Este Iván, que no Redondo, fabrica una ironía envuelta en la mala leche que no se aguanta.
Le ha dicho a Feijóo que si consigue encontrar media docena de socialistas «buenos» que apoyen su investidura, ellos harán lo propio sin pedir nada a cambio. Tira con bala el madrileño.
Espinosa de los Monteros, como la mayor parte de la dirección del PP, saben que se puede ir con un candil a repasar la lista de los nuevos diputados del PSOE y buscar esos socialistas «buenos» que estén dispuestos a tamaño menester. Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Le ha respondido García-Page con un enorme exabrupto.
La legislatura anterior demostró, una y otra vez, que Sánchez controla el partido y los que discrepan de algunas de sus alianzas, modos y maneras están tan acojonados que jamás le traicionarían, al menos, en las actuales circunstancias. Los que discrepan abiertamente y le combaten ya no están en el PSOE o sencillamente están fuera de las mamandurrias. No ha habido nadie que le deba el puesto que haya osado siquiera contradecir al jefe.
De modo y manera, que desengáñense unos y otros. El PSOE, mucho más tras los últimos resultados, es el PSOE y su caudillo es Pedro Sánchez. Punto. Los constantes llamados de Feijóo a esos socialistas con sentido de Estado, patriotas y leales a la historia fue también un error. ¡Parece mentira que no le haya aleccionado al respecto su amigo y paisano Rajoy! Él puede darle lecciones de cómo se las gasta esta gente.
Olvidar toda esperanza como Dante a la entrada del infierno. Al adversario político hay que combatirle democráticamente y, muy especialmente, con inteligencia. Pensar que te puede dejar barra libre sin abonar la consumición es una quimera. La izquierda antigua como la española antes que nada siempre ha sido una secta que se puede degollar así misma a tenor de las circunstancias, pero vuelve a la secta. La historia está repleta de ejemplos y, además, no ha olvidado la Guerra Civil.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
Domingo 30 de julio 2023.