El papa Francisco dio inicio a su peregrinación hacia el santuario de Fátima yendo a rezar el viernes 12 por la mañana a los pies de la patrona de Roma, en la basílica de Santa María la Mayor. Lo indicó el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke, en una comunicación a través de su cuenta Twitter.
Se consolida así la tradición de ir a los pies de la imagen de María Salus Populi Romani, antes de un viaje internacional para ofrecerle un bouquet de flores y pedirle sus bendiciones.
El vuelo de Alitalia que le lleva a Portugal parte a las 14 horas de Roma, desde el aeropuerto Leonardo Da Vinci en la localidad de Fiumicino, y llegará a Portugal a las 16 horas locales, en un vuelo de tres horas, con 1 hora de diferencia de huso horario.
Despega el avión de Alitalia que lleva el Pontífice a Portugal
El ‘tuit’ de Greg Burke desde el avión
En un tuit el Santo Padre pide a todos oraciones y que se unan a él como peregrinos de la paz
La aeronave de Alitalia A321, que lleva al papa Francisco a Portugal, partió a las 14 horas de Roma. El viaje de 3,20 horas cruzará el espacio aéreo de Italia, Francia, España y Portugal y recorrerá 1.794 kilómetros. El aterrizaje está programado para las 16,20 locales, con un huso horario de menos una hora respecto a Roma.
En su cuenta Twitter, el Papa antes de partir escribió: “Pido a todos ustedes que se unan a mí como peregrinos de la esperanza y de la paz: que vuestras manos en oración continúen sosteniendo las mías”.
El avión aterriza, ceremonia en la Base Aérea de Monte Real
El Santo Padre baja del avión en la base portuguesa de Monte Real
El Papa saluda a las autoridades religiosas y civiles, reza delante del Santísimo y saluda a un grupo de enfermos
En la base aérea de Monte Real la aeronave A321 de Alitalia que llevaba al papa Francisco aterrizó poco antes de las 16:30 horas locales. Durante el vuelo el Santo Padre saludó a los 70 periodistas presentes: “Es un viaje de oración, de encuentro con el Señor y con la santa Madre de Dios”, aseguró.
En el aeropuerto el nuncio apostólico en Portugal, Rino Passiagato, subió al avión y lo saludó y el presidente de la República de Portugal, Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa, lo hizo al pie de la escalera. Estaban presentes diversas autoridades políticas, obispos portugueses, y un grupo de unas mil personas. La banda tocó los himnos de Portugal y del Vaticano, y le presentaron los honores militares.
Desde allí fueron al edificio de la torre de control, donde el Pontífice tuvo un encuentro privado con el presidente, al final del cual hubo un intercambio de regalos. El Papa entregó un mosaico recordatorio del centenario de las apariciones. El presidente del Parlamento y el primer ministro con sus familias lo saludaron y a la salida le esperaban tres niños vestidos con trajes típicos y llevando flores.
En un auto eléctrico el Santo Padre fue hasta la capilla de la base, saludando a las personas presentes en el recorrido. En la capilla el sucesor de Pedro permaneció en adoración silenciosa del Santísimo. Después saludó algunos militares enfermos y a sus familias y tras haber firmado el libro de honor salió del edificio. Allí un coro de la aeronáutica entonó un himno mariano. El Pontífice entonces se embarcó en un helicóptero que le llevó desde la base aérea de Monte Real hacia el Estadio de Fátima, a unos 40 kilómetros de distancia.
Una Rosa de oro de Francisco para Nuestra Señora de Fátima
La Rosa de oro que Francisco ofrecerá a la Virgen de Fátima
El Santo Padre precisó que el mejor bouquet que ofrecerá a María será el corazón de todos los cristianos
El papa Francisco depositará hoy viernes a los pies de Nuestra Señora de Fátima una rosa de oro, al término de su oración en la pequeña capilla de las apariciones, durante su peregrinación de paz y de esperanza, como lo han hecho Benedicto XVI en el 2010.
El Santo Padre ha hecho este pasado miércoles 10, alusión al sentido espiritual de esta oferta en su mensaje video a los portugueses: “Necesito de vuestra unión (física y espiritual, lo importante es lo que viene del corazón) para componer mi bouquet de flores, mi “rosa de oro”.
El Pontífice ya ofreció en otras oportunidades una rosa de oro: al santuario mariano de Nuestra Señora de Czestochowa, en Polonia, en julio de 2016 y al de Nuestra Señor del Cobre en Cuba, en septiembre de 2015.
El papa León IX creó en el 1059 esta distinción, en reconocimiento por los servicios dados a la Iglesia. Pero fue el papa Pablo VI que el 21 de noviembre de 1964 envió a Fátima la primera rosa de oro, al término de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. Ella fue depositada el 13 de mayo de 1965 por su legado, el cardenal Fernando Cento.
Entretanto Benedicto XVI fue el primero a entregarla personalmente, durante su oración en la pequeña Capilla de las Apariciones el 12 de mayo de 2010, como un “homenaje de gratitud”, hacia Nuestra Señora de Fátima.
Otros santuarios marianos fueron igualmente homenajeados por los papas con una rosa de oro, como en Braga, donde san Juan Pablo II la ofreció el 8 de diciembre de 2004 con motivo del centenario de la coronación de la imagen de Nuestra Señora do Sameiro.
San Juan Pablo II, quien estuvo en Fátima en 1982, en 1991 y en el año 2000, ofreció la munición del atentado del 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, durante una ceremonia de consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María, en presencia de la imagen venerada en la capilla de las apariciones. La munición fue insertada en la corona de la imagen de la Virgen.
El sucesor de Pedro ofrecerá también una imagen de san Francisco de Asís a la capilla de la base aeronáutica portuguesa de Monte Real, donde su avión llega este 12 de mayo.
También un mosaico evocador del centenario de las apariciones al presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
Otro de los dones será un cuadro de la Última Cena, a la casa Nuestra Señora del Monte Carmelo, donde pernoctará como san Juan Pablo II y Benedicto XVI, y un cáliz y una casulla al obispo Leiría-Fátima, Mons. Antonio Augusto dos Santos Marto, y un cáliz a la nunciatura apostólica.
Anita Bourdin
Francisco llega al Santuario y reza en la capilla de las apariciones
El Papa pone una rosa de oro a los pies de María
El Sucesor de Pedro deposita a los pies de la imagen de Nuestra Señora una rosa de oro
El papa Francisco llegó este viernes por la tarde al Santuario de Fátima, donde cientos de miles de peregrinos le esperaban en un clima de gran entusiasmo.
El helicóptero aterrizó en estadio de la ciudad y de allí en el Pontífice en papamóvil fue al Santuario tras saludar a las autoridades civiles de la ciudad y al obispo António Augusto dos Santos Marto.
Por las calles le esperaban miles de personas que le saludaban con emoción a su paso. Una vez en el santuario, cuya explanada contiene a unas 500 mil personas, el Papa rezó delante de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, en cuya la corona está la munición del atentado que sufrió san Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro.
El sucesor de Pedro hizo una larga oración leída en portugués, de la que reproducimos algunos párrafos.
“Peregrino de la Paz que tú anuncias en este lugar, alabo a Cristo, nuestra paz,” –rezó el Papa– e imploró para el mundo “la concordia entre todos los pueblos”.
El Santo Padre añadió: “Peregrino de la Esperanza que el Espíritu anima, vengo como profeta y mensajero para lavar los pies a todos, en torno a la misma mesa que nos une”. “Haz que sigamos el ejemplo de los beatos Francisco y Jacinta, y de todos los que se entregan al anuncio del Evangelio”.
“Muéstranos la fuerza de tu manto protector. En tu Corazón Inmaculado, sé el refugio de los pecadores y el camino que conduce a Dios. Unido a mis hermanos, en la Fe, la Esperanza y el Amor, me entrego a Ti. Unido a mis hermanos, por ti, me consagro a Dios, Oh Virgen del Rosario de Fátima”.
Al concluir el momento de oración, el Papa visiblemente emocionado depositó una Rosa de Oro a la Virgen de Fátima, e impartió su bendición final. De aquí fue la la Casa “Nossa Senhora do Carmo” donde se aloja.
Sergio Mora
Oración del Papa en Fátima: ‘Unido a mis hermanos me entrego a Ti’
“Peregrino de la Esperanza vengo como profeta
y mensajero para lavar los pies a todos”
Texto de la oración que el papa Francisco reza ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima, el viernes 12 de mayo, después de haber rezado el santo rosario.
El Santo Padre:
Salve Reina, Bienaventurada Virgen de Fátima, Señora del Corazón Inmaculado,
refugio y camino que conduce a Dios.
Peregrino de la Luz que procede de tus manos, doy gracias a Dios Padre que,
siempre y en todo lugar, interviene en la historia del hombre;
peregrino de la Paz que tú anuncias en este lugar, alabo a Cristo, nuestra paz,
y le imploro para el mundo la concordia entre todos los pueblos;
peregrino de la Esperanza que el Espíritu anima, vengo como profeta y mensajero
para lavar los pies a todos, en torno a la misma mesa que nos une.
Estribillo cantado por la asamblea:
Ave o clemens, ave o pia! Salve Regina Rosarii Fatimæ. Ave o clemens,
ave o pia! Ave o dulcis Virgo Maria.
El Santo Padre:
¡Salve, Madre de Misericordia, Señora de la blanca túnica!
En este lugar, desde el que hace cien años manifestaste a todo el mundo
los designios de la misericordia de nuestro Dios,
miro tu túnica de luz y, como obispo vestido de blanco,
tengo presente a todos aquellos que, vestidos con la blancura bautismal,
quieren vivir en Dios y recitan los misterios de Cristo para obtener la paz.
Estribillo…
El Santo Padre:
¡Salve, vida y dulzura, salve, esperanza nuestra, Oh Virgen Peregrina, oh Reina Universal!
Desde lo más profundo de tu ser, desde tu Inmaculado Corazón,
mira los gozos del ser humano cuando peregrina hacia la Patria Celeste.
Desde lo más profundo de tu ser, desde tu Inmaculado Corazón,
mira los dolores de la familia humana que gime y llora en este valle de lágrimas.
Desde lo más íntimo de tu ser, desde tu Inmaculado Corazón,
adórnanos con el fulgor de las joyas de tu corona y haznos peregrinos como tú fuiste peregrina.
Con tu sonrisa virginal, acrecienta la alegría de la Iglesia de Cristo.
Con tu mirada de dulzura, fortalece la esperanza de los hijos de Dios.
Con tus manos orantes que elevas al Señor, une a todos en una única familia humana.
Estribillo …
El Santo Padre:
¡Oh clemente, oh piadosa, Oh dulce Virgen María,
Reina del Rosario de Fátima!
Haz que sigamos el ejemplo de los beatos Francisco y Jacinta,
y de todos los que se entregan al anuncio del Evangelio.
Recorreremos, así, todas las rutas, seremos peregrinos de todos los caminos,
derribaremos todos los muros y superaremos todas las fronteras,
yendo a todas las periferias, para revelar allí la justicia y la paz de Dios.
Seremos, con la alegría del Evangelio, la Iglesia vestida de blanco,
de un candor blanqueado en la sangre del Cordero
derramada también hoy en todas las guerras que destruyen el mundo en que vivimos.
Y así seremos, como tú, imagen de la columna refulgente que ilumina los caminos del mundo,
manifestando a todos que Dios existe, que Dios está,
que Dios habita en medio de su pueblo, ayer, hoy y por toda la eternidad.
Estribillo…
El Santo Padre junto con todos los fieles:
¡Salve, Madre del Señor, Virgen María, Reina del Rosario de Fátima!
Bendita entre todas las mujeres, eres la imagen de la Iglesia vestida de luz pascual,
eres el orgullo de nuestro pueblo, eres el triunfo frente a los ataques del mal.
Profecía del Amor misericordioso del Padre,
Maestra del Anuncio de la Buena Noticia del Hijo,
Signo del Fuego ardiente del Espíritu Santo,
enséñanos, en este valle de alegrías y de dolores,
las verdades eternas que el Padre revela a los pequeños.
Muéstranos la fuerza de tu manto protector.
En tu Corazón Inmaculado, sé el refugio de los pecadores
y el camino que conduce a Dios.
Unido a mis hermanos, en la Fe, la Esperanza y el Amor, me entrego a Ti.
Unido a mis hermanos, por ti, me consagro a Dios,
Oh Virgen del Rosario de Fátima.
Y cuando al final me veré envuelto por la Luz que nos viene de tus manos,
daré gloria al Señor por los siglos de los siglos.
Amén.
Plegaria silenciosa del Papa ante las tumbas de Jacinta y Francisco
El Sucesor de Pedro reza ante las tumbas de Jacinta y Francisco
El Santo Padre saluda al sacerdote más anciano de Portugal, de 104 años
En este sábado 13 de mayo, centenario de la primera aparición de María en Fátima, el santo padre Francisco presidió la santa misa y ceremonia de canonización de dos de los tres pastorcitos que vieron a María en la Cova de Iría.
Poco antes el Pontífice rezó en el interior de la iglesia, de Nuestra Señora del Rosario, delante de las tumbas de los niños pastores Jacinta y Francisco Marto, primos de 7 y 9 años de edad, fallecidos poco después, como la Virgen le predijo en una de las apariciones. El tercer pastorcito fue Lucía, después religiosa de clausura en un Carmelo, fallecida a los 98 años y con proceso de beatificación en curso.
Son los primeros niños canonizados no mártires. Está el joven salesiano santo Domingo Sávio, elevado también a los altares, pero él era un adolescente.
El Papa allí saludó también al sacerdote portugués más anciano, de 104 años, y a una familia de refugiados sirios.
El Papa declara santos a Jacinta y Francisco Marto
Altar de la canonización Jacinta y Francisco Marto
Santos no por haber visto a la Virgen, sino por haber dado testimonio de la fe
“Con la autoridad de la Iglesia, de Pedro Pablo y nuestra”, dijo el Pontífice, “declaramos y definimos santos, los beatos Francisco Marto y Jacinta Marto y los inscribimos en el catálogo de los santos”.
Con estas palabras el santo padre Francisco los declaró santos, no por haber visto a la Virgen, sino por haber dado testimonio de la fe, incluso cuando el alcalde les amenazó de muerte.
Así después de un par de días durante los cuales los fieles desafiaron la lluvia, en este 13 de mayo de primavera, centenario de las apariciones de María en Fátima el Santo Padre Francisco canonizó a Jacinta y Francisco Marto, los dos primos que junto con Lucia fueron los testimonios del ciclo de apariciones marianas.
Mientras el coro cantaba el Veni Creator Spiritus, desde la basílica del Rosario el cortejo entró hasta el altar puesto delante de la explanada, donde unas 500 mil personas esperaban este momento histórico de la canonización y santa misa. La procesión incluyó una imagen de Nuestra Señora y los dos relicarios en forma de candelabros con las reliquias de Francisco y Jacinta, cargados por la postuladora de la causa de canonización de los dos pastorcitos, la hermana Ângela Coelho.
El Pontífice vestía paramentos color crema con bordes dorados y vede, endosando el palio. La ceremonia inició con la petición del obispo de Fatima -Leiria, Antonio Marto, de que los dos niños sean declarados santos, como autorizado por la Congregación de la Causa de los Santos.
Le siguió el Kyrie, una oración y la proclamación de santidad de los dos pastorcitos, cuya fiesta litúrgica se celebrará cada 20 de febrero, fecha de la muerte de santa Jacinta Marto.
Inmediatamente después de la canonización el coro entonó el “Salve Salve pastorinhos, videntes de María”, el himno dedicado a los primeros dos niños santos no mártires. Estaban allí presentes los presidentes de Portugal, Paraguay y Santo Tomás y Príncipe y varios cientos de miles de fieles y peregrinos reunidos en la explanada del santuario.
Sergio Mora
Canonización de Jacinta y Francisco Marto. Texto de la homilía del papa Francisco en Fátima
Papa Francisco durante la homilia en Fatima
“Queridos peregrinos, tenemos una Madre”. “Fátima es un manto del luz que nos cubre”. Seamos Iglesia “misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor”
En el día del centenario de la primera de las apariciones de María en Fátima, dos de los tres pastorcitos fueron canonizados: Santa Jacinta y san Francisco Marto.
Tras declararlos santos, en medio del júbilo generalizado y los aplausos, el papa Francisco presidió la misa ante varios cientos de miles de peregrinos reunidos en la explanada delante del santuario mariano.
En la homilía el papa Francisco recordó algunos hechos de las apariciones, reiteró con fuerza que “¡Tenemos Madre!”, que “Fátima es un manto del luz que nos cubre”, e invitó a que “con la protección de María, seamos en el mundo centinelas que sepan contemplar el verdadero rostro de Jesús Salvador, que brilla en la Pascua, y descubramos de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor”.
El texto:
Queridos Peregrinos, tenemos una Madre.
Con esta esperanza, nos hemos reunido aquí para dar gracias por las innumerables bendiciones que el Cielo ha derramado en estos cien años, y que han transcurrido bajo el manto de Luz que la Virgen, desde este Portugal rico en esperanza, ha extendido hasta los cuatro ángulos de la tierra.
Como un ejemplo para nosotros, tenemos ante los ojos a san Francisco Marto y a santa Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios, para que lo adoraran. De ahí recibían ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos. La presencia divina se fue haciendo cada vez más constante en sus vidas, como se manifiesta claramente en la insistente oración por los pecadores y en el deseo permanente de estar junto a «Jesús oculto» en el Sagrario.
En sus Memorias (III, n.6), sor Lucía da la palabra a Jacinta, que había recibido una visión: «¿No ves muchas carreteras, muchos caminos y campos llenos de gente que lloran de hambre por no tener nada para comer? ¿Y el Santo Padre en una iglesia, rezando delante del Inmaculado Corazón de María? ¿Y tanta gente rezando con él?» Gracias por haberme acompañado. No podía dejar de venir aquí para venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas.
Bajo su manto, no se pierden; de sus brazos vendrá la esperanza y la paz que necesitan y que yo suplico para todos mis hermanos en el bautismo y en la humanidad, en particular para los enfermos y los discapacitados, los encarcelados y los desocupados, los pobres y los abandonados. Queridos hermanos: pidamos a Dios, con la esperanza de que nos escuchen los hombres, y dirijámonos a los hombres, con la certeza de que Dios nos ayuda. E
n efecto, él nos ha creado como una esperanza para los demás, una esperanza real y realizable en el estado de vida de cada uno. Al «pedir» y «exigir» de cada uno de nosotros el cumplimiento de los compromisos del propio estado (Carta de sor Lucía, 28 de febrero de 1943), el cielo activa aquí una auténtica y precisa movilización general contra esa indiferencia que nos enfría el corazón y agrava nuestra miopía.
No queremos ser una esperanza abortada. La vida sólo puede sobrevivir gracias a la generosidad de otra vida. «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24): lo ha dicho y lo ha hecho el Señor, que siempre nos precede.
Cuando pasamos por alguna cruz, él ya ha pasado antes. De este modo, no subimos a la cruz para encontrar a Jesús, sino que ha sido él el que se ha humillado y ha bajado hasta la cruz para encontrarnos a nosotros y, en nosotros, vencer las tinieblas del mal y llevarnos a la luz.
Que, con la protección de María, seamos en el mundo centinelas que sepan contemplar el verdadero rostro de Jesús Salvador, que brilla en la Pascua, y descubramos de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor.
El sucesor de Pedro a los enfermos: «vivan esto como una gracia»
Después de la misa. Y a continuación almuerza con los obispos portugueses
El papa Francisco al concluir la santa misa de canonización de santa Jacinta y san Francisco Marto, bendijo a los enfermos presentes y entregó un regalo a la Casa “Nossa Senhora do Carmo” donde a las 12:30 almorzó con los obispos de Portugal.
A los enfermos el Pontífice les dijo “el Señor nos precede siempre: cuando atravesamos por alguna cruz, él ya ha pasado antes. En su Pasión, cargó con nuestros sufrimientos. Jesús sabe lo que significa el sufrimiento, nos comprende, nos consuela y nos da fuerza, como hizo con san Francisco Marto y santa Jacinta, y con los santos de todas las épocas y lugares. Pienso en el apóstol Pedro, en cómo la Iglesia entera rezaba por él mientras estaba encadenado en la prisión de Jerusalén. Y el Señor lo consoló.
Este es el misterio de la Iglesia: la Iglesia pide al Señor que consuele a los afligidos y él los consuela, incluso de manera oculta; los consuela en la intimidad del corazón y les consuela dándoles fortaleza.
Queridos peregrinos, ante nuestros ojos tenemos a Jesús invisible pero presente en la Eucaristía, así como tenemos a Jesús oculto pero presente en las llagas de nuestros hermanos y hermanas enfermos y atribulados.
En el altar, adoramos la carne de Jesús; en ellos, descubrimos las llagas de Jesús. El cristiano adora a Jesús, el cristiano busca a Jesús, el cristiano sabe reconocer las llagas de Jesús.
Hoy, la Virgen María nos repite a todos nosotros la pregunta que hizo, hace cien años, a los pastorcillos: «¿Queréis ofreceros a Dios?». La respuesta: «¡Sí, queremos!», nos ofrece la oportunidad de entender e imitar su vida. Ellos la vivieron con todo lo que conlleva de alegría y sufrimiento, en una actitud de ofrecimiento al Señor.
Queridos enfermos, vivan vuestra vida como una gracia y digan a Nuestra Señora, como los pastorcillos, que desean ofrecerse a Dios con todo el corazón.
No se consideren solamente como unos destinatarios de la solidaridad caritativa, sino partícipes a pleno título de la vida y misión de la Iglesia. Vuestra presencia silenciosa, pero más elocuente que muchas palabras, vuestra oración, el ofrecimiento diario de vuestros sufrimientos, en unión con los de Jesús crucificado por la salvación del mundo, la aceptación paciente y hasta alegre de vuestra condición son un recurso espiritual, un patrimonio para toda comunidad cristiana.
No tengan vergüenza de ser un tesoro valioso de la Iglesia. Jesús va a pasar cerca de vosotros en el Santísimo Sacramento para manifestaros su cercanía y su amor. Confíenle vuestro dolor, vuestros sufrimientos, vuestro cansancio. Cuenten con la oración de la Iglesia que, por vosotros y con vosotros, se eleva al cielo desde todas partes. Dios es Padre y nunca los olvida”.
El papa Francisco se despide y parte hacia a Roma
Concluye el viaje de 23 horas del Pontífice al santuario mariano portugués
El santo padre Francisco, visiblemente contento, concluyó el sábado 13 por la tarde su visita en Portugal donde estuvo en el santuario mariano de Fátima para celebrar el centenario de las apariciones marianas y canonizar a los pastorcitos Jacinta y Francisco Marto.
En la Casa Nuestra Señora del Carmen, donde al concluir las ceremonias religiosas el Pontífice almorzó con los obispos de Portugal, el cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, en nombre de los obispos lusos se dirigió al Papa y agradeció a Dios por “la gran gracia de tenerlo con nosotros en la celebración del centenario de las apariciones de Nuestra Señora del Rosario de Fátima”.
Desde allí el Pontífice al salir de la residencia donde se alojó la noche del viernes, saludó desde un vehículo abierto a miles de peregrinos que aún le esperaban, hasta que cambió a un auto cerrado que le llevó al aeropuerto, a unos 40 kilómetros de distancia. En la base militar de Monte Real saludó a peregrinos y autoridades que le le aguardaban y subió al avión que partió hacia Roma.
La aeronave de Transportes Aéreos Portugueses (TAP) cruza el espacio aéreo de Portugal, España, Francia e Italia. Los datos oficiales indican que Fátima acogió a medio millón de peregrinos de 55 países, deseosos de participar en la visita del Papa.
El presidente de Portugal afirmó al concluir al visita del Pontífice a Portugual, que esta “superó todas las expectativas”.
El Papa aterriza en Roma. Da una rueda de prensa en el avión
Papa Francisco en el avión
Foto archivo (Osservatore © Romano)
Fátima hoy, lefebristas, encuentro con Trump, son algunos de los temas
El vuelo del santo padre Francisco procedente de Portugal aterrizó a las 19:20 en Roma. Desde el aeropuerto el Santo Padre fue directamente al Vaticano, a la residencia Santa Marta.
En el avión el Pontífice respondió a varias preguntas. Así explicó que “Fatima tiene un mensaje de paz es indudable”, que la canonización no estaba programada hasta que el proceso del milagro se desbloqueó.
Interrogado por qué en la oración el Papa se presentó como el obispo vestido de blanco que se aplicaba a la tercera parte y a Juan Pablo II. Francisco puntualizó “La oración no la hice yo, pero el santuario”. Si bien reconoció que hay una conexión entre el blanco de la túnica y la inocencia de los pastorcitos. Creo que han expresado esa inocencia. Sobre el tercer secreto indicó que “el entonces cardenal Ratzinger ha explicado todo claramente”.
Sobre el encuentro que mantendrá con el presidente estadounidense Ronald Trump el próximo 24 de mayo, el Santo Padre indicó que “nunca hago un juicio sobre una persona sin escucharla, no creo deba hacerlo”. En nuestro coloquio saldrán cosas, yo diré lo que pienso y él dirá lo que piensa. Sobre los migrantes saben que pienso. Siempre hay puertas que no están cerradas, buscarlas y hablar de los temas comunes e ir paso a paso. La paz es artesanal, se hace cada día, también la amistad entre las personas. También la amistad ente las personas, es recíproca y artesanal. Es necesario tener respeto y al mismo tiempo decir lo que se piensa de manera sincera.
Sobre el hecho que fue un 13 de mayo cuando le fue anunciado que iba a ser obispo auxiliar de Buenos Aires, el Papa señaló que solamente ayer cuando rezaba se acordó de ello y “a la Virgen le pedí perdón por mis equivocaciones”.
Sobre la Fraternità San Pio X y un acuerdo en breve señaló que la “Congregación para la doctrina de la fe ha estudiado un documento y este aún no me ha llegado”. Indicó que “las relaciones son fraternas”, y que el año pasado ha dado la dispensa para que puedan confesar y también una forma de jurisdicción para los matrimonios.
“No me gusta apurar las cosas, pero caminar y caminar, después se verá. Para mi no es un problema de vencedores o vencidos, sino de hermanos que dan pasos hacia adelante”.
Si los evangélicos y católicos podrán participar a la misma misa el Santo Padre señaló que “se han realizado grande pasos hacia adelante. Pensemos a la declaración sobre la Justificación, desde es momento el camino no se ha detenido”. Y aseguró que “no debemos detenernos, debemos rezar juntos, dar testimonio juntos, hacer juntos obras de misericordia, afirmar que Jesús es el único salvador, que la gracia viene solo de Él. Los teólogos seguirán estudiando, nosotros iremos hacia adelante por el camino”.
Apariciones de Medjugore – Francisco cita el informe Runini: serias las primeras, dudosas las recientes
En el vuelo del avión de regreso de Fátima, el Santo Padre conversa con los periodistas
En el avión de regreso de Portugal a Roma, respondió a los periodistas diversas preguntas, entre ellas sobre Medjugore.
Señaló que es importante distinguir entre las primeras apariciones y las últimas sobre las que avanzó sus dudas. En cambio señaló que los frutos espirituales de Medjugore, como la conversión de las personas son indudables, y para ello nombró recientemente a un obispo que ayudará en la parte pastoral.
“Todas las apariciones o presuntas apariciones pertenecen a la esfera privada, no son parte del magisterio público ordinario” precisó el Pontífice y que “para Medjugorje Benedetto XVI ha instituido una comisión presidida por el cardenal Ruini. Yo lo he recibido el resultado. La comisión estaba compuesta por buenos teólogos, obispos y cardenales. El informe de la comisión es muy, muy bueno. Existían algunas dudas en la Congregación para la doctrina de la fe”.
Así explicó el Papa que el “dicasterio ha juzgado oportuno enviar a cada uno de los miembros de la IV feria, (la reunión mensual de la congregación), toda la documentación, también las opiniones contrarios a al informe Ruini”.
Francisco explicó que recibió la notificación un sábado por la noche y “no me pareció justo: era como poner ‘a remate’ el informe Ruini, que está muy bien hecho”. Así “el domingo por la mañana el prefecto de la Doctrina de la Fe recibió una carta en la que le pido en cambio que en vez de enviar a la Feria IV esas opiniones contrarias, las envíen a mi personalmente”.
El Pontífice subrayó que “estas opiniones fueron estudiadas todas” y precisa que “el informe Ruini afirma que es necesario distinguir entre las primeras apariciones, cuando los videntes eran jóvenes y dice que es necesario seguir investigando”. En cambio “sobre las presuntas apariciones actuales, el informe presenta sus dudas”.
“Yo personalmente soy más malo, prefiero a la Virgen como madre y no como jefe de la oficina de telégrafos que cada día envía un mensaje. Esta no es la mamá de Jesús y estas presuntas apariciones no tienen tanto valor: lo digo como opinión personal, pero es claro”.
“El tercer punto y centro del informe Ruini es la repercusión espiritual y pastoral”, dijo, hay gente que se convierte, que encuentra a Dios, que cambia vida. Y esto no es gracias a una varita mágica. Este hecho no se puede negar”. El Papa señaló que “ahora para investigar sobre esto he nombrado a un obispo capaz, que tiene experiencia para ocuparse de la parte pastoral”.
Rueda de prensa en el avión: “Nunca he firmado la gracia” a un cura pedófilo
CTV – SAT 2000
El Papa explica los nuevos procedimientos que impiden apelarse cuando un sacerdote es reducido al estado laical
Ahora si un sacerdote es reducido al estado laical, no puede hacer apelo a la sentencia sino solamente pedir la gracia al Papa, y “nunca he firmado una gracia”.
Lo indicó este sábado el papa Francisco, en el vuelo de regreso de su peregrinación a Fátima, respondiendo a los periodistas en una rueda de prensa sobre la renuncia de la señora Marie Collins, de la Comisión de tutela de los menores.
Francisco señaló que ella “me ha explicado bien la cosa” y “es una mujer competente” que “seguirá trabajando con los sacerdotes sobre este punto”.
Reconoció que un poco de razón la tiene “porque hay muchos casos que están atrasados”, pero fue necesario hacer una legislación, gracias a la cual “en todas las diócesis hay un protocolo que deben seguir”.
Uno de los problemas es que hay poca gente que apura estas prácticas judiciales y que por ello se está buscando más personal para trabajar en todo lo atrasado. Señaló también que se está pensando a tribunales o pre-tribunales continentales para que ayuden antes que el caso llegue a Roma.
Indicó también que cuando un sacerdote era reducido al estado laical podía apelarse a la cuarta sesión de la Doctrina de la Fe, (IV Feria), que era la misma que lo había condenado, por ello creó otro tribunal “a cargo de una persona indiscutible, el arzobispo de Malta, Scicluna, de los más duro contra los abusos”.
De este modo si se aprueba la sentencia, el caso se acaba. El sacerdote “solamente tiene posibilidad de apelarse al Papa para pedir la gracia” y aseguró “Nunca he firmado una gracia”.
El Papa en la vigilia del viernes 12: ‘Seamos con María signo de la misericordia de Dios’
Fátima, ceremonia bendición de las velas
(Osservatore © Romano)
En la ceremonia de las velas y el rezo del santo rosario
(ZENIT – Roma).- El papa Francisco, en la noche del viernes 12, dirigió unas palabras con motivo de la bendición de las velas y el rezo del Santo Rosario en la Capilla de las Apariciones, en el Santuario de Fátima en Portugal, en las que deseó “que seamos, con María, signo y sacramento de la misericordia de Dios que siempre perdona, perdona todo”.
Y llevados de la mano de la Virgen Madre y ante su mirada, concluyó el Papa,“podemos decir: Mi alma te canta, oh Señor. La misericordia que tuviste con todos tus santos y con todo tu pueblo fiel la tuviste también conmigo”.
Texto completo
Queridos peregrinos de María y con María.
Gracias por recibirme entre vosotros y uniros a mí en esta peregrinación vivida en la esperanza y en la paz. Desde ahora, deseo asegurar a los que os habéis unidos a mí, aquí o en cualquier otro lugar, que os llevo en mi corazón. Siento que Jesús os ha confiado a mí (cf. Jn 21,15-17), y a todos os abrazo y os confío a Jesús, «especialmente a los más necesitados» —como la Virgen nos enseñó a pedir (Aparición, julio de 1917)—. Que ella, madre tierna y solícita con todos los necesitados, les obtenga la bendición del Señor. Que, sobre cada uno de los desheredados e infelices, a los que se les ha robado el presente, de los excluidos y abandonados a los que se les niega el futuro, de los huérfanos y las víctimas de la injusticia a los que no se les permite tener un pasado, descienda la bendición de Dios encarnada en Jesucristo: «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz» (Nm 6,24-26).
Esta bendición se cumplió plenamente en la Virgen María, puesto que ninguna otra criatura ha visto brillar sobre sí el rostro de Dios como ella, que dio un rostro humano al Hijo del Padre eterno; a quien podemos ahora contemplar en los sucesivos momentos gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de su vida, como recordamos en el rezo del Rosario. Con Cristo y María, permanezcamos en Dios. En efecto, «si queremos ser cristianos, tenemos que ser marianos, es decir, hay que reconocer la relación esencial, vital y providencial que une a la Virgen con Jesús, y que nos abre el camino que nos lleva a él» (Pablo VI, Homilía en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria, Cagliari, 24 abril 1970). De este modo, cada vez que recitamos el Rosario, en este lugar bendito o en cualquier otro lugar, el Evangelio prosigue su camino en la vida de cada uno, de las familias, de los pueblos y del mundo.
Peregrinos con María… ¿Qué María? ¿Una maestra de vida espiritual, la primera que siguió a Cristo por el «camino estrecho» de la cruz dándonos ejemplo, o más bien una Señora «inalcanzable» y por tanto inimitable? ¿La «Bienaventurada porque ha creído» siempre y en todo momento en la palabra divina (cf. Lc 1,45), o más bien una «santita», a la que se acude para conseguir gracias baratas? ¿La Virgen María del Evangelio, venerada por la Iglesia orante, o más bien una María retratada por sensibilidades subjetivas, como deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros?
Cometemos una gran injusticia contra Dios y su gracia cuando afirmamos en primer lugar que los pecados son castigados por su juicio, sin anteponer —como enseña el Evangelio— que son perdonados por su misericordia. Hay que anteponer la misericordia al juicio y, en cualquier caso, el juicio de Dios siempre se realiza a la luz de su misericordia. Por supuesto, la misericordia de Dios no niega la justicia, porque Jesús cargó sobre sí las consecuencias de nuestro pecado junto con su castigo conveniente. Él no negó el pecado, pero pagó por nosotros en la cruz. Y así, por la fe que nos une a la cruz de Cristo, quedamos libres de nuestros pecados; dejemos de lado cualquier clase de miedo y temor, porque eso no es propio de quien se siente amado (cf. 1 Jn 4,18). «Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. […] Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización» (Exhort. Ap. Evangelii gaudium, 288). Que seamos, con María, signo y sacramento de la misericordia de Dios que siempre perdona, perdona todo.
Llevados de la mano de la Virgen Madre y ante su mirada, podemos cantar con alegría las misericordias del Señor. Podemos decir: Mi alma te canta, oh Señor. La misericordia que tuviste con todos tus santos y con todo tu pueblo fiel la tuviste también conmigo. Oh Señor, por culpa del orgullo de mi corazón, he vivido distraído siguiendo mis ambiciones e intereses, pero sin conseguir ocupar ningún trono. La única manera de ser exaltado es que tu Madre me tome en brazos, me cubra con su manto y me ponga junto a tu corazón. Que así sea.