En el mundo hay 758 millones de personas que no saben leer ni escribir una frase simple
(ZENIT – Roma).- En un mundo que evoluciona de manera imparable hay, según la UNESCO, 758 millones de adultos mayores de 15 años, que no saben leer ni escribir una frase simple. Esto supone que más de 750 millones de personas están condenadas a la exclusión y a la pobreza por carecer de los conocimientos básicos que les permitan comprender el devenir del mundo que los rodea o carecen de conocimientos para reclamar sus derechos o afianzar sus libertades como individuos.
Las dos terceras partes de estas personas, 505 millones, son mujeres. Así lo advierte Manos Unidas, en un comunicado publicado para recordar la importancia de este problema, ya que el día 8 de septiembre, se celebra el Día de la Alfabetización.
Asimismo, aseguran que “las personas de entre 25 y 64 años, que generalmente componen la fuerza laboral de un país, son también las que presentan las cifras más altas de analfabetismo, 509 millones”. Esta carencia de conocimientos esenciales –se precisa– va pareja a la vulnerabilidad en todos los campos: enfermedad, explotación laboral y violación de los derechos humanos.
Además, “la probabilidad de que no encuentren trabajo o los engañen con los salarios es mucho más alta”. El analfabetismo es, en definitiva, “sinónimo de pobreza y rechazo”. Para Manos Unidas “la educación es un derecho humano esencial para el desarrollo sin el que no sería posible cumplir ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS)”.
Fidele Podga, coordinador del Departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas, asegura que “la posibilidad de leer o de comprender los documentos escritos, está directamente relacionada con la erradicación de la pobreza y con el desarrollo de los pueblos y sociedades”. Por ello, en 2015, la ONG aprobó 219 proyectos de carácter educativo por un importe superior a los 11,6 millones de euros. “Estas iniciativas beneficiaron de manera directa a cerca de 112.000 personas. Además de hacer hincapié en la educación escolar, muchos de estos proyectos tuvieron como destinatarias fundamentales a las mujeres, que sufren con mayor virulencia las consecuencias del analfabetismo”, explican desde la ONG.
Además se indica que “más de 500 millones de mujeres sufren soledad, aislamiento y marginación por no saber leer ni escribir; pueden ser engañadas por no comprender lo que leen o por no tener nociones básicas de números y su acceso a los derechos básicos, al respaldo legal y a los avances científicos y tecnológicos. “Cuando se dota a la mujer de autonomía y de posibilidades de desarrollo, esto revierte en sí misma, en su familia y en su comunidad”, subraya Podga.
Por otro lado el coordinador de Estudios y documentación de Manos Unidas señala que para lograr el empoderamiento de las mujeres y la superación de las desigualdades estructurales a través del poder de movilización de la comunidad, “es necesario que tanto mujeres como hombres participen en igualdad de condiciones en la identificación, diseño y ejecución de sus propios proyectos sociales y vitales”. Esa participación –añade– depende de la auténtica comprensión de la realidad, para la que resulta fundamental poder leer y escribir.