Justamente el Gobierno que más presume de transparencia se conduce como el más oscurantista de todos los habidos en democracia. Una oscuridad harto sospechosa, especialmente en lo referido a los gastos personales de sus miembros o coaligados.
Todo lo que produce quebranto al erario es considerado como «secreto de Estado», como si los fines de semana de sus miembros sufragados (¿o no?) con medios públicos supusieran un atentado contra la seguridad general. Lo mismo da que da lo mismo que los organismos creados para velar por el control del dinero que los contribuyentes depositan en la cuenta general del país exijan, una y otra vez, que el Gobierno explique en qué se ha gastado el dinero que es de todos. Resulta especialmente relevante lo referido a los gastos de la Presidencia del Gobierno y, también, de la vicepresidenta Yolanda Díaz; hay motivos objetivos para sospechar…
El último requiebro a la petición de explicaciones tiene como protagonista a Rodríguez Zapatero. Antes que nada debo añadir que personas de su entorno personal me subrayan que no es por el dinero por dónde se puede atrapar al ex presidente, que tras muchos años de estar en la desenfilada venezolana, china o cubana, ha vuelto con energía en busca de protagonismo. Esto último no puede entenderse, por ende, si no hay nada que ocultar.
Zapatero viaja mucho, le encanta ser perejil de muchas salsas que apestan y, por lo tanto, gasta mucho. ¿Hay algún delito en preguntar quién abona sus facturas? La oscuridad es la madre de todas las sospechas y no es algo comprensible en personas que han hecho de ser y vivir como pobres la defensa de los mismos.
Es difícil tragarse que con poco más de 80.000 euros anuales de su pensión de ex presidente asuma en primera persona el coste que conlleva perseguir tanto protagonismo en el vasto mundo y aun en el escenario nacional español. Tampoco las preguntas dirigidas al Ejecutivo a propósito del ex primer ministro han tenido respuesta.
No fue un estudiante brillante de Derecho, pero supongo que habrán aleccionado al interfecto respecto a la vieja máxima jurídica Qui tacet consentit…
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 12.5.2024