El desarrollo de ciertas habilidades es esencial para que los niños crezcan emocionalmente saludables y puedan enfrentar los desafíos que la vida les presenta. En este sentido, una educación centrada en ello desde la primera infancia es fundamental, no sólo para estimular el desarrollo cognitivo, sino también para sentar las bases de los valores y la actitud que desarrollarán a lo largo de su vida.
La Doctora María Montessori era consciente de ello y creó un método educativo en el que el niño es el centro, que estimula su autonomía respetando su ritmo de desarrollo e intereses individuales. Este método está basado en la observación de los niños, sus diversas fases de desarrollo a lo largo de la vida, primero desde el nivel inconsciente y luego desde el consciente, sus potencialidades, sus intereses y capacidades. Puede implementarse en su conjunto y por completo o introducirse poco a poco en entornos de educación más tradicional, enriqueciendo de este modo la práctica educativa diaria.
Todo ello, en primer lugar, enfatizando el papel activo del alumno en su propio desarrollo. En segundo lugar, creando un entorno adaptado al proceso de enseñanza-aprendizaje en el que el alumno tiene libertad de decisión sobre sus actividades y el autoaprendizaje. Y, en tercer lugar, donde el educador adquiere un papel de guía y observador, animando a que el niño piense por sí mismo y actúe en consecuencia.
¿Por qué es importante para el desarrollo de los niños?
La metodología Montessori se establece en unos principios naturales que resultan fundamentales para el aprendizaje vital del niño: independencia, autonomía, capacidad de decisión, aprendizaje activo y autodisciplina.
Con estos principios como base se ofrece a los alumnos la oportunidad de desarrollar sus capacidades por sí mismos y en convivencia con sus compañeros. Es una metodología que ayuda a los niños a ser más humanos, autónomos y equilibrados.
¿Cuáles son los principios básicos del Método Montessori?
- Mente absorbente de los niños: la capacidad innata que el niño tiene para recoger información de su entorno de una manera natural y espontánea sin ser consciente de que esto está ocurriendo.
- Área de aprendizaje: es necesario un ambiente adaptado, con espacios diferenciados para las cinco áreas clave en el aprendizaje: vida práctica, sensorial, lenguaje, matemáticas y cultura.
- Períodos sensitivos: son aquellos períodos en los que el niño muestra una inclinación especial por aprender una determinada área. María Montessori también se refería a estos períodos como “ventanas de aprendizaje”.
- Normalización: se trata del proceso por el cual el niño va paulatinamente conquistando ciertos aspectos de su desarrollo como el orden, la autodisciplina y/o la socialización.
- Ambiente preparado: es el entorno. Un espacio en el que el niño se desarrolla en sus diferentes planos. Incluye tanto el espacio físico como las personas con las que el niño se relaciona, las actividades y directrices que se plantean. Es un ambiente previamente preparado y controlado.
- Respeto al ritmo de aprendizaje del niño: cada niño tiene un ritmo de aprendizaje diferente y es tarea del adulto ser consciente de esto y respetarlo. Debemos evitar intervenir cuando no sea necesario o hacer las cosas por el niño, pues esto obstaculiza el aprendizaje y genera sentimientos de inferioridad y frustración. Como decía María Montessori, debemos saber escuchar al niño que nos dice “enséñame a hacerlo por mí mismo.”
- El papel del adulto: su función es la de guiar al niño, dejando que tome sus propias decisiones acerca de su proceso de aprendizaje y favoreciendo así tanto la autonomía física como de pensamiento del niño.
- Materiales Montessori: son las herramientas para la manipulación y experimentación sensorial con las que contamos dentro del ambiente para desarrollar el conocimiento y el pensamiento abstracto.
¿Cuáles son los beneficios del Método Montessori para el desarrollo de las habilidades?
- Estimula las capacidades individuales de cada niño: este método reconoce que los niños aprenden de maneras distintas y se adapta a sus estilos de aprendizaje. Reconoce en cada niño sus propios intereses y capacidades y les da la libertad necesaria para desarrollarlos.
- Desarrolla la autonomía e independencia infantil: en el ambiente todo está pensado para potenciar la autorregulación. Este método se basa en los principios de autonomía e independencia para desarrollar en los niños seguridad en sí mismos, capacidad de decisión y pensamiento crítico.
- Facilita el aprendizaje activo: el niño está en el centro del proceso. Se convierten en buscadores activos de conocimiento, con libertad para cuestionar, investigar, relacionar; lo cual genera en ellos curiosidad y motivación intrínseca por el aprendizaje. Los guías facilitan este proceso.
- Refuerza la cooperación: se crea un ambiente donde el niño puede aprender del otro desde el respeto y la colaboración. Se aprende también a resolver conflictos de manera pacífica y asertiva.
- Potencia la autodisciplina: aunque se aprende desde un principio de libertad, este viene dado por unas reglas básicas, congruentes, que garantizan un orden en la clase y que se explican desde el comienzo. De esta manera, los niños aprenden autodisciplina y autocontrol.
- Promueve la autoevaluación: desde este método se prevé que, a través del perfeccionamiento de sus habilidades y adquisición de conocimientos, sea el niño el crítico de su trabajo y, desde el control del error, pueda reconocer, corregir y aprender de sus errores. De esta manera, los errores se convierten en oportunidades de aprendizaje.
- Da libertad a la creatividad: “la primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejándola libre para que se desarrolle”, dijo María Montessori. Se crea un entorno rico en estímulos y, a través de la libertad de aprendizaje y no tener miedo al error, los niños pueden dejar salir su imaginación y creatividad.
En definitiva, a través del método Montessori podemos aportar independencia y autonomía al niño en su propio proceso de aprendizaje y, con ello, darles la capacidad de desarrollar otras habilidades para su futuro. Todo, incluyendo el desarrollo de la autoconfianza, la capacidad de resolución de problemas y otras claves necesarias para el éxito en la vida adulta.
EMMA ROE
Profesora de Juniors y especialista en método Montessori en TEMS, The English Montessori School.