Entrevista en ‘L’Osservatore Romano’.
(zenit – 26 mayo 2020)-. En una entrevista concedida a Andrea Monda, director de L’Osservatore Romano, António Manuel de Oliveira Guterres, secretario general de las Naciones Unidas (ONU), habla sobre la paz y las amenzas mundiales en tiempos de pandemia por el coronavirus.
Durante el intercambio, el periodista preguntó a Guterres concretamente sobre su reciente llamamiento por la paz en un mundo afectado por la pandemia. Se trata de una iniciativa que se une nuevamente a las del Papa Francisco, con quien se reunió en la Ciudad del Vaticano a finales del año pasado y con quien difundió un mensaje de video, que no deja de pedir el cese de todas las guerras.
Llamamiento global a la paz
Con respecto a la situación actual debido al coronavirus y tras reiterar su “profunda gratitud” al Santo Padre por su apoyo al llamado global al alto el fuego y a la labor de las Naciones Unidas, el representante de la ONU recordó que “cuando lancé el llamamiento por el alto el fuego, mi mensaje a las partes involucradas en conflictos en todo el mundo fue simple: la lucha debe cesar para que podamos concentrarnos en nuestro enemigo común, la COVID-19”.
Hasta ahora, relata, esta invocación “ha recibido el apoyo de 115 gobiernos, organizaciones regionales, más de 200 grupos de la sociedad civil y de otros líderes religiosos. Dieciséis grupos armados se han comprometido a poner fin a la violencia. Además, millones de personas han firmado una petición de apoyo en línea”.
No obstante, prosigue, “la desconfianza sigue siendo grande, y es difícil traducir estos compromisos en acciones que marquen una diferencia en las vidas de los que sufren los efectos de los conflictos” y reitera: “sigo instando a las partes en conflicto, y a todos los que puedan influir en ellas, a que pongan la salud y la seguridad de las personas en primer lugar”.
Paz interna
Por otro lado, el secretario general de la organización internacional menciona otro llamamiento, el de “la paz interna”, ya que, en todo el mundo, “con la propagación de la pandemia también estamos viendo un preocupante aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas”.
Ante ello, apunta que ha pedido a los gobiernos, a la sociedad civil y a todos los que pueden ayudar en el mundo “que se movilicen para proteger mejor a las mujeres” y a los líderes religiosos de todas las religiones a “que condenen inequívocamente todos los actos de violencia contra las mujeres y las niñas y que defiendan los principios fundamentales de la igualdad”.
Teorías de conspiración
En la entrevista, resalta que la pandemia del coronavirus no es solo una emergencia sanitaria mundial y que en las últimas semanas ha habido un aumento en las teorías de conspiración y sentimientos xenófobos. De hecho, describe Guterres: “en algunos casos, periodistas, trabajadores sanitarios o defensores de los derechos humanos han sido objeto de ataques solo por hacer su trabajo”.
“Desde el comienzo de esta crisis, he hecho un llamamiento a la solidaridad entre las sociedades y entre los países. Nuestra respuesta debe basarse en los derechos humanos y en la dignidad humana”. También se ha dirigido a las instituciones educativas para que se centren en la alfabetización digital y ha instado a los medios de comunicación, “a que se esfuercen mucho más por informar y eliminar los contenidos racistas, misóginos o que puedan ser perjudiciales de cualquier modo, de conformidad con las normas internacionales de derechos humanos”.
Papel de los líderes religiosos
Para el dirigente de la ONU, los líderes religiosos ostentan un papel crucial “en la promoción del respeto mutuo en sus comunidades y más allá de ellas” porque están situados “en una óptima posición para cuestionar los mensajes inexactos y perjudiciales y para alentar a todas las comunidades a promover la no violencia y a rechazar la xenofobia, el racismo y todas las formas de intolerancia”.
Por otro lado, con respecto a la manera de combatir la desinformación sin arriesgar la libertad y los derechos fundamentales aclara que se ha puesto en marcha una iniciativa de respuesta en materia de comunicaciones de las Naciones Unidas denominada Verified, “que tiene por objeto proporcionar a las personas información precisa y basada en hechos, al tiempo que fomenta las soluciones y la solidaridad a medida que pasamos de la crisis a la recuperación”.
Críticas y la información infundada
A pesar de las críticas y la información infundada a los organismos de la ONU en medio de la pandemia, Guterres subraya que en este momento: “La Organización Mundial de la Salud y todo el sistema de las Naciones Unidas están plenamente movilizados para salvar vidas, prevenir la carestía, aliviar el dolor y planificar la recuperación”.
De este modo, han diseñado “un plan de respuesta humanitaria global de 7.600 millones de dólares para las poblaciones más vulnerables, incluidos los refugiados y los desplazados internos. Hasta ahora, los donantes han ofrecido casi 1.000 millones de dólares y yo sigo esforzándome por garantizar que este plan esté plenamente financiado”.
Coordinación con los gobiernos
Asimismo, los equipos de la organización en diferentes países están trabajando en coordinación con los gobiernos “para movilizar fondos, ayudar a los ministerios de salud a prepararse y apoyar medidas económicas y sociales, desde la seguridad alimentaria y la educación en el hogar hasta las transferencias de efectivo y mucho más”.
Las redes de distribución de las Naciones Unidas, por su parte, se han puesto a disposición de los países en vías de desarrollo, “con millones de equipos de prueba, respiradores y mascarillas quirúrgicas que llegan ahora a más de cien países” y vuelos solidarios “para llevar más suministros y operadores a decenas de países de África, Asia y América Latina”.
Colaboración entre los Estados
En esta línea, el dirigente portugués destaca que “la colaboración y la contribución de todos los Estados – incluidos los más poderosos – es esencial no sólo para combatir la COVID-19, sino también para hacer frente a los desafíos de la paz y la seguridad que se presentan. En este sentido, asegura que “el virus ha demostrado nuestra fragilidad global. Y esta fragilidad no se limita a nuestros sistemas de salud. Afecta a todas las áreas de nuestro mundo y de nuestras instituciones”, indica.
Y remarca que “la fragilidad de los esfuerzos mundiales coordinados se pone de relieve por nuestra falta de respuesta a la crisis climática, por el creciente riesgo de proliferación nuclear, por nuestra incapacidad de unirnos para regular mejor la red. La pandemia debe ser una llamada de alerta. Las mortíferas amenazas mundiales exigen una nueva unidad y solidaridad”.
En referencia al apoyo a la vacuna contra la COVID-19 y la amenaza de que algunos deseen ocupar una posición dominante en la comunidad internacional, António Guterres considera que “en un mundo interconectado, nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo” y que esta no debe ser “una vacuna o una cura para un país o región o la mitad del mundo, sino una vacuna y una cura que sean accesibles, seguras, eficaces, fáciles de administrar y universalmente disponibles para todos, en todas partes.
Desigualdades entre países
El secretario general de la ONU reconoce que pandemia está “sacando a la luz las desigualdades en todas partes”: “No podemos permitir que eso suceda y por eso sigo pidiendo un paquete de ayuda global que ascienda al menos al 10% de la economía mundial. Los países más desarrollados pueden hacerlo con sus propios recursos, y algunos ya han comenzado a aplicar esas medidas”.
No obstante, sostiene que las ayudas de financiación del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y el anuncio del G20, que apoya la suspensión del pago de la deuda de los países más pobres, no serán suficientes “y será importante considerar medidas adicionales, entre ellas, la reducción de la deuda, para evitar crisis financieras y económicas prolongadas”.
Finalmente, en cuanto al futuro de las Naciones Unidas en el mundo post-pandemia, prevee que esta recuperación “ofrece oportunidades para llevar al mundo por un camino más seguro, saludable, sostenible e inclusivo” y que “habrá que abordar las desigualdades y las diferencias en materia de protección social que han surgido de manera tan dolorosa. También tendremos la oportunidad de poner a la mujer y la igualdad de género en primer plano para ayudar a construir una resiliencia de cara a las crisis futuras”.
Acción por el clima
Por otra parte, piensa que la recuperación también “debe ir de la mano de la acción por el clima”, motivo por el que ha exhortado a los gobiernos a asegurarse de que “los fondos para revitalizar la economía se utilicen para invertir en el futuro, no en el pasado”, pues “el dinero de los contribuyentes debería utilizarse para acelerar la descarbonización de todos los aspectos de nuestra economía y dar prioridad a la creación de empleos verdes” y “ahora es el momento de imponer un impuesto al carbón y hacer que quien contamina pague por su contaminación”.
“Las instituciones financieras y los inversores deben tener plenamente en cuenta los riesgos climáticos. Nuestro modelo sigue siendo los objetivos del desarrollo sostenible y el Acuerdo de París sobre el cambio climático”, recuerda.
“Este es el momento de ser decididos. Decididos a derrotar la COVID-19 y salir de la crisis construyendo un mundo mejor para todos”, concluye António Guterres.
LARISSA I. LÓPEZ
Imagen: El Papa y António Guterres
(Foto @) Vatican Media)