Ciudad del Vaticano, (VIS).-En la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, presentó el 9 de diciembre la campaña internacional de movilización »Stop a las amenazas en Internet» en el contexto del XXV aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Infancia. En la conferencia de prensa han participado también Don Fortunato Di Noto, presidente de la Asociación Meter; Olivier Duval, presidente del BICE (Bureau International Catholique de l’Enfance); Laetitia Chanut, ex victima de molestias en Internet y testimonio de la campaña; y Flaminia Giovanelli, subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz.
En la presentación, se ha evidenciado que las molestias en Internet son una nueva forma de violencia a tener en cuenta y ha surgido la cuestión del tiempo que la Web sustrae a las relaciones familiares. Con ello se ha planteado si la conexión continua en la que viven los adolescentes y jóvenes, y de la cual todos nos quejamos, no tenga su origen en el no haber perdido o no perder tiempo con ellos, es decir, no haber utilizado el tiempo para escucharles. Se ha explicado que existen numerosos estudios sociológicos que examinan la cuestión de los riesgos del desarrollo de las tecnologías de la información y que requieren que los padres sean mediadores de la experiencia tecnológica de los hijos. Incluso hay encuestas que revelan cómo las redes sociales pueden ser lugares de encuentro entre padres e hijos.
Hay ejemplos que demuestran que cuando las relaciones familiares son positivas es más fácil que el potencial de las redes sociales se traduzca en una mayor cohesión tanto entre las personas de la misma generación como entre las de una generación y otra. De la misma manera se ha visto que donde las relaciones familiares son escasas o conflictivas, las redes sociales favorecen caminos individualistas y formas que sustituyen esas relaciones. Además se ha hablado de que, en el mundo globalizado en el que vivimos, cada vez más a menudo hay familias que tienen alguno de sus componentes viviendo lejos y cómo las redes sociales se convierten en este caso en un vehículo importante de información y mantenimiento de los afectos. Pero no por ello hay que olvidar que siempre se necesitará un encuentro real ya que no podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos.
Ante estas situaciones la Iglesia no puede quedar excluida y se ha destacado la posibilidad que la Web ofrece para la evangelización y la asistencia espiritual, y la necesidad de un compromiso pastoral en la formación de las familias. De esta manera, el cardenal Turkson ha apuntado que la Santa Sede, a través de la ratificación de los tratados sobre los derechos de la infancia expresa su constante preocupación por el bienestar de los niños y las familias, con la esperanza de que estos acuerdos sean capaces de garantizar la protección de los derechos e intereses de los niños, que San Juan Pablo II, definió como «tesoro precioso (…) dado a cada generación como un reto a su sabiduría y humanidad».