No hace falta dejar que la imaginación cabalgue para tener una cierta idea de lo que piensa la legión de guardias civiles, siempre en primer tiempo de saludo disciplinado, del ministro que les ha tocado en suerte. No guarda ni las formas, en el supuesto que Marlaska mandara algo que no sea cuadrarse ante las órdenes que recibe del PSOE y de Moncloa.
¿Cuántos directores(as) ha tenido al frente de una institución clave como la Guardia Civil desde que fue cooptado por Sánchez para una cartera de Estado? Es paradigmático el caso de la señora Mercedes González que dice ser periodista. Se trata de una apparatchik en el más puro partidismo socialista y resulta que durante cuatro meses, al inicio del 2023, ya ocupó ese cargo cuando la anterior jefa, también socialista, fue pillada con las manos en el jurdó.
Pero, ¿esto qué es? A lo largo de los casi cuarenta años de restauración democrática al frente de la Guardia Civil, ha habido gente proba, honrada y suficientemente preparada para dirigir a los casi 70.000 hombres uniformados a los que la sociedad, a los que el pueblo admira y quiere. Ya sé que otro socialista nombró a tal efecto a un ladrón convicto y confeso, Luis Roldán, pero nadie como este Gobierno de Sánchez se ha permitido concebir el Instituto Armado como un lugar para colocar a amiguetes y conmilitones sin contar con lo mínimo exigido curricularmente.
Atrás han quedado las depuraciones estalinistas de Marlaska contra altos y extraordinarios oficiales del Cuerpo –Pérez de los Cobos, Corbí…–, que le serán recordadas un día a no tardar y, en el mejor de los casos, exigirle responsabilidades de todo tipo al otrora protegido del PP.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 21.9.2024