Comprendo que los principales edecanes de Sánchez lleven mucho tiempo atrás (antes de que estallara el gran escándalo que dará con sus huesos fuera del poder) tratando de llegar a un acuerdo con el «nexo corruptor», es decir, Víctor de Aldama, para que se olvidara a sí mismo y andanzas compartidas. Entre otros edecanes, además de los mandamases de Ferraz, el actual ministro López que era y fue director del Gabinete de Presidencia, antes letal presidente de la empresa pública Paradores.
Escrito por corto y por derecho: eran conscientes de que Aldama tenía y tiene las llaves de la santabárbara y a partir de ahí se inició un rally brutal por poner doble herradura al sepulcro blanqueado del conducator.
Hay un hecho que le da la razón a Sánchez. Un porcentaje enorme de españoles (votantes de izquierda incluidos) cree más a Victor de Aldama que al propio jefe del Gobierno. Y esto, por sí mismo, debería ser causa para Sánchez para pedir hora al jefe del Estado y presentarle la dimisión. De todas las bombas nucleares que el «nexo corruptor» ha puesto a buen recaudo pero ya sin anilla destaca la lista de asistentes a la cena que le preparó al entonces todopoderoso José Luis Ábalos en su afamado restaurante Welow (Bien en inglés). Welow lo situó Aldama, con gran olfato, en el corazón financiero de la city financiera madrileña hace una década. Hoy está en el más completo abandono.
Bien. La virtualidad de aquel akelarre por cuenta del «corruptor» es que asistieron el ghota al completo del sanchismo, desde el homenajeado y el inevitable Koldo a la ministra de Hacienda, la de Economía y, por supuesto, el matrimonio Sánchez, en la cúspide de su gloria y poder. Ahora resulta que en el PSOE sucede como con la boda de la hija de Aznar en El Escorial cuando se descubrió lo de Correa (Gürtel), es decir, que nadie se sentó a la mesa de aquel vomitivo ágape.
Aldama los tiene cogidos por todos los redaños. Todos. Como han tenido la virtualidad de encabronar al jefe del calabozo con los desprecios recibidos y propinados por Óscar López, Félix Bolaños y demás ganapanes sanchistas, pues el despreciado ha puesto todo a buen recaudo, es decir, en manos de los jueces con recibos, de ahí que le hayan puesto rápidamente en libertad.
Cuando se levante el secreto del sumario sabremos a ciencia cierta toda la relación de agasajados por Aldama en su particular “Welow”.
¿No sería mejor dimitir y esconderse?
¡Allá ellos!
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 1 de diciembre 2024