La organización critica en una carta abierta dirigida a los líderes europeos el daño deliberado que sus medidas causan a los refugiados y migrantes confinados en las islas griegas.
La situación en las islas griegas del Egeo es comparable a la que Médicos Sin Fronteras (MSF) ve en partes del mundo afectadas por desastres naturales o en zonas de guerra. Así califica la organización humanitaria las condiciones de vida en las que se confinan a 38.000 personas en los centros de identificación y registro europeos, en una carta abierta enviada a los Gobiernos europeos y a la nueva Comisión que se conformará en unos días.
“En marzo de 2016, decidieron que confinar a las personas en las islas del Egeo era una medida necesaria y temporal. Hoy vemos el resultado de esa decisión: un estado crónico de emergencia y un ciclo endémico de sufrimiento humano”, afirma la carta firmada por Christos Christou, presidente Internacional de MSF, que acaba de regresar de Samos y Lesbos.
Desde la entrada en vigor del acuerdo, la situación humanitaria no ha hecho sino empeorar. Solo en los últimos tres meses han muerto una mujer, un niño y un bebé de 9 meses por las condiciones peligrosas y terribles de Moria y por la falta de una atención adecuada. Buscaban seguridad en Europa y encontraron la muerte en un centro de recepción europeo.
En la misiva, la organización se muestra muy dura con la actuación de la UE y de sus Estados miembro: en lugar de reconocer el coste humano de su enfoque, continúan pidiendo una implementación más enérgica del acuerdo UE – Turquía.
Autolesiones en menores
La UE y los Gobiernos
europeos han justificado y normalizado este sufrimiento, como si fuera un
precio aceptable para mantener a la mayor cantidad posible de personas fuera de
Europa. Incluso consideran medidas más duras, como los planes anunciados recientemente
por el Gobierno griego para convertir los ‘hotsposts’
en centros de detención masiva y acelerar las deportaciones.
“Esta tragedia humana debe concluir. Las autolesiones de niños y niñas, la desesperación que lleva a algunos de nuestros pacientes a tener pensamientos suicidas tiene que terminar. El único tratamiento para ello es el fin de un acuerdo tan dañino como el que firmó en marzo de 2016. Para ello pedimos que el Gobierno español dé un paso al frente y lidere un movimiento dentro de la UE que suponga un giro de 180 grados a las medidas de rechazo, contención, detención arbitraria y discriminación que han marcado los últimos años de las políticas de asilo y refugio europeas”, afirma David Noguera, presidente de MSF España.
La organización pide a la UE y a sus líderes que detengan este castigo colectivo e intencionado a personas que buscan seguridad en Europa. Además, solicita la evacuación urgente de los más vulnerables desde estos centros a un alojamiento seguro en otros estados europeos. “Pongan fin a la política de contención. Rompan, de una vez por todas, el ciclo del sufrimiento en las islas griegas”, concluye la carta hecha pública hoy en Bruselas.
CARTA ABIERTA A LOS LÍDERES EUROPEOS:
DEJEN DE CASTIGAR A LOS SOLICITANTES
DE ASILO EN LAS ISLAS GRIEGAS
Por Christos Christou, presidente internacional de Médicos Sin Fronteras
Acabo de regresar de las islas griegas y me sorprendió lo que vi y los relatos que escuché de mis compañeros en el terreno.
Me hablaron de un niño de 12 años que acudió a nuestra clínica en Moria, en Lesbos, después de autolesionarse varias veces: se había provocado cortes en la cabeza con un cuchillo. También me relataron el caso de una niña de 9 años que tenía heridas graves por la explosión de una bomba en Afganistán. A pesar de ello, seguía sonriendo cuando llegó a Grecia. Sin embargo, durante los meses que estuvo atrapada en Lesbos, dejó de hablar y de comer y se apartó por completo.
Han sobrevivido a la guerra y a la persecución, pero meses en lugares peligrosos y miserables como Moria han llevado a muchos de nuestros pacientes infantiles al límite: a autolesionarse y a tener pensamientos suicidas.
Es por estos niños y niñas, y por todos los demás refugiados, solicitantes de asilo y migrantes que continúan atrapados en las islas griegas, por lo que me siento obligado a dirigirles esta carta hoy.
Los niños no son los únicos que son vulnerables. Personas que sobrevivieron a la tortura están obligadas a compartir tiendas de campaña con completos extraños durante meses. Supervivientes de violencia sexual confiesan a nuestro equipo en Vathy, en la isla de Samos, que les da miedo usar los baños por la noche. Hemos identificado a estas personas, pero muchas de ellas no son consideradas vulnerables por las autoridades griegas, por lo que sus necesidades desaparecen en las grietas de laberínticos procedimientos administrativos.
En 2016, ustedes decidieron que confinar a las personas en las islas del Egeo era una medida necesaria y temporal. Les advertimos sobre las consecuencias humanitarias de su acuerdo con Turquía. Incluso dejamos de aceptar fondos de los Estados miembros de la Unión Europea a modo de protesta. Hoy vemos el resultado de la decisión que ustedes tomaron: un estado crónico de emergencia y un ciclo endémico de sufrimiento humano.
En los últimos cuatro años, la situación humanitaria no ha hecho sino empeorar. Solo en los últimos tres meses han muerto una mujer, un niño y un bebé de 9 meses por las condiciones peligrosas y terribles de Moria y por la falta de una atención adecuada. Buscaban seguridad en Europa y encontraron la muerte en un centro de recepción europeo.
La situación es comparable a lo que vemos en otras partes del mundo afectadas por desastres naturales o en zonas de guerra. Es escandaloso ver estas condiciones en Europa, un continente supuestamente seguro, y ser conscientes de que son el resultado de elecciones políticas deliberadas.
En lugar de reconocer el coste humano de su enfoque, continúan pidiendo una implementación más enérgica del acuerdo UE-Turquía. Incluso consideran medidas más duras, como los planes anunciados recientemente por el Gobierno griego para convertir los ‘hotsposts’ en centros de detención masiva y acelerar las deportaciones.
Detengan esta locura
Tras estos cuatro años, debe resultarles evidente que las políticas que intentan disuadir a quienes tratan de llegar a Europa solo provocarán más muertes y sufrimiento.
Desde la situación caótica que han creado en el Mediterráneo y el dramático ciclo de intercepción en el mar, tortura y detención arbitraria en Libia, hasta las violentas devoluciones en los Balcanes, donde miles de personas viven en condiciones inhumanas a las puertas del invierno, el daño que estas políticas están produciendo es inconmensurable. Y las mismas medidas de rechazo, contención, detención arbitraria, discriminación y abuso se están reproduciendo cada vez más a una escala mundial.
Ningún argumento político puede justificar medidas que causen daño de forma deliberada y consciente –y les hemos advertido reiteradamente de que estas políticas lo hacen–. Dejen de ignorarlo; dejen de fingir que no lo hacen.
Como médico que representa a una organización humanitaria, me indigna ver cómo han justificado y normalizado este sufrimiento, como si fuera un precio aceptable para mantener a la mayor cantidad posible de personas fuera de Europa.
Esta flagrante deshumanización es inaceptable. No importa qué asistencia brindemos a nuestros pacientes; después tenemos que enviarlos de vuelta a las mismas condiciones que los están enfermando, condiciones que ustedes han creado de forma premeditada.
Es poco lo que nuestros equipos pueden hacer para detener este ciclo de sufrimiento: no tenemos tratamiento para ello.
Está en sus manos. Deben encontrar la voluntad política para actuar y deben hacerlo ahora.
Esta tragedia humana debe concluir. Detengan este castigo colectivo e intencionado de personas que buscan seguridad en Europa. Evacúen urgentemente a los más vulnerables desde estos centros a un alojamiento seguro en otros Estados europeos. Pongan fin a la política de contención. Rompan, de una vez por todas, el ciclo del sufrimiento en las islas griegas.