Hablamos con la editora jefe del informe Libertad religiosa en el mundo 2023 de ACN, que fue presentado el pasado jueves en Madrid.
¿Qué ve al tomar el pulso a la libertad religiosa en el mundo?
Me desespera no ver cambiar casi nada. Una de las razones es la aparición de autócratas más decididos e impunes. Están celosos del poder de movilización de los religiosos. Y van a hacer lo posible por acercarse a ellos, como con la Iglesia nacional en China, o por deshacerse de ellos.
¿Por qué lo hacen con impunidad?
Occidente está totalmente focalizado en la guerra de Ucrania y su silencio se está volviendo verdaderamente cómplice. Esto tiene consecuencias muy concretas que en los próximos años pueden ser graves para el propio Occidente. Nos cuesta más que antes llamar la atención de los países que tienen poder sobre algún agresor para que actúen al respecto. Y los países más pequeños piensan que pueden hacer lo mismo. La libertad religiosa nunca ha sido uno de los intereses primordiales de Occidente. Siempre tenemos que entrar por la puerta de algún otro derecho, como los de las mujeres.
¿Se mantiene la preocupación por África, y en concreto el Sahel, central en el informe de 2021?
Es precisamente uno de los puntos de ceguera voluntaria de Occidente. No hay mejoría, al contrario. Con la salida de Francia ya no hay una fuerza militar occidental. La palma se la lleva Nigeria. La frontera entre lo que se considera el norte musulmán y el sur cristiano se sitúa ya casi en Lagos, cerca de la costa. En la mentalidad del Gobierno, es normal que la sharía se extienda por el Cinturón Central. En esa región, los cristianos eran en torno al 50 %. Pero los están echando. Este mes ha habido ataques cada noche, de hasta 4.000 mercenarios fulanis bien armados. Incluso han atacado a los supervivientes en los campos de desplazados. Es una muestra de lo que llamamos «fabricación de minorías»: no hace falta ser menos, basta ser invisibles. Acabo de estar en Estados Unidos con un obispo de la zona, intentando que vuelvan a considerarlo un país de particular preocupación.
En cifras
145,99 millones de euros recibió ACN en 2022, según su memoria. Envió 9,66 a Ucrania.
El 31,5 % de ayudas fue a África.
1/3 de diócesis y 1/10 sacerdotes del mundo recibieron apoyo.
11,2 % crecieron los nuevos donantes en España.
¿Hay formas de persecución o escenarios menos conocidos?
En Asia central, por miedo al islam extremista se están aprobando leyes muy drásticas para impedir cualquier forma de islam que no sea nacional. Y, de paso, los cristianos están cada vez más reprimidos. En América Latina la Iglesia católica está siendo muy atacada, por ejemplo en las manifestaciones feministas. Hay además un aumento muy marcado de los ataques contra líderes religiosos. No olviden el poder del crimen organizado. Cuando un líder comunal, religioso o ambiental trata de que dejen a los pueblos en paz, lo acaban secuestrando o matando.
¿Tiene sentido el diálogo interreligioso ante tanta persecución?
Los abusos empiezan cuando alguien pasa de decirse religioso a decir que, por su religión, el otro es inferior a él. De ahí precisamente la importancia del diálogo interreligioso, en el que reconocemos que todos somos religiosos y lo que tenemos en común, y cooperamos sin que nadie se sienta superior. Es lo que cree el Papa Francisco.
MARÍA MARTÍNEZ LÓPEZ
Alfa y Omega
Imagen: Szymanski también lidera la oficina de representación de ACN ante la Unión Europea.
(Foto cedida por Marcela Szymanski).