Las palabras mueven, el ejemplo arrastra, reza el dicho popular que era un axioma hasta la llegada de Sánchez al poder.
Informaciones fehacientes diarias facilitadas por la prensa libre (no desde luego la TVE de López, Ariztimuño y Fortes) vienen a demostrar que el presidente del Gobierno y buena parte de sus ministros, incluida la vicepresidenta gallega que se niega una y otra vez a dar al Consejo de Transparencia razón de sus vuelos y gastos de su entourage, viven opíparamente y, en cualquier caso, muestran escaso respeto por el dinero que sacan a los menguados contribuyentes. Gastos y gustos bokassianos de un Gobierno que parece ignorar las penurias que padecen millones de españoles y sus enormes dificultades para poder atender gastos corrientes cada mes.
Todo esto viene a cuenta cuando se ha sabido que el Ministerio de Defensa de la señora Margarita Robles ha incrementado en un 66 por ciento el dinero para dotar a la flota de aviones del Estado de viandas, bebidas y otros temas suntuarios.
Resumiendo, más y mejores ibéricos y buenos caldos; de 1,2 millones de euros del ejercicio que agoniza hasta los 2 millones.
¡Hace falta tener mucha jeta! Se dicen y se autotitulan con el pomposo y falso epíteto de gobierno «progresista» cuando sus hechos acreditan justamente todo lo contrario. Ni un solo síntoma de ejemplaridad para demostrar a los que les pagan su altísimo nivel de vida (desde luego por sus méritos académicos y profesionales jamás podrían vivir de esa guisa en la vida privada) que ponen en práctica lo que peroran para los gobernados. Todo son palabrejas al uso, sacadas del manual del buen nacionalsocialista, esto es, predicar una cosa y hacer justamente toda la contraria. La insufrible deuda y el déficit público les importa tanto como una higa. No digamos ya las colas del hambre cada vez más amplias y largas en la España sanchista que quiere ignorar.
Nada tienen de extraño que los colegas europeos de Sánchez se lleven las manos a la cabeza cuando les llegan informaciones respecto a los palacios que usa y, en general, cómo se conducen cuando es uno de los países de la Unión con peores datos económicos… De los más de 3 millones (reales) de desempleados, la pobreza infantil galopante y en aumento a un largo etcétera. Alguien dirá que 2 millones para los más de 200.000 millones de euros en gasto para el 2024 es el chocolate del loro. Sí, pero son muchos loros comiendo chocolate de Guijuelo, Jabubo o Pata Negra.
Son de izquierdas, otros de extrema izquierda, pero no se les nota. Cierto es que ese comportamiento, bien mirado, ha sido siempre el comportamiento de los sátrapas vendedores de humo. Han perdido la calle, su contacto con ella, pero viven felices y comen estofado de perdices. Se les llena la boca con la igualdad cuando su muro divide a los que pagan y a ellos, que utilizan el dinero público como si fuera de su propiedad o de… nadie.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
23 DE DICIEMBRE 2023.