Tal y como están las cosas el panorama de alianzas de cara al futuro se le ha puesto feo a don Pedro Sánchez. En breve conoceremos cómo sale del atolladero de la malhadada ley del sólo sí es sí (hasta en la sopa), que no podrá modificar si el Partido Popular no acude en su auxilio.
Los podemitas ya saben cómo se las gasta el susodicho. ¿Acaso creían que iba a engañar a todos, todo el tiempo, y ellos permanecer al margen? La mencionada ley la fabricaron Irene Montero y sus chicas, sí, pero la asumió como propia el presidente del Gobierno, su ministra de Justicia y el Ejecutivo en pleno, los grupos parlamentarios del frankenstein más Ciudadanos. Todo ello nos conduciría inevitablemente –en un país mínimamente serio- a la ruptura de la coalición desastrosa, a convocar elecciones o a intentar tirar hasta diciembre con una minoría precaria. No sucederá ni lo uno ni lo otro. Terminarán por arreglarse y las irenes aguantarán carros y carretas porque lo que se ventila es el poder, esto es, magníficos sueldos, prebendas y mamandurrias varias. Fuera hace un frío congelador, sobre todo en currículums que en la vida civil sólo las conduciría de vuelta a la caja del súper.
Eso es la coyuntura. La estructura es que a su izquierda, amén de los Bildus y secesionistas varios, a Sánchez se le ha puesto difícil encontrar partenaires en un futuro próximo si tocara la flauta a su favor tras las próximas elecciones legislativas. Ahí aparece la joven y determinada Yolanda Díaz, desaparecida en combate con la ley del sólo sí es sí. Sánchez trata de promocionarla a toda costa, ella se deja, pero la virtualidad de su liderazgo no se ve por parte alguna, salvo en lo que es persona que habla sordamente y con educación. Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.
GRACIANO PALOMO
Publicado por okdiario
Domingo 12 de febrero 2023