El atrabiliario ministro [sic] Óscar Puente, gran masajeador de empresarios y vividor de lujo, empeñado en demostrar desde que se levanta hasta que se acuesta que la tiene más larga y venenosa que nadie (la lengua), se ha atrevido a decir que Bildu es una fuerza «democrática» y «progresista» con la que está encantado de pactar. Democrático y progresista, creo que entiende Puente, es veranear en hoteles de gran lujo y subirse a yates y Mercedes, algunos dicen que por cuenta de agraciados empresarios. Dicen algunos, repito.
¿Cómo se puede tener tanta desfachatez y sinvergonzonería para dar botafumeiro a un grupo político surgido de las entrañas de una banda asesina? ¿Cómo se puede llamar democrática y progresista a una banda, ahora política, que lleva a terroristas convictos y confesos en sus listas electorales? ¿Se han vuelto locos? ¿Se habrá parado a pensar por un momento el inexportable Puente (con familia también subida a la mamandurria sanchista, of course) qué pensarán sus compañeros de militancia asesinados bajo las pistolas etarras cuyo olor a pólvora todavía lucen algunos bilduetarras en sus solapas? ¡No sabíamos hasta que llegó Puente que sentirse orgulloso de asesinatos de niños era democrático y progresista!
¿Acaso sabrá este hombre tan pagado de sí mismo, gran chapoteador en la gresca y el detritus, que hubo más de 300.000 vascos que tuvieron que tomar el camino del exilio durante cincuenta años? ¿Sabrá, acaso, el tipo listo éste que ahora mismo se practica el apartheid en numerosos puntos del País Vasco?
De este hombre podemos esperar cualquier cosa, sin duda, pero lo que no se puede esperar de nadie que se sienta en la mesa del Consejo de Ministros, incluso de aquella presidida por Sánchez, que ya es decir, es que ofenda continuamente a la inteligencia y no respete el silencio y el dolor de las víctimas; mucho menos que jalee subliminalmente a terroristas.
¿Esto lo ha perpetrado porque es ministro sanchista o es ministro porque es estulto?
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiaio
24 de diciembre 2023