Para el obispo de La Guaira (Venezuela), «lo que ha pasado en la frontera es un crimen que clama al cielo». Además, «el ataque y asesinato de civiles desarmados por bandas armadas y la destrucción de medicinas y alimentos implica una grave responsabilidad según las leyes internacionales, que contemplan fuertes sanciones», asevera monseñor Biord.
El intento de que la ayuda humanitaria accediera a Venezuela se ha saldado con graves enfrentamientos en los que han muerto cuatro personas y que también han provocado al menos 285 heridos.
Para el obispo de La Guaira (Venezuela), «lo que ha pasado en la frontera es un crimen que clama al cielo». Además, «el ataque y asesinato de civiles desarmados por bandas armadas y la destrucción de medicinas y alimentos implica una grave responsabilidad según las leyes internacionales, que contemplan fuertes sanciones», asevera monseñor Biord.
Sin embargo, el prelado venezolano exculpa de su denuncia «a la mayoría de los militares, soldados de la patria, que respetaron al pueblo». Al mismo tiempo, deplora «a los pocos que se hicieron cómplices de semejantes crímenes, y permitieron a grupos armados arremeter contra la población».
A estos últimos, monseñor Biord les recuerda el reciente comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en el que se invitaba a la Fuerza Armada Nacional a «que se ponga del lado del pueblo al que pertenece. El juramento de hacer cumplir la Constitución (…) tiene como principal destinatario al pueblo venezolano: es el compromiso de defenderlo, de proteger de proteger sus derechos inalienables y de hacer brillar su dignidad humana.
En conciencia no deben cumplir órdenes que atenten contra la vida y seguridad de la población. En estas circunstancias deben permitir el ingreso y la distribución de la ayuda internacional».
En ese mismo comunicado, recuerda el obispo de La Guaira, la CEV aseguraba que «el país necesita la ayuda humanitaria» y que «el régimen tiene la obligación de atender las necesidades de la población, y por ello facilitar la entrada y distribución de la misma, evitando cualquier tipo de violencia represiva».
«Pedir y recibir ayuda no es ninguna traición a la patria; antes bien, es un deber moral que nos incumbe a todos, ante las carencias y urgencias dramáticas que padece el pueblo venezolano».
Monseñor Raúl Biord concluye pidiendo al Señor que «en estos momentos difíciles cese la violencia y el derramamiento de sangre y se restablezca la paz, para que nuestra patria se encamine por sendas de progreso y libertad».
Alfa y Omega
(Foto: EFE/Mauricio Dueñas)