Han pasado ya varios meses desde las últimas elecciones generales y de sus resultados se han tabulado un sinfín de sesudos estudios, se han realizado análisis en profundidad por parte de expertos. Todos ellos conducen a una misma conclusión: Sánchez continúa en el poder porque 11.000 votos (otros subrayan 30.000, en cualquier caso, una minucia) se depositaron en la urna equivocada entre las del PP y Vox.
No va a poner en tela de juicio el columnista el derecho fundamental que tiene cada ciudadano a elegir la urna que le venga en gana… ¡Faltaría más! Pero también tiene derecho a informar y comentar sobre hechos incuestionables de aquel acontecer. Si el voto que fue al centroderecha (PP) y a la derecha (Vox) en determinadas circunscripciones se hubiera agrupado en unas solas siglas, es seguro que a Núñez Feijóo no le habrían faltado cuatro escaños para ser investido como jefe del Gobierno y haber mandado a Sánchez al paro.
Insisto: no estoy cuestionando el sentido del voto de nadie, simplemente hago un análisis basándonos en datos irrefutables. Todo ello me lleva a afirmar que el bloque anti-Frankenstein continúa teniendo un grave problema. O lo solucionan o el muchacho de Tetuán podrá jubilarse a costa del contribuyente en el Palacio de la Moncloa. No puede ser que un día se estén dando el pico y al día siguiente enseñe Abascal el garrote.
Éste es el principal problema político que tiene encima de su mesa Alberto Núñez Feijóo, inmediatamente posterior al problemón Sánchez. No se trata de una cuestión stricto sensu ideológica, más allá del europeísmo y algunas percepciones de índole macroeconómica, sino más bien de un asunto estratégico que deben solucionar cuanto antes si no quieren que España se quede sin alternativa real. ¿No dicen ser patriotas? ¡Pues que lo demuestren!
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
10 de diciembre 2023.