El síndrome de Estocolmo es un trastorno psicológico temporal que aparece en la persona que ha sido secuestrada y que consiste en mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta de los secuestradores y se va identificando progresivamente con sus ideas, ya sea durante el secuestro o tras ser liberada. Estamos atravesando una situación que podríamos decir que se asemeja a un secuestro, en este caso domiciliario, debido a la pandemia a nivel mundial por el Covid-19.
Un secuestro se realiza generalmente por sorpresa y sin previo aviso, a diferencia del “estado de alarma” que estamos viviendo. En este caso sí se sabía que iba a ocurrir, pues desgraciadamente recibíamos alertas de otros países, a las que no se les dio la importancia necesaria, porque en un Gobierno insensato y obcecado primaba la celebración de la Manifestación del 8 M.
No podemos decir que nos han mentido, pues la mentira es habitual en los actuales gobernantes, en cuyas espaldas resbalan todas las declaraciones públicas que hacen y luego desmienten, aunque se puedan comprobar sus antecedentes en entrevistas grabadas, hemerotecas y videotecas. Ellos siguen adelante convencidos de que el tiempo lo borra todo, como es el caso del Ministro de Fomento con su querida amiga la Vicepresidenta de Venezuela, de los indultos, etc. En fin, que se puede pedir a unos nuevos ricos que ahora forman parte de la casta que tanto denunciaban y despreciaban.
En resumen, estos tiempos de caos, de incertidumbre e inseguridad van a repercutir en la Sociedad, no solo en su economía e incremento del paro, sino que también dejarán un síndrome de Estocolmo que afectará a todos los ciudadanos, que obedientemente están cumpliendo con el mensaje que les transmite el Gobierno, de “Quédate en casa”, y a las personas que ejercen todo tipo de actividades profesionales y que, día a día, nos demuestran que no dudan en poner en peligro su vida para salvar a otros.
No podemos dejar de mencionar a los benefactores, destacando en primer lugar a El Rey de España, junto con el Alcalde de Madrid y la Presidenta de la Comunidad, la ejemplaridad de Amancio Ortega y su hija Sandra; al mundo empresarial, como son los ejemplos del Banco Santander, El Corte Inglés, Iberia, Inditex, Mango, Novartis, Huawei, Oppo, hoteles Catalonia Plaza Mayor, Hotel Colon, Hotel Ilunion Atrium, Hotel Marriott Auditorium, Hotel Miguel Ángel, Hotel Vía Castellana, Hotel Euroforum Palacio de los Infantes, Hotel Majadahonda y Hotel Las Provincias, entre otros muchos. Y pido mi más sincero perdón por si me he dejado a alguien fuera del tintero.
Quiero alertar de que el corona virus ha creado un síndrome de ESTE-COLMO, de repudio a aquellos que han contribuido a su masivo contagio, callando, mintiendo y omitiendo informaciones.
En estos momentos, en los que podemos decir que la mayoría de los españoles, en la medida de sus posibilidades, están demostrando su modélica solidaridad. Otros millonarios con sus adláteres, algunos practicantes teóricos del Comunismo, enriquecidos gracias a España, no están poniendo nada de su parte, como son: Anabel Alonso, Pedro Almodóvar, Javier Bardem, Jesús Cintora, Jordi Évole, El Gran Wyoming, Antonio García Ferreras, Pablo Iglesias, Paco León, Ana Pastor García, Rosalía, Jaume Roures, Jorge Javier Vázquez, Willy Toledo, Atresmedia, Grupo Prisa y Mediaset, también entre otros muchos.
Ana Lucrecia Baschwitz Gómez de las Bárcenas
San Agustín de Guadalix (Madrid)
Licenciada en Publicidad y RRPP,
Doctora en Ciencias de la Información
y Directiva de Relaciones Públicas.