«Manifestaciones como estas nos duelen, hieren nuestros sentimientos religiosos y nos hacen sufrir. Las corrientes laicistas están generando una cristianofobia que se manifiesta en lo que estos días estamos sufriendo», ha denunciado el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, durante el acto de desagravio con motivo del último pregón de carnaval celebrado en la catedral gallega el sábado
«No es de recibo que se pueda despreciar gravemente la figura del Apóstol que da nombre y hace presente a su ciudad en el mundo entero», denunció el sábado en un comunicado el arzobispado de Santiago de Compostela. «Santiago y la Virgen del Pilar están vinculados a la memoria y a la vida de esta ciudad y a todos los Caminos que conducen al sepulcro del Apóstol, y sin ellos no seríamos lo que somos en los distintos ámbitos de la sociedad, la cultura o la espiritualidad», continuaba, para luego convocar a todos los fieles a un acto de desagravio que tuvo lugar por la tarde en la catedral.
Durante la celebración, monseñor Julián Barrio lamentó las «ofensas blasfemas» del pregón pronunciado en el carnaval de la localidad gallega, y advirtió que «las corrientes laicistas generan cristianofobia, como se está demostrando estos días».
En una catedral abarrotada, el arzobispo manifestó que «hubiera deseado que nos hubiéramos encontrado para darle gracias a Dios, porque motivos tenemos, o pedir por necesidades que nos afectan, que no son pocas, pero el motivo de nuestro encuentro es el deseo de desagraviar de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar, y al Apóstol Santiago, nuestro patrono y patrono de España, por las ofensas blasfemas que se han hecho días atrás en el Carnaval».
En este sentido, afirmó que «ni el contexto del Carnaval ni la libertad de expresión mal entendida pueden justificar la falta del debido respeto a los demás. Manifestaciones como estas nos duelen, hieren nuestros sentimientos religiosos y nos hacen sufrir. Las corrientes laicistas están generando una cristianofobia que se manifiesta en lo que estos días estamos sufriendo».
Aludió también a «lo que sufrió María junto a la cruz» o a la situación que experimentó el Apóstol Santiago, «al que Herodes mandó degollar», para asegurar que «la fe es un tesoro que llevamos en vasijas de barro para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no procede de nosotros».
Para el arzobispo «vivir en un mundo que parece ser del todo obra humana dificulta descubrir la presencia de Dios», pero ante situaciones como las vividas la semana pasada en Santiago, «Jesús desde la cruz, dirá: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”; o tal vez sí, pero equivocados», porque «cuando el hombre se olvida, rechaza o pospone a Dios quiebra el sentido más profundo de sus aspiraciones y quiebra la raíz de la vida humana».
Por último, hizo un llamamiento a «recuperar la centralidad religiosa en la vida que es la que hace progresar al hombre, porque marginar a Dios no libera al hombre».
Alfa y Omega / Europa Press
(Foto: Arzobispado de Santiago)