En el marco de EncuentroMadrid, este pintor y escultor participará en un homenaje a su padre, Eduardo Chillida, por el centenario del artista.
Participará este sábado en EncuentroMadrid con el pintor Antonio López, amigo de la familia y admirador de su padre, a pesar de tener estilos radicalmente diferentes. ¿Es posible el diálogo entre el arte abstracto y el arte figurativo, en este caso casi fotográfico?
En el entorno de Antoñito, ninguno de sus amigos eran artistas figurativos, salvo su mujer y su tío. Por otra parte, tampoco mi padre era no figurativo: si estás tratando de luchar contra la gravedad o de manifestar espacios, esas cosas son la realidad; en ese sentido sería figurativo. Además, pintando era muy figurativo. Es el caso de muchos artistas. Los cuadritos de colores de Piet Mondrian al principio eran árboles, pero fue ahondando en ellos y le condujo a lugares muy extraños. Yo he sido bastante figurativo pero un día estás pintando, pones una sombra azul y te suena una campanita en el corazón. Luego, tu siguiente cuadro es más azul. O te pasa al mirarlo desde un lateral. Creo que la frontera entre figuración y no figuración no existe.
En vez de imitar la realidad, su padre integraba sus obras en ella. ¿Cómo vivía esa relación con el entorno?
El Peine del viento, en San Sebastián, es una escultura viva, pues al haber tres elementos lo que está en medio es parte de la escultura y cambia: la marea, las olas, la luz. Pasa a ser algo más grande. Para todas las obras en espacios públicos se empapaba del lugar, le tenía un respeto tremendo. Por eso le salían tan bien.
El hormigón no parece un material hermoso. ¿Qué idea tenía de belleza?
La belleza es siempre la verdad. Para que las cosas funcionen lo único que hace falta es que la emoción que hayas sentido sea verdadera y la dejes prendida en lo que haces; eso el otro lo nota. Él trataba de emocionarse para emocionar a los demás. Y cualquier artista igual; por eso las diferencias entre ellos son tonterías. Si voy a Altamira y comparto lo que sentía ese señor que usó tintes ocres hace miles de años, eso es el arte. Es así de fácil. Y de difícil.
En EncuentroMadrid, antes de su acto se hablará de aprender del otro y de si aún son posibles los consensos. Su padre sembró España de obras llamadas Lugar de encuentros y dedicó otras a la tolerancia. Usaba el espacio público como elemento artístico y como espacio de diálogo y convivencia. ¿Por qué?
Era un hombre solidario y bueno. Su afán era transmitir que todos los hombres son iguales, comparten algo sustancialísimo y merecen el mismo respeto. Eso se manifiesta en todo su trabajo.
¿Qué respondería hoy sobre si siguen siendo posibles los consensos?
Que naturalmente. Es solo cuestión de restar visceralidad a las cosas y de que quien disienta no sea un enemigo. Puedo no estar de acuerdo contigo y tenerte el mismo aprecio. Si me concedo la libertad de pensar lo que quiera, tengo que concedérsela a la otra parte.
Usted trabajó codo con codo con él. Pero siguió otro camino artístico.
La guía que me daba era que me acercara a mí, no a él. Además, el andamiaje moral que requiere dedicarse a esto es diferente en cada persona. Yo soy un griego trasnochado y las cosas que hago son de otro pelaje.
Pedro Chillida se negaba a que lo llamaran creador porque era algo que correspondía a Dios, de quien dijo que «ha estado presente siempre en mi obra y también en mi vida». ¿Cómo era esa presencia en su obra?
Es que crear es una palabra que a los hombres les viene muy grande. Tú enredas, interpretas; pero crear es hacer algo de la nada y el hombre no tiene esa capacidad. Dios estaba presente porque estaba presente en su vida. Era muy religioso. Fui muchísimos años a Misa con él. Tenía la generosidad de perdonar las cosas que no le convencían de la religión. Ver a una monja cuidar a la gente en el Congo es emocionante y te hace perdonar a otros sujetos que están de manera diferente. A nivel de la razón, todavía no se ha conseguido demostrar científicamente que Dios existe. Pero hay un orden universal tan perfecto que dices: ¿Puede ocurrir por casualidad? La experiencia te dice que con cosas tan complicadas, nunca. Son por algo. Él veía clarísimo que hay algo más allá de nosotros; y yo también.
Tal vez ayude a ver eso el hacer esa experiencia de confrontarse directamente con la materia y sus límites.
El hierro tiene una manera de ser que no tiene nada que ver con la de la madera, la piedra o el plástico. Hay que descubrir su verdadera naturaleza y hacer que se manifieste. Ese respeto y amor a los materiales fue decisivo para él. Y lo es para todos.
Fin de semana
• EncuentroMadrid se celebra del 25 al 27 de octubre en el Mirador de Cuatro Vientos con el lema Estoy vivo aún y creo que la trama de la vida es preciosa.
• El viernes a las 20:00 horas Franco Nembrini hablará sobre Pinocho: ¿Hombres o marionetas?
• Fabrice Hadjadj desarrollará el lema el sábado a las 13:00 horas.
• El cardenal José Cobo presidirá la Misa de clausura.
MARÍA MARTÍNEZ LÓPEZ
Alfa y Omega
24 de octubre 2024