Mónica Rodríguez: «Hay que ser muy valiente para aceptar los miedos»

El Premio SM El Barco de Vapor 2023 llega para ayudarnos a contemplar la riqueza de la diferencia, amarla y buscar nuestros propios talentos.

¿Qué historia real palpita detrás de Más valiente que Napoleón?
La historia de Maria Spelterini, una funambulista que fue la única mujer que cruzó las cataratas del Niágara sobre la cuerda floja cuando tenía alrededor de 23 años. Lo hizo en el mes de julio de 1876, con motivo del centenario de la independencia de Estados Unidos. Llegó a cruzarlas cuatro veces, una de ellas con los ojos vendados y, otra, con las muñecas y los tobillos esposados. Nació en Berlín, pero siendo muy niña fue acogida por una familia circense de Livorno, los Spelterini. Fueron su hazaña y las fotos que hay de ella las que me llevaron a escribir Más valiente que Napoleón.

Los protagonistas son Nicoletta, una niña huérfana, y su tío Laurentius, pero pronto la familia crece… ¡Y de qué forma! ¿Qué es lo que más le gusta de esa gran familia?
Me encantan la libertad con la que viven, el cariño y respeto con los que se tratan y, sobre todo, su capacidad de aceptarse unos a otros con sus diferencias, sus virtudes y sus defectos.

Como Laurentius, ¿todos tenemos dentro un Wild Astor [el personaje que interpreta en el circo] capaz de amar con tanta generosidad?
Sí, es posible que todos tengamos dentro a alguien muy grande, con esa capacidad de amar generosamente. Solo hay que buscarlo, dejar de oprimirlo, de tenerle miedo, porque ese es el amor más valiente y también el que más felices puede hacernos.

La amistad les une a todos contra las adversidades. Juntos son más fuertes, también más felices. ¿Cómo lo hizo funcionar, siendo tan distintos los personajes entre sí?
En realidad no fui yo quien los hizo funcionar, fueron ellos los que aparecieron y se pusieron en marcha, mostrándome el camino, el verdadero coraje para ser más valiente que Napoleón. Es precisamente el hecho de que son tan distintos entre sí lo que hace que todo funcione, que se complementen y se ayuden, aunando fortalezas y debilidades. La diferencia es siempre una riqueza.

No es fácil renunciar a la gloria por alguien. Tampoco reconducir los sueños o mantener la fe. ¡Ellos lo consiguen! ¿Me podría decir cuál es el secreto para hacerlo todo sin dejar de sonreír?
Hay momentos en que los personajes sufren, pero es precisamente el apoyo de los demás lo que les hace salir adelante. Ayudar y ser generosos son dos de las acciones que nos conducen hacia la felicidad. Mantener relaciones de calidad, otra. Y estos personajes, quizá porque todos ellos han sufrido, lo saben muy bien.

¡Siempre tenemos ganas de abrazar al personaje de Cabeza Pequeña! ¿Es la suya una historia de superación? ¿Qué quiso transmitirnos?
Cabeza Pequeña es un personaje entrañable, sensible y genuinamente bueno que ha sufrido mucho. De ahí que apetezca abrazarlo para protegerlo. Creo que de algún modo vemos en él esa parte vulnerable que todos tenemos.

Los personajes recorren un camino de madurez. ¿Qué podemos aprender de esta exótica pandilla?
No era mi intención escribir un libro donde aprender algo, pero inevitablemente, cuando acompañamos a estos personajes en su aventura, aprendemos muchas cosas; al menos, así me ocurrió a mí al escribirlo. Por ejemplo: la familia —no necesariamente de sangre— es nuestra red en el alambre. La riqueza de la diferencia. Nuestro valor más allá de un rasgo o una expresión genética. La búsqueda de nuestros propios talentos. La risa como arma para la vida. O que el valor no está siempre en los actos heroicos, que hay que ser muy valiente para aceptar los miedos o para renunciar a la gloria por los demás.

Tenemos claro que queremos enrolarnos en el circo Spelterini, ¿quedará algún sitio en la caravana la Vieja Gloria?
Por supuesto, todos somos bienvenidos a la gran familia del circo Spelterini. No importa cómo seas, ellos te acogerán.

MAICA RIVERA
Alfa y Omega
Imagen: La escritora también ha ganado el premio Gran Angular
y el Cervantes Chico.
(Foto: Maica Rivera).