Hay más de 400 millones de personas que no tienen acceso a los servicios básicos de salud en los países más pobres. El 40% de la población mundial no tiene cobertura sanitaria; porcentaje que aumenta hasta el 80% en 44 países de América, Asia, y África, y más aún en zonas rurales. Son algunos datos –procedentes de la Organización Internacional del Trabajo– denunciados por Manos Unidas con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este sábado 7 de abril.
Según la ONG católica, en los países menos desarrollados «la mala salud no es sólo consecuencia de la pobreza, sino también su causa, ya que la mayoría de actividades económicas y productivas dependen de la fuerza física de las personas». Asimismo, advierte de que «en muchas ocasiones y en numerosos países, los enfermos y personas más débiles se ven estigmatizados de manera que, además de la pobreza y la enfermedad, sufren exclusión».
Negocio multimillonario
Sin embargo, «es la mercantilización de las medicinas lo que más impide que se respete el derecho a la salud», aseguran. «Un tercio de la población mundial no tiene acceso a las medicinas, y ello tiene que ver, sobre todo, con el alto coste de los medicamentos».
En este sentido, subrayan desde Manos Unidas, «las declaraciones internacionales establecen que la protección de la propiedad intelectual no debe impedir la protección de la salud pública de los más pobres y reconoce su derecho a producir e importar genéricos». A pesar de ello, «estos acuerdos no se cumplen. De hecho, la enfermedad es hoy un negocio multimillonario en el que los resultados se miden en términos de beneficios».
«Asistimos impasibles al hecho de que las grandes corporaciones farmacéuticas, dueñas de las patentes de los medicamentos, presionen a gobiernos y empresas de países del Sur que han fabricado sus propias medicinas a precios muy inferiores», denuncia Fidele Pogda, coordinador del Departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas. «Se argumenta que esa fabricación viola los derechos de propiedad intelectual, sin tener en cuenta el derecho a la salud ni la más mínima responsabilidad social y solidaria para con las personas».
«El derecho a la salud es una cuestión de justicia social y de responsabilidad personal», añade Pogda. Pero este derecho está hoy «gravemente amenazado por los desequilibrios económicos del mundo». El 97% de la mortalidad por enfermedades infecciosas tiene lugar en países en desarrollo y, sin embargo –advierte el coordinador–, la mayor parte de los nuevos fármacos van destinados a curar enfermedades del mundo desarrollado y cada vez se invierte menos en vacunas y en investigación para las enfermedades mortales que se dan en el mundo en desarrollo.
110 proyectos sanitarios
Con el objetivo de preservar la salud y prevenir las enfermedades en los países más pobres, en el último año, Manos Unidas ha realizado 110 proyectos sanitarios de cooperación en algunos de los países más empobrecidos de África, América y Asia y a ellos ha dedicado el 19% del total de sus recursos (6.237.922 €) para beneficiar a cerca de 800 mil personas (764.640 beneficiarios).
En este sentido, la ONG ha centrado su esfuerzo en la creación, el equipamiento y la mejora de infraestructuras sanitarias, la promoción de campañas de vacunación y de medicina preventiva, la formación de promotores de salud, el refuerzo de la atención materno-infantil, la formación en alimentación y nutrición adecuadas, la sensibilización sobre prevención y control de enfermedades endémicas, la dotación de agua potable y saneamiento.
J. C. de A.
Imagen de Manos Unidas para el Día Mundial de la Salud 2018
(Foto: Javier Mámol/Manos Unidas)