Mayor mercado de prostitución del mundo.
(zenit – 28 julio 2020).- Manos Unidas denuncia el “tráfico de novias” hacia China, el mayor mercado de prostitución del mundo, con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, que tendrá lugar el próximo 30 de julio.
De acuerdo a su página web, Manos Unidas , ONG de la Iglesia Católica y voluntarios española, trabaja en estrecha colaboración con 58 países del Sur.
Su misión es la lucha contra el hambre, el subdesarrollo y la falta de instrucción y trabajar para erradicar las causas estructurales que las producen: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.
“Esclavitud del siglo XXI”
En un comunicado difundido hoy, 28 de junio de 2020, la ONG católica remite a las palabras del Papa Francisco para referirse a la trata de personas “esclavitud del siglo XXI”. Patricia Garrido, por su parte, responsable de proyectos de Manos Unidas en el sudeste asiático, remarca que la trata de personas “sigue siendo una de las peores formas de esclavitud en 2020”.
En cuanto a los factores que favorecen que se produzcan situaciones de trata, la nota señala que son múltiples. Por ejemplo, nacer en un hogar pobre y en una familia monoparental, pertenecer a una minoría étnica, a una familia desestructurada…
“Vivir en países con alto porcentaje de población joven en situación de extrema pobreza y con elevados índices de desempleo, con alta tasa de abandono escolar, con graves carencias en servicios básicos como la sanidad o la seguridad, falta de acceso de las mujeres a educación básica y a recursos financieros… son otras situaciones que propician que mujeres y personas menores de edad sean consideradas mercancías, siendo explotadas incluso por sus propias familias”, explica Patricia Garrido.
El “tráfico de novias” hacia China
Manos Unidas subraya una nueva tendencia que está surgiendo en los últimos tres años en el sudeste asiático, y que, efectivamente, es considerado el mayor mercado de prostitución del mundo: el “tráfico de novias” hacia China.
El texto describe que el contexto en el que se encuentran las mujeres en esas regiones no es fácil: la discriminación y la violencia contra la mujer se extiende por países como Laos, Myanmar y Tailandia, donde mujeres y niñas son las responsables de obtener los ingresos familiares, pues en numerosas ocasiones los hombres caen en el consumo de alcohol y drogas ilícitas.
Por otra parte, el acceso a la educación y la salud es muy limitado, así como la disponibilidad de agua, electricidad e infraestructuras básicas. De este modo, “la pobreza obliga a muchas mujeres a emigrar para trabajar en el servicio doméstico, en restaurantes y, sobre todo, en la prostitución”, indica Patricia Garrido.
Tal es el caso de muchas minorías étnicas, en las que las niñas son obligadas a tener relaciones sexuales desde muy jóvenes y, debido a la política de hijo único que China ha tenido por décadas, existe un déficit de mujeres respecto a hombres que aumenta la presión de China sobre países fronterizos.
Esto supone que cada vez más chicas sean vendidas a China para matrimonios forzados: “Los hombres chinos pagan entre 10.000 y 20.000 dólares para traer al país mujeres extranjeras”, afirma Patricia Garrido.
La pandemia agrava la situación
El comunicado de la ONG resalta también que la pandemia del coronavirus ha empeorado la situación de las víctimas de trata ya que “los prostíbulos han cerrado a causa del confinamiento y muchas chicas han quedado encerradas allí, pero sin ingresos ni nada que comer”, aseguran desde Alliance Anti Trafic, socio local de Manos Unidas en Tailandia, “organización muy competente con la que llevamos muchos años colaborando, acompañándoles en su trabajo contra esta esclavitud moderna que es la trata de personas”, aclara Garrido.
Por otra parte, Alliance Anti Trafic advierte de que muchas mujeres que han perdido su empleo a causa del confinamiento, emigrarán o entrarán en la prostitución para poder sobrevivir.
También se que las víctimas de la trata tienen menos acceso a los servicios básicos debido a la pandemia, ya que la prostitución es ilegal en Tailandia y a estas mujeres se les ha denegado la ayuda gubernamental prevista para quienes hubieran perdido su empleo. Asimismo, al haber cerrado los prostíbulos, muchas chicas se han introducido en el mercado de la prostitución online, encontrando clientes a través de redes sociales.
Manos Unidas contra la trata
Para combatir esta situación, Manos Unidas colabora estrechamente con Alliance Anti Trafic en iniciativas y proyectos puestos en marcha en Laos, Myanmar y Tailandia, países donde se produce la mayor concentración de trata y tráfico de personas.
Las víctimas son niñas que tienen relaciones sexuales desde muy jóvenes y pasan a ser propiedad de los hombres. Frecuentemente, estas chicas desconocen los mecanismos de ayuda, y las nuevas formas de captación y explotación virtual basadas en el uso de las nuevas tecnologías y redes sociales complican la identificación de los delincuentes, lo cual dificulta el poder combatir estos crímenes.
Igualmente, el desplazamiento de las víctimas a las zonas fronterizas, donde los mecanismos de protección institucionales escasean, tampoco facilita la lucha contra la trata.
Formación de ex víctimas
Con el fin de proteger a estas mujeres y activar los mecanismos que permitan disminuir el riesgo de sufrir estos delitos, Alliance Anti Trafic ha creado e implementado, con la ayuda de Manos Unidas, un sistema de detección y notificación de casos de tráfico de personas, que permite identificar a las víctimas de abuso sexual o trata y a aquellas en riesgo de serlo.
Para ello, forma a ex víctimas de trata, para que se conviertan en “agentes del cambio” en sus comunidades y actúen como testigos fiables en los tribunales, así como a voluntarios que conforman una amplia red de detección y notificación de casos de tráfico y explotación de personas.
LARISSA I. LÓPEZ
Imagen: Formacion contra trata en Champassak, Laos
(Foto: (C) Manos Unidas)