Ha cogido carrerilla. No existe quien le haga entrar en sensatez. Su bíceps es insensible al cansancio a la hora de dar continuo movimiento autolaudatorio al incensario que arroja volutas de íntima satisfacción. Su pechera desborda metales que el mismo se concede, ajeno por completo a hechos y cifras. Prefiere vivir en su realismo mágico construido por los deudos que le rodean, a golpe de peloteo, por un lado, y reparto de sinecuras, por otro. Veamos, casi al mismo tiempo que el jefe del Gobierno copaba en directo el pasado martes todas las televisiones del país, el Instituto Nacional de Estadística (INE) anunciaba, con datos claros, una realidad bien distinta a la pregonada: el índice de pobreza social en España es más alto, mucho más, hoy que hace cuatro años (2018) cuando Pedro Sánchez llegó al poder.
Ello, sin medir todavía ese dígito en el finiquitado 2022 que, obviamente, ha seguido aumentando. A partir de ahí, venga, a colgarse medallas a troche y moche. ¡Y cicatero el último! Continúa diciendo el INE (organismo bajo control del Gobierno) que en el año 2019 se contabilizó 12,8 millones de personas en España en situación de pobreza o riesgo de estarlo, esto es, 372.509 ciudadanos más en esa situación que un año antes, cuando la izquierda tomó el poder. Pueden ustedes mismos colegir las cifras reales dos años después con una evolución económica y de empleo aún más netamente negativa.
La desfachatez de los gobernantes suele acabar en neta desvergüenza. ¿Pisa el señor presidente la calle? ¿Acaso lo hacen los que le escriben semejantes piezas de opereta bufa? Nada más hay que darse una vuelta una mañana de cualquier día por las calles, los rincones, las fábricas, las colas ante los comedores de caridad y los bares de España para concluir que el país y la sociedad que pinta Sánchez no existen. Propaganda, en ocasiones, burda; propaganda caribeña en aras de un conducator en huida permanente de una realidad angustiosa que él mismo ha creado. Oigan, si todo es como Sánchez dice, ¿por qué entonces hay que salir en auxilio de más de cuatro millones de hogares con un cheque de 200 euros en la boca?
La inmensa orgía propagandística/gubernamental que no cesa ha concluido el año como la presentación a bombo y platillo las nuevas medidas anticrisis. Lo ha presentado el presidente del Gobierno como si fuera de cosecha propia. La oposición lleva doce meses exigiendo/demandando la bajada del IVA o su eliminación en la cesta de la compra. Hace 24 horas las despreciaron y una jornada después las pusieron en el BOE con lacito rojo. Han conseguido también que los propietarios de viviendas que levantaron su pequeño patrimonio inmobiliario sobre el trabajo, el esfuerzo personal y el ahorro decidan en miles de casos no poner su apartamento en alquiler ante la requisa que supone en la práctica su intervención estatal.
Desde un punto objetivo, con hechos en la mano, lo más grandioso que ha perpetrado el Gobierno durante los últimos doce meses -así lo verán los historiadores en el futuro- es el colosal monumento a la incompetencia económica, los asaltos antidemocráticos a las instituciones, una lucha descarnada y desaforada por el poder interno, todo ello adobado, eso sí, con cantidades ingentes de manipulación, olvido de sus compromisos y los intentos por dar gato por lechazo. ¿Estamos ante el año del cambio?
GRACIANO PALOMO
Publicado en okDiario
31 de diciembre 2022