Dicen que Feijóo ha ordenado a sus conmilitones que no desesperen en el empeño de abrir en canal a Sánchez porque más pronto que tarde caerá como fruta madura. Es posible, incluso probable, que la predicción del gallego se produzca. No hay que olvidar en ese empeño final, sin embargo, que el todavía jefe de Gobierno no es una persona normal y no se conduce como tal. Convendría al primer partido de España (y de la oposición) no olvidarlo.
Lo cierto es que en el escándalo que inicialmente provocó el caso Koldo con el tema de las mascarillas cuando la pandemia, ya convertido en el caso Abalos/Sánchez, ha dado paso a negocis de mayor calado como era de prever simplemente aplicando el sentido común. De esto nos tiene que hablar tanto Aldama como Ábalos a los que habría que exigir que tengan compasión de ese pueblo al que intentaron estafar.
La suerte de Sánchez está en sus manos. Nadie en su sano juicio puede concluir que solventando el tema de las mascarillas (incluyendo a la balear Armengol y al canario Torres) La Trama se puede ir de rositas. Ahí está, sin ir más lejos, el tema de los lingotes de oro (asunto que no era una ensoñación de la oposición y de la prensa libre cuando lo trajo a colación) y, sobre todo, el tema de la compra de petróleo venezolano con miles de millones y con nombres sonoros.
Porque, además, los negocis oscuros de Aldama y su muchachada con dirigentes institucionales de entonces y de hoy abriría el escenario político de las relaciones del Gobierno Sánchez con dictaduras execrables.
Siempre he sostenido que el auténtico calado de lo perpetrado durante los últimos seis años cuando se ponga RIP a ese infausto periodo de la historia del reciente poder que todavía se conjuga en presente continuo.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 2.11.2024