Este hombre ha perdido definitivamente la cabeza. Sus consejeros, ante el desbarajuste que inunda la Administración a su servicio, le han recomendado que haga una pirueta más –¡total, qué más da otra payasada!- y se autopresente como el gran gestor del siglo. Lo repite en los mítines (toda su vida es un mitin de cartón piedra), en el Parlamento, en las entrevistas amables y por lo bajini.
Sus peroratas y autoalabanzas resisten mal la realidad. Es tan gran gestor que ha convertido la principal empresa pública del país en una ruina tras colocar al frente de ella a un ganapán incompetente que presumió en su día de haber llevado a Sánchez al poder y de utilizar el enorme potencial de Correos para ayudar a su jefe. ¿Podemos hacer referencia al caos administrativo de la Seguridad Social? ¡Que se lo pregunten a los miles de nuevos pensionistas que no cobran su dinero porque ese ministerio no funciona!
¿Quiere, señor Sánchez, que hablemos de Renfe? Retrasos, trenes que no caben por los túneles, amiguismo, corrupción, incompetencia. Amigos y amiguetes a gogó en puestos de responsabilidad. También podíamos darnos una vuelta por el ministerio de Justicia encargado de no de manipular la voluntad y la interpretación de los jueces y fiscales (que ocurre), sino de gestionar los recursos que permitan a sus profesionales ejercer su labor encomendada con prontitud y eficacia.
Podríamos irnos luego hasta el Pirulí, la gran casa de la manipulación, desde los tiempos fatuos de aquella inconstitucional bienpagá llamada Rosa María Mateo hasta la incompetente y actual Elena Sánchez, que ha confundido al personaje Don Juan Tenorio con el autor José Zorilla. Aquí, como se ha visto, se dilapidan millones y millones en aras de las productoras con cero audiencia a la mayor honra y gloria de los amiguetes del poder, póngase el nombre siquiera de José Miguel Contreras.
Es tan gran gestor que la deuda pública bajo el sanchismo ha roto todos los récords hasta llegar al 120% del PIB. Gestiona tan maravillosamente bien el país que el déficit se escamotea como puede. Gestiona bien, sin duda, el Parque Móvil, los aviones del Estado puestos a su servicio, los impuestos al alza y las viviendas de los demás puestas a la caza de votos. Éstas son someras muestras de su excelsa gestión.
El emergente portavoz popular, Borja Sémper, ha sentenciado estos días que «ningún despropósito quedará en pie». Aplausos generalizados en la grada; ahora falta que cumplan lo prometido cuando tenga ocasión, que la tendrán.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario
Sábado 29 de abril 2023