En el mes de la princesa Leonor, dentro de unos días al alcanzar la mayoría de edad, jurará la Constitución, esa gran avenida democrática por la que transita su padre,y el reloj de la vida institucional empezará a correr.
Observé con toda atención el pasado día 12 de octubre durante la recepción en el Palacio Real a la heredera de la Corona, en todo momento tutelada por la Reina Letizia. Además, de el Rey Felipe, no puede tener otra tutora más avezada que la periodista en excedencia (supongo que estará excedente de El Pirulí) que da la casualidad es su madre.
No tengo especial relación con la antigua compañera de telediario de Alfredo Urdaci; sin embargo, desde la distancia en la observación técnica y profesional de un veterano periodista a una ex colega convertida en Reina de España, me debe producir y me produce un rictus de acercamiento a su historia personal. Ser reina en los tiempos que corren y más Reina en un país sureño como España no debe ser un oficio fácil. He oído todo tipo de cosas acerca de Letizia Ortiz; unas a favor y muchas en contrario. Ahí está después de casi una década la más abrupta desde el punto de vista social y político desde que se reinstauró la Monarquía en este viejo, seco y cuarteado país que todavía llamamos España.

Tengo una cierta idea, como el general De Gaulle cuando se refería a su amada Francia, de lo que habrá pasado Letizia al lado de su marido, el Rey prudente. Siempre a caballo entre lo que piden las vísceras en ocasiones (muchas) y lo que exige la dignidad de la representación ante tanto ataque, desplante y chorroboreces de aquellos (no pocos y en cualquier caso poderosos) que buscan su minuto de gloria con alguna gracieta sobre la pareja real.
Como estamos en el momento histórico en el que sobresalen los «hechos consumados» me quedo con lo ocurrido el pasado viernes en Oviedo donde la princesa Leonor ha oficiado, un año más, como gran protagonista y anfitriona de los Premios que fundó mi querido colega y tocayo Graciano García.
Mis propios hijos de formación académica anglosajona, algunos años más que la cadete Leonor, me preguntan si creo que la heredera de la Corona llegará un día, en cualquier caso, más pronto que tarde (el tiempo pasa veloz también para los reyes) a ser titular de esa Corona.
Lo ignoro, respondo, no son buenos tiempos para la lírica, pero tengo para mí que, que ello dependerá de lo que herede de sus padres y del proceder de ella misma… Lo visto hasta el momento es que hay madera.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
22 de octubre 2023.