Ciudad del Vaticano, (VIS).- En la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la conferencia de presentación del proyecto »El Gran Misterio. El Evangelio de la Familia, escuela de humanidad para nuestros tiempos», promovido por el Pontificio Consejo para la Familia y por el maestro Andrea Bocelli. Se trata de una serie di eventos, sobre todo espectáculos de luz y sonido, en diversas ciudades europeas en el año dedicado a la reflexión sobre la familia, en vista de la próxima asamblea sinodal de octubre. Han intervenido el obispo Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo de la Familia, Andrea Bocelli y el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo Barcelona, la primera ciudad que acogerá el acontecimiento en la basílica de la Sagrada Familia.
En su intervención el cardenal Martínez Sistach recordó la dimensión universal de la basílica barcelonesa, que cada año visitan más de tres millones de personas, y su riqueza en simbología bíblica, teológica y litúrgica y destacó que la iniciativa del Pontificio Consejo, que se abre precisamente en un templo dedicado a la Sagrada Familia, se propone, a través de la belleza, la música y el pensamiento, »presentar la hermosura y la trascendencia del misterio de la familia cristiana, que consiste en una comunidad íntima de vida y amor entre los cónyuges y entre padres e hijos y hermanos entre sí, en el seno de una familia más grande, en la sociedad y la Iglesia. Las grandes virtudes y valores de la familia cristiana hoy son muy necesarias y urgentes. No podemos olvidar que el Vaticano II, hablando del matrimonio y de la familia, nos dijo que el bien de las personas, de la sociedad y de la Iglesia está estrechamente ligado a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar»
»La basílica de la Sagrada Familia -explicó el arzobispo de Barcelona- es una manifestación del gran misterio de Dios y del hombre. En nuestro tiempo en que el hombre trata de construir su vida sin Dios, como si El no tuviera nada que decirle, este magnífico templo tiene un gran significado. Gaudí, con su obra magna, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad estriba, como él mismo dijo, en volver al origen que es Dios. La basílica es, en medio de la gran ciudad, un espacio de belleza, fe y esperanza, que lleva al ser humano al encuentro con Aquel que es la Verdad y la Belleza misma».