El rector de la venezolana Universidad Católica Andrés Bello reivindica el papel de la Iglesia en la resolución del conflicto en Venezuela.
El sacerdote José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Venezuela, insiste en su postura: «La apuesta de la Iglesia católica y la Compañía de Jesús es la búsqueda de una solución no violenta».
En un encuentro con periodistas celebrado en la Universidad Pontificia Comillas, el jesuita ha recalcado la necesidad de construir una alternativa pacífica al régimen de Nicolás Maduro. «Estamos en una situación en que la presión ciudadana es impresionante, pero también hay que construir los espacios políticos», señala.
Sin embargo, para que el cambio sea posible, Virtuoso exige ciertas garantías: «No es posible pensar en una transición política con Maduro ocupando el poder». A su juicio, el parcialmente reconocido presidente de Venezuela no es un interlocutor válido porque «su único objetivo es mantenerse en el poder a toda costa». «La permanencia del régimen en el poder acaba siendo criminal para la población. Desearíamos lograr que se marchara por la vía pacífica, pero el régimen se niega a hacerlo y se atornilla en el poder».
El jesuita se apoya en un argumento de peso para hacer tal afirmación. «En una carta dirigida a Maduro y que se coló a la prensa, el Papa reconoce todos sus esfuerzos por el diálogo y recrimina al Gobierno cómo los escamoteó y burló. El Vaticano ha apoyado la posibilidad del encuentro y se ha encontrado con una dificultad atroz para poder llevarlo adelante», apunta.
El principal aliado de los venezolanos
Aunque mira con recelo la llamada a la sublevación militar públicamente formulada por el presidente encargado Guaidó, Virtuoso reconoce que el levantamiento ha puesto ciertos temas sobre la mesa. «Contribuyó enormemente a que esa situación de descontento militar al interior del régimen fuera más pública. Es un régimen que enfrenta profundas contradicciones, también en el sector militar».
Además, subraya el gran apoyo que tuvo la intentona de golpe entre los sectores populares. «Contamos con una ciudadanía constantemente movilizada que no es sumisa ni se resigna. El pueblo ha decidido levantarse y construir su futuro en unas condiciones muy adversas».
Aun así, insiste en el desarrollo de una alternativa pacífica en la que la Iglesia, a quien considera «el principal aliado» de los venezolanos, juegue un papel fundamental. «A nivel social, la Compañía de Jesús mantiene una presencia muy importante en la vida de las personas. Por ejemplo, en el ámbito educativo, Fe y Alegría es una institución que está presente en los ambientes más desposeídos. Esa presencia social nos permite hacer de puente para la reconciliación entre los venezolanos».
Y lo demuestra recordando la hoja de servicios de la UCAM, nacida en tiempos de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. «Participamos en todas las luchas de 1957 y 1958 y somos parte de esos actores que construyeron la Venezuela democrática y moderna», recuerda su rector. «Esta universidad se ha convertido en un referente de ese país por el que tantos lucharon. Es un sitio de encuentro para muchos luchadores que buscan un espacio para poder seguir adelante», añade.
Rodrigo Moreno Quicios