Venezuela, la gran Venezuela que soñara el criollo malnacido, se encuentra esta semana ante un desafío colosal: o mandar al averno al tirano o seguir soportando las calamidades de todo tipo de un régimen genocida.
Dicen las encuestas que la oposición, ¡unida por fin!, tiene todas las posibilidades de derrotar al impresentable gorila rojo. Ojo, que esa posibilidad ya se dio en anteriores ocasiones y ya sabemos cómo se las gasta el sátrapa, apadrinado, ¡manda huevos!, por Rodríguez Zapatero.
Maduro, el conductor de autobuses, ha amenazado con un «baño de sangre» si el pueblo que le padece se inclina por mandarle a paseo. Hasta tal punto que sus coleguillas del Foro de Sao Paulo, es decir, los rogelios de Hispanoamérica, se han llevado las manos a la cabeza ante tamaña amenaza. Incluyendo al ex terrorista colombiano Petro y el brasileño Lula da Silva.
Si Maduro se fuera al otro barrio político podríamos empezar a conocer algo de la «huella española» en el chavismo: desde las andanzas y los dineros a Monedero, pasando por el rol de ZP que lleva tantos años merodeando por aquellos lares. Eso no me lo perdería bajo ningún pretexto. Se podría saber, por ejemplo, si los idealistas socialcomunistas son tales o, por el contrario, no son más que otros ganapanes que venden humo por ideas y lo que realmente les priva es llenar sus bolsillos.
Ojalá que las huestes de María Corina Machado, la gran lideresa venezolana del momento, consiga su propósito. Ello demostraría también que, dado el deterioro enorme alcanzado en uno de los otrora países más ricos de la tierra, es más importante que la represión ejercida por el tirano.
Europa y Estados Unidos también se juegan mucho en ese empeño de hoy domingo en aquella parte del Caribe.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 28.7.2024