Nada nuevo bajo el ardiente sol hispano. Los de siempre acuden en socorro del vencedor. Porque aunque es verdad que no se puede calentar el caldero cuando el ciervo todavía chospa por el bosque, no es menos cierto que las apuestas están 80/20 a favor de que una vez desalojada y desinfectada La Moncloa ponga en ella sus reales el gallego de Orense.
Si ello se produjera es más que probable –siempre ocurre lo mismo- que aquellos que desembarcaron con grave riesgo en las playas de Normandía no tengan oportunidad de desfilar bajo el Arco del Triunfo de París… Lo vimos con José María Aznar y lo comprobamos con Mariano Rajoy.
El corrimiento de tierras y de afectos tras el 28M es un hecho más que descriptible. Desde los opinadores ad hoc en RTVE -¡Fortes, que se te ve el pelo de la dehesa!- al que dicen que es el gran jefe de Prisa, un tal Joseph Oughourlian, que nadie sabe a ciencia cierta qué intereses representa, pasando por un sinfín de arribistas del poder que se mantienen en postración perenne durante todas las estaciones.
Tengo para mí que Alberto Núñez Feijóo, que no es precisamente un recién llegado, sabrá distinguir el grano del forraje. ¡Le va la vida en ello! Alguna lección le podría dar Rajoy, al que pese a su galleguismo congénito se la metieron doblada más de una y dos veces.
Al mismo tiempo, si la fortuna sonríe al jefe del PP -¡es un decir en las actuales circunstancias!- va a necesitar a los mejores a su lado, braceando en la misma piragua a riesgo de convertirse en fosfatina en la pira del patriotismo a las primeras de cambio. Gentes de más hacer que decir; ello, al día del presente, requiere, además de conocimiento y saber utilizar la calculadora, altas dosis de generosidad, entrega al bien común y amor a la causa española.
Siempre he sostenido, a la luz de los hechos en la gestión pública de Feijóo, que será mejor gobernante (ahora con la cuarta potencia europea a sus espaldas, si gana las elecciones y el frankestein no suma, insisto) que jefe de la oposición. Es algo que se nota en demasía. Si ello se produce –dar por sentado el paseo militar el 23J me parece tan ridículo como peligroso- le ocurrirá lo que antes sucedió cuando sus dos conmilitones Aznar y Rajoy llegaron a la Presidencia: de ninguneados a buscados.
Juan José Lucas, el soriano que fue persona clave en la cooptación y lanzamiento de Aznar allá por los vencidos años 90 del siglo pasado, solía decir a su jefe de fila esto: «No te fíes de los griegos ni cuando te traen regalos…». Hoy aquel aserto de la pitonisa Casandra al rey Príamo, su padre, está en la actual situación española más vivo que nunca.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
Domingo, 4 de junio 2023.