Al celebrar el consistorio en septiembre, el Papa quiere que toda la atención del mes siguiente se centrara en el Sínodo.
Era la convicción de muchos que el año 2023 terminaría con un consistorio para nuevos cardenales -Francisco, con este, además, llega a celebrar nueve en diez años de pontificado-, pero nadie esperaba un anuncio en julio con la creación de 21 cardenales a finales de septiembre, en vísperas del inicio del primero de los dos Sínodos sobre la sinodalidad. Ya había ocurrido hace un año, para el octavo consistorio, celebrado el 27 de agosto de 2022.
Recorriendo la lista de 21 nombres, 18 de ellos menores de ochenta años y, por tanto, electores en un posible cónclave, se ven confirmaciones en la Santa Sede (por ejemplo, los tres nuevos prefectos de importantes dicasterios curiales, el de los Obispos, el de las Iglesias Orientales y el de la Doctrina de la Fe) y en el mundo (por ejemplo, los obispos para el nuevo arzobispo de Madrid y el de Bogotá). Junto a «sorpresas» que están en línea con las elecciones realizadas hasta la fecha por el Sucesor de Pedro. Dos nuncios electores constituyen la novedad más significativa, cuyo precedente hay que buscarlo en el consistorio de noviembre de 2016, cuando fue creado el cardenal Mario Zenari, embajador del Papa en Siria, donde ha permanecido. En este caso, tanto Emil Paul Tscherrig, de 76 años, nuncio apostólico en Italia; como Christophe Pierre, de 77, nuncio en Estados Unidos, son prelados que se acercan al final de su servicio diplomático.
También llama la atención la púrpura a Pierbattista Pizzaballa, el primer Patriarca latino de Jerusalén en recibir el birrete. La Iglesia «madre» de la Ciudad Santa por excelencia, la Iglesia latina de esa Tierra Santa que sigue siendo terreno de odios, enfrentamientos y violencia, tiene ahora un certificado más para implicarse en el gobierno de la Iglesia universal a través de la colaboración con el Papa a la que está llamado cada nuevo cardenal.
Significativas, como atención a las periferias y a las Iglesias de frontera, son las ofrendas a Stephen Mulla, arzobispo de Juba, en Sudán del Sur, país visitado por Francisco el pasado mes de febrero, así como la de Stephen Brislin, arzobispo de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, y la de Protase Rugambwa, arzobispo coadjutor de Tabora, en Tanzania: las tres sedes metropolitanas africanas tendrán por primera vez un cardenal.
También destaca la inclusión entre los electores del nuevo obispo de Hong Kong, Stephen Chow Sau-Yan, y del Rector Mayor de los Salesianos, Ángel Fernández Artime. Mientras que entre los más de ochenta se encuentran el ex nuncio y ex secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, Agostino Marchetto, estudioso del Concilio Ecuménico Vaticano II, y el anciano fraile capuchino argentino Luis Dri, confesor: a ambos Francisco los conocía bien antes de su elección al papado.
Con el consistorio del 30 de septiembre, el número de cardenales electores en caso de cónclave ascenderá a 137. Muy por encima del techo de 120 fijado por Pablo VI, pero que ya ha sido superado en varias ocasiones tanto por Juan Pablo II como por Benedicto XVI. Con las estadísticas de finales de septiembre, Europa contará con 53 electores (15 de ellos italianos); 15 electores en América del Norte (11 Estados Unidos y 4 Canadá); 24 electores en América Latina; 19 electores en África; 23 electores en Asia y 3 electores en Oceanía.
ANDREA TORNIELLI
Imagen: En el consistorio, los cardenales recibirán el birrete.
(Foto de archivo: Vatican Media)