conferencias Episcopales está en su estilo de ser Conferencia, que las realidades de las Conferencias Episcopales son muy variadas, pero que se puede aprender mucho del Sínodo.
“Hablar las Conferencias Episcopales en realidad es hablar de muchos estilos de ser Conferencia. Hay Conferencias Episcopales de dos o tres obispos, como también hay Conferencias de cientos de miembros. Entonces, esa realidad también es un desafío donde la realidad concreta tiene que verse dentro de muchos criterios. Creo que los estilos de las Conferencias pueden cambiar, sé de algunas Conferencias que ya han empezado a utilizar, por ejemplo, ese método de la conversación en el espíritu buscando mejorar el diálogo entre los obispos, fortalecer la comunión, la amistad, la fraternidad entre los obispos y a través de estos elementos compartiendo siempre la oración y la fe los obispos pueden ser quizás un poco más fieles en el dar este servicio a su pueblo”.
El Sínodo nos enseña a superar las polarizaciones
Finalmente, el cardenal Prevost dijo que el Sínodo es esa gran invitación a una conversión eclesial que nos puede ayudar a superar las polarizaciones internas y externas, es esa invitación a sentarnos a dialogar y a escucharnos con el fin de buscar el bien de todos.
“La polarización que existe en muchos lugares es un verdadero desafío que no viene necesariamente de la Iglesia, no es causado ciertamente por la Iglesia, pero es la realidad en que vivimos. Creo que con el Sínodo todos podemos aprender nuevos métodos a invitar a todos a una mesa de diálogo, podemos dar este testimonio de promover la paz y el diálogo en medio al mundo que muchas veces ve sufrir conflictos, polarización, una incapacidad de hablar unos con otros, personas cerradas en sus ideas sin el deseo, sin la disponibilidad de escuchar al otro. El Sínodo es esa gran invitación a una conversión que también puede servir para que nosotros invitemos a otros a dialogar, a escuchar, a buscar juntos lo que es de verdad el bien para el pueblo y por supuesto el mensaje del Evangelio”.
PATRICIA YNESTROZA y RENATO MARTÍNEZ