El llamamiento a detener la violencia y abrir caminos de paz ha abierto, esta mañana, los trabajos de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos. Al final de la mañana, rueda de prensa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede: entre los temas que han surgido destacan la importancia de los grupos de trabajo y el papel de la mujer en la Iglesia. Sobre el diaconado: el tiempo no está maduro
Ciudad del Vaticano, 3 de octubre 2024.- La paz, el perdón, el papel de la mujer y la metodología de los Grupos de Trabajo: estos fueron los temas principales que surgieron hoy, jueves 3 de octubre, de la rueda de prensa de apertura de los trabajos de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos dedicada al tema de la sinodalidad. El encuentro se ha celebrado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede -en los renovados locales de Via della Conciliazione- en presencia de los secretarios especiales de la asamblea, el jesuita Giacomo Costa y monseñor Riccardo Battocchio; los presidentes delegados del Sínodo, Sor María de los Dolores Palencia Gómez, religiosa mexicana de la Congregación de las Hermanas de San José, y Monseñor Daniel Ernest Flores, obispo de Brownsville, Texas; el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación y Presidente de la Comisión de Información de la Asamblea, Paolo Ruffini.
Ruffini: espiritualidad y oración
Esta mañana, según se anunció, 356 de las 365 personas estaban presentes en el Aula Pablo VI, y se eligieron los ponentes de cada grupo. Se puso en marcha el primero de los cinco módulos de trabajo, dedicado al primer capítulo del Instrumentum laboris (IL), el de «Fundamentos». Ruffini recordó a continuación cómo «la espiritualidad y la oración» ocupan un espacio muy importante en el aula y cómo «la situación mundial está bien presente en la mente y en el corazón de todos los miembros y participantes del Sínodo», tanto más cuanto que entre ellos hay quienes proceden de países en guerra o en situación de sufrimiento. Esta mañana, en la apertura de los trabajos, se ha rezado por la paz, recordó el prefecto, haciéndose eco de las palabras del Papa en el Ángelus del domingo pasado: «Que se haga todo lo posible para detener la violencia y abrir caminos de paz». De Ruffini, entonces, un énfasis en los diez Grupos de Trabajo, creados por el Pontífice: coordinados por la Secretaría General del Sínodo, operan «dentro» del proceso sinodal y su trabajo «no es ajeno al camino sinodal».
Padre Costa: los Grupos de Trabajo, «talleres» de la vida sinodal
El padre Costa, por su parte, se hizo eco de lo que el Papa dijo varias veces, a saber, que «el Sínodo no es una asamblea parlamentaria, sino un lugar de escucha y de comunión». No es, añadió, «una indicación retórica, sino una experiencia vivida». No es casualidad que el ambiente en la sala de asambleas «sea muy alegre, existe el placer del reencuentro, con una gran capacidad para profundizar en el debate». Deteniéndose, pues, en los grupos de trabajo, el secretario especial instó a considerarlos como «laboratorios de vida sinodal» que, por tanto, deben ser sostenidos por todos los fieles, a través de aportaciones que pueden llegar hasta junio de 2025. «No son, por tanto, comisiones «cerradas»«, remarcó, “sino grupos abiertos, ocasiones en las que aprendemos a trabajar juntos como Iglesia participativa”, verdaderos “compañeros de camino” del Sínodo, con la tarea de “llevar a cabo un ”mini» proceso sinodal sobre algunos temas relacionados con la IL, pero no coincidentes con ella».
Diferencias de metodología entre 2023 y 2024
Entrevistado por la prensa, el clérigo jesuita explicó a continuación la diferencia de metodología entre las sesiones del I y el II Sínodo: en 2023, dijo, el objetivo era escuchar perspectivas en su diversidad, «historias de Iglesia» que debían emerger. En 2024, la Asamblea tiene otra función: ofrecer, como Iglesia entera, directrices al Santo Padre como fruto del camino recorrido entretanto, para crear una armonía, no para uniformar. El método actual, añadió el padre Costa, en lugar de abrir interrogantes, ayuda a identificar ciertos puntos que deben ser analizados según una conversación espiritual profunda, dejando siempre espacio abierto, para evitar acabar «enjaulados».
Monseñor Battocchio: la importancia de los teólogos
Sobre la importancia del perdón, que surgió sobre todo durante la Vigilia Penitencial presidida por el Papa en San Pedro el martes 1 de octubre, se detuvo monseñor Battocchio: esa celebración, dijo, indicó «un estilo, una conciencia de lo que significa ser Iglesia», porque «el hermano pecador no es un extraño, sino alguien cuya carga debo llevar para realizar el camino de conversión en el que todos estamos implicados». «Somos Iglesia en la medida en que somos alcanzados por la misericordia de Dios», señaló el secretario especial, que más tarde se explayó sobre el papel de los teólogos en el seno de la asamblea. Agradeciendo su «preciosa» contribución, monseñor Battocchio destacó su labor de «escucha atenta, de “inteligencia teológica” de lo que surge del debate en el aula de la asamblea». Su importancia también queda subrayada por el hecho de que sus mesas de trabajo están situadas este año más al centro que en 2023.
Sor Palencia Gómez: progreso para las mujeres
De «gran libertad y gran entusiasmo» habló Sor Palencia Gómez, explicando cómo la Asamblea permite a sus participantes caminar juntas «teniendo en cuenta la realidad de este mundo, que es extrema, pero que hay que observar con la mirada de Dios, Padre Nuestro». Sólo así, de hecho, «podemos crecer en una experiencia concreta de sinodalidad y misión». A continuación, preguntada por los periodistas sobre el papel de la mujer en la Iglesia, la religiosa destacó los frutos ya presentes en diferentes contextos y continentes. De su experiencia en América Latina, en particular, pudo inferir que se han dado pasos adelante en este sentido, tanto que «el papel de la mujer, sus dones, sus aportes son cada vez más reconocidos en una Iglesia sinodal». Sor Dolores destacó también la posibilidad de «abrirse a nuevas experiencias, a nuevas propuestas para descubrir y profundizar aún más el papel de la mujer».
Sobre el diaconado femenino
Se está avanzando poco a poco, reiteró, pero es un camino que se ha puesto en marcha, tanto para las mujeres laicas como para las consagradas. «También depende de nosotros -concluyó- liberarnos de un estilo de ‘clericalismo’». Las preguntas de la prensa se refirieron también al diaconado femenino: a este respecto, los conferenciantes recordaron lo que el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, había dicho ayer en la sala. Aún no es el momento, se dijo, y es bueno que se profundice en el tema, en un camino eclesial vivido juntos.
Monseñor Flores: el silencio como estilo sinodal
A continuación tomó la palabra monseñor Flores, quien dijo cómo, desde la primera sesión sinodal de 2023, muchas cosas han madurado, porque «la vida de la Iglesia ha avanzado, por lo que no estamos en el mismo punto que el año pasado. Como los árboles, ‘crecemos de noche’, es decir, el crecimiento sólo se ve después». En su discurso, el prelado también se detuvo en la importancia del silencio -tema analizado en la meditación celebrada el 1 de octubre por la Madre Maria Ignazia Angelini-, no como algo vacío, sino como algo lleno de donde emerge la Palabra. «Es una parte fundamental del estilo sinodal, porque nos permite la comprensión espiritual del mundo que se nos manifiesta», explicó monseñor Flores.
Las perspectivas locales nos permiten ver el rostro de Cristo en el mundo
Central en su reflexión fue también la comprensión de las perspectivas locales, que, dijo, «no son “enemigas de la verdad”, sino que permiten a la Iglesia esa escucha disciplinada y paciente que nos permite tener una visión amplia del rostro de Cristo en el mundo en que vivimos». El trabajo del Sínodo, añadió, es «intentar encontrar una voz coherente que sea expresión de la voz de la Iglesia, de su vida hoy, de su experiencia. Hay un ‘nosotros’ que es fundamental en el trabajo del Sínodo y que vale mucho más que el ‘yo’ individual», concluyó el prelado. El Sínodo busca este ‘nosotros’, al que todos pertenecemos».
Las iniciativas por la paz de los días 6 y 7 de octubre
Por último, con respecto a las dos iniciativas por la paz convocadas por el Papa para los días 6 y 7 de octubre -el rezo del Santo Rosario en Santa Maria Maggiore y la Jornada de ayuno y oración-, los ponentes de la rueda de prensa recordaron que todos los participantes en el Sínodo han sido invitados al acto del domingo y que el lunes se vivirá la continuación normal de los trabajos en un contexto de oración y sobriedad.
ISABELLA PIRO