Manos Unidas destaca que, aunque la situación de desigualdad de la mujer es algo global, la violencia y la discriminación siempre es mayor para las mujeres de los países empobrecidos.
En el último año, la ONG ha realizado 68 proyectos de cooperación centrados especialmente en la mujer a los que ha dedicado el 12% del total de sus recursos. La mujer es una línea transversal esencial en todos sus proyectos desde su nacimiento hace 59 años.
En Guatemala, Manos Unidas apoya a las mujeres indígenas que sufrieron la violencia durante el Conflicto Armado Interno y promueve la defensa de sus derechos.
El jueves 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer en un ambiente socialmente muy activo con paros y manifestaciones convocadas internacionalmente que exigen lograr la igualdad real de las mujeres y los hombres. Y es que este día, que se celebra a propuesta de la ONU bajo el lema “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”, llega después de haberse iniciado un movimiento global sin precedentes en forma de numerosas marchas y campañas mundiales.
Para Manos Unidas, la celebración de este día y las manifestaciones y paros convocados son una nueva oportunidad para denunciar que la pobreza, el hambre, la exclusión y la desigualdad, tienen rostro de mujer y prueba de ello es que las discriminaciones son mucho más graves en los países en desarrollo, donde esa desigualdad determina la situación de las mujeres y sus condiciones indignas de vida.
La Organización, fundada hace 59 años por las mujeres de Acción Católica, destaca que promueve proyectos de desarrollo especialmente centrados en la mujer, como protagonista esencial en su trabajo en educación para el desarrollo y, también, como línea transversal en sus proyectos de cooperación que realiza en el mundo. Así, el último año, Manos Unidas realizó 68 proyectos de cooperación destinados especialmente a la mujer, por un importe de 4.420.810,23, lo que supone el 12% de su inversión en proyectos de desarrollo.
Como asegura Waldo Fernández del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas, “en nuestro trabajo denunciamos y damos a conocer las situaciones de desigualdad e injusticia que, por motivo de sexo, se producen en los países donde trabajamos. Pero también proponemos las posibles soluciones para erradicarlas, incluyendo de manera explícita en todas las actividades, los valores y criterios que fomenten la justicia y la igualdad entre hombres y mujeres.”
La violencia contra la mujer y un ejemplo de superación en Guatemala
Maria José Hernando, del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas destaca algunas de las “cifras de la vergüenza” en lo que a violencia contra la mujer se refiere: “nos indigna saber que 66.000 mujeres son asesinadas anualmente en el mundo, y que, por ejemplo, en América Latina, cada día son asesinadas 12 mujeres por el hecho de serlo”.
Estos días se recuerda que esta violencia suele ser ejercida aún más en el contexto del hogar; de hecho, el 70 % de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental en algún momento de su vida. En este sentido, desde Manos Unidas se destaca la poca confianza que tienen las mujeres en los organismos oficiales a la hora de pedir ayuda y menos aún en los países en desarrollo. Según asegura Hernando, “menos del 40 por ciento de las mujeres que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda y, entre las mujeres que lo hacen, la mayoría recurre a la familia y amistades porque ya no confían en mecanismos oficiales, como la policía o los servicios de salud y es ahí donde las ONG tenemos una responsabilidad enorme y un importante papel que cumplir”.
Unos 120 millones de niñas de todo el mundo han sufrido el coito u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas. Y, al menos 200, millones de mujeres y niñas han sufrido la mutilación genital femenina en los 30 países donde existen datos de prevalencia representativos. En su mayoría, antes de cumplir los 5 años.
En el mundo más de 750 millones de mujeres se casaron con menos de 18 años. Esta práctica es más común en África Occidental y Central, donde 1 de cada 7 estaban casadas o viviendo en pareja antes de los 15 años.
En cuanto a la trata, las mujeres adultas representan el 51 % de las víctimas de trata de seres humanos detectada a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas representan el 71 %, siendo las niñas casi tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Tres de cada cuatro mujeres y niñas víctimas de la trata lo son con fines de explotación sexual. Manos Unidas también realiza numerosos proyectos contra la trata infantil, sobre todo en África y Asia, y trabaja para dar solución a estas difíciles situaciones a través de muchos de sus proyectos.
Waldo Fernández, recuerda que “algunas características de las mujeres, como, por ejemplo, la orientación sexual, la discapacidad o la etnicidad, y algunos factores contextuales, como las crisis humanitarias, las situaciones de conflicto y posteriores al conflicto, pueden aumentar la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia”. Además señala Fernández, “las mujeres y las niñas son usadas como “arma” en los conflictos armados. La violencia y las agresiones contra ellas, se usan para intimidar, degradar, humillar y castigar a todos los enemigos.”
Esto ocurre también en conflictos de baja intensidad donde son utilizadas como esclavas sexuales para todos los combatientes o miembros de las guerrillas. En esta línea, Manos Unidas acaba de comenzar, con apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación un proyecto que realizará los próximos tres años a través de su socio local ECAP (Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial), en San Martin Jilotepeque (Chimaltenango), Santa María de Nebaj (Quiché) y Nentón (Huehuetenango), tres municipios indígenas de Guatemala que sufrieron las consecuencias del CAI (Conflicto Armado Interno).
Las mujeres que se benefician de este proyecto pertenecen a las etnias mayas Popti’, Chuj,mam, Caqchiquel, e Ixil y sufrieron violencia sexual durante el CAI o han sido afectadas por violencia institucional y de género en el contexto de las migraciones.
El objetivo de este proyecto es contribuir a la defensa y ejercicio de los derechos humanos de mujeres indígenas para que tengan una vida libre de violencia y que se refuercen tanto ellas personalmente como a través de las organizaciones de la sociedad civil e instancias públicas, articulándose para generar estrategias conjuntas de prevención, adecuada atención y protección de la violencia contra las mujeres.
En este contexto, “empoderar a las mujeres” significa desarrollar la conciencia que ellas tienen de “tener derecho a tener derechos”, reconocer la propia autoridad y estima, y confiar en la capacidad de lograr sus propósitos. Manos Unidas está facilitando atención psicosocial y de salud a grupos de mujeres víctimas de la violencia y se están poniendo en marcha actividades de sensibilización y formación en derechos humanos de las mujeres, a los jóvenes, hombres y mujeres de centros educativos, líderes comunitarios y hombres adultos para el fortalecimiento de la red social cercana a las mujeres.
Imagen: Organizaciones de Mujeres respaldan los procesos de justicia para que no se repita la violencia contra la niñez y las mujeres
(Foto ECAP/Socio local de Manos Unidas en Guatemala, 7 de marzo de 2018)