Después de seis larguísimos años de poder hay tics autoritarios, desvergonzadamente antidemocráticos que le retratan. Lo suyo es el poder, si es absoluto mejor, y a medida que se degrada humana y políticamente las evidencias aumentan.
Si desprecia las mayorías parlamentarias ¡manda güevos!, si persigue a los jueces que no ven en su familia un dechado de ética y limpieza, si intenta masacrar a la prensa libre, si coloniza todas las instituciones del Estado que no le pertenecen, si rompe todos los consensos establecidos, no sin esfuerzo democrático, desde hace cuarenta años, si utiliza los medios que los contribuyentes ponen en sus manos para sacar beneficio personal, si destroza cualquier elemento de objetividad para que RTVE y la Agencia EFE se comporten como medios públicos presentables, bla, bla, bla…, entonces, ¿qué carajo de primer ministro democrático es Pedro Sánchez? ¿Cómo osa siquiera compararse con Macron, Soltz, Meloni, Rutte o cualquier otro mandatario al uso democrático?
Si esos medios públicos, carísimos y en ruina, se dedican sin pudor ni decoro alguno a transmitir el bulo de que Sánchez ganó las elecciones cuando lleva cinco seguidos perdiendo, ¿cómo es posible creerles nada? Si todo lo anteriormente descrito es cierto, y lo es, ¿cómo demonios se puede calificar a sí mismo como jefe de Gobierno democrático y mucho menos «progresista»? Sánchez es una antigualla, está en el medievo socialista, en la caverna criminalmente política al único objeto de salvaguardar sus intereses personales. Es consciente de que despojado del poder hace mucho frío y mucho más en los tribunales que le esperan impacientes.
Sánchez es un perdedor ante la historia y ante la lógica matemática. Para ganar ha tenido que falsificar su palabra un centenar de veces; desdecirse gravemente en asuntos claves que afectan a la honorabilidad del Estado y poner en almoneda asuntos decididamente claves en un mandato democrático. Presume de «limpieza» y todo a su alrededor es detritus y corrupción. Acaba de nombrar por sus redaños a un gobernador del Banco de España que es en sí mismo un moroso de muchos dígitos y así todo…
Sus logros económicos son un camelo, como recientemente ha demostrado Eurostat. El precio de la vivienda se ha duplicado desde que entró en vigor la Ley Sánchez; la luz bate récords semana sí y semana también, y la cesta de la compra es inaccesible. La pobreza infantil también bate récords y las clases medias están en trance de desaparecer bajo un nivel impositivo confiscatorio.
Y lo más descriptible: no se atreve a salir a ninguna calle de España so pena de ser vituperado democráticamente por los ciudadanos de casi todos los colores. Millones y millones de «ultraderechistas» (sic) que hace tiempo reconocieron a un colosal trilero.
¿Qué clase de triunfador eres, Sánchez? Un bluf en estado puro.
PD. La última sandezsanchada. Unas horas después de que pidiera a la UE levantar los aranceles para los coches chinos, el inmarcesible se exhibe pro bicicleta. Este tipo o está loco o es un genio. ¿O no?
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 14.9.2024